Nuevas opiniones acerca del síndrome de clase turista
La noticia difundida ayer sobre la muerte de una joven inglesa por causa de una embolia pulmonar precedida de una trombosis venosa profunda tras viajar en avión desde Sydney hasta Londres produjo reacciones dispares en la comunidad médica local.
A pesar de que varios especialistas habían afirmado que el llamado síndrome de clase turista (al que se atribuyó el fallecimiento) no está difundido en la literatura científica, otros expertos discreparon y aportaron información sobre este mal, que se caracteriza por propiciar la formación de coágulos en las piernas de quienes pasan muchas horas sentados e inmóviles. Mientras tanto, en Londres se informó que el síndrome preocupa a las líneas aéreas.
El doctor Aquiles Roncoroni, profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires, expresó: "Los médicos sabemos que hay diversas enfermedades que predisponen a la trombosis venosa y que ésta provoca embolia pulmonar, lo que puede causar muerte súbita si es masiva. Por ello aconsejamos a los sujetos en riesgo no tratados con anticoagulantes el uso de aspirina antes de viajar, por su efecto sobre las plaquetas sanguíneas, preventivo de la trombosis vascular, así como la movilidad durante el vuelo".
Un cable noticioso informó ayer que este síndrome puede afectar de la misma manera a los pasajeros de primera clase que no tomen la precaución de dar unos pasos durante los vuelos largos o que tengan predisposición a este tipo de accidentes. El riesgo también existe en los largos trayectos de ruta en vehículos incómodos, pero el avión conjuga la inactividad, la falta de espacio para las piernas y la deshidratación, que favorecen la aparición de coágulos.
Pruebas científicas
Según explicó Roncoroni, "un trabajo del Servicio Médico de Emergencias de los aeropuertos de París reunió 70 casos entre 1984 y 1998. Este último año, la incidencia del síndrome fue de 0,5 por cada millón de pasajeros y prevaleció en mujeres". El especialista afirmó: "Dado el conocido subdiagnóstico del tromboembolismo pulmonar, es posible que se atribuya el cuadro a otra causa y que no se diagnostiquen episodios menores".
Por su parte, el doctor Eduardo Giugno, vicepresidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, dijo que "un estudio de la revista Chest, órgano oficial del American College of Chest Physicians, demostró que los viajes en avión en los que una persona pasa muchas horas sentada son un factor de riesgo".
Según estos especialistas, no es necesario que exista una condición previa para que sobrevenga el síndrome luego de un viaje en avión.
"En otro artículo originado en Viena se revisan 121 casos, de los cuales sólo 41 tenían factores predisponentes", explicó Roncoroni.
Para Giugno, "el evento trombótico venoso posviaje puede suceder después de un viaje de más de 4 horas en pacientes sin factores de riesgo o enfermedades concomitantes". Además del uso de medicamentos antitrombóticos en los tratamientos, extender las piernas, caminar por el pasillo del avión, hidratarse con abundante agua y, de ser necesario, usar medias de contención siguen siendo medidas eficaces para prevenir el síndrome.