Roger Payne, en familia
"Amo este lugar más que cualquier otro", dice Roger Payne sobre la península Valdés. "Aquí crecieron mis cuatro hijos y pasamos los años más felices de nuestras vidas. Me gusta todo: la gente, el viento, las estrellas, la arena, las ballenas, los pájaros y hasta la maravillosa ceremonia del mate." Y ríe generosamente, feliz por estar otra vez con sus colaboradores y sus ballenas, a las que siente como si fueran sus propios hijos. Su familia por elección.
Además del placer, claro, la península Valdés es trabajo. Más de la mitad de las ballenas que llegan a este lugar ya tiene su documento de identidad: una ficha biográfica con sus fotografías y los datos más relevantes de sus vidas. Este registro fue creado por Roger Payne mediante la técnica de fotoidentificación . En su primera visita sobrevoló un grupo de ballenas y se dio cuenta de que podía identificarlas por el patrón de las marcas blancas en su cabeza, llamadas callosidades. Estas forman dibujos únicos e irrepetibles y permiten estudiar la evolución de cada individuo sin confundirlo. Desde entonces, cada año se toman miles de fotografías aéreas para monitorear el estado y la distribución de la población. Se puede consultarlo en icb@icb.org.ar