Una alumna de 17 años conocerá cómo es ser astronauta en la NASA
Viajará a los EE.UU. para participar de una misión que simulará estar en el espacio
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PARANA, Entre Ríos.- A los 17 años, Camila Correa comenzó a ver el fruto de la pasión que desde chiquita despertaron en ella las estrellas. La luz de los astros iluminó su curiosidad cuando apenas tenía 10 años y desde entonces dividió su tiempo entre las obligaciones de la escuela y el prematuro estudio del universo.
Las dificultades que planteaba la carencia de material teórico en su ciudad entrerriana, Villaguay, fueron sorteadas a fuerza de voluntad propia y de la ayuda de Raúl, su papá, que es empleado municipal, y de María Liliana, su mamá, que es maestra.
Camila cursa el tercer año de polimodal en el Colegio San José de su ciudad natal. El 23 del actual cumplirá su sueño de viajar a los Estados Unidos, porque el trabajo que presentó en un certamen nacional fue seleccionado como el mejor entre los 400 concursantes, según la decisión de las autoridades de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), del Instituto Balseiro y del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación.
En Estados Unidos la alumna entrerriana asistirá al International Space Camp, en la ciudad de Huntsville, Alabama, para participar de un seminario sobre ciencias espaciales patrocinado por la NASA.
La meca de los sueños
El ámbito para desarrollar la actividad es el mejor que pudo haber soñado Camila: U.S. Space & Rocket Center, muy cerca del Centro de Vuelos Espaciales Marshall, al que acuden estudiantes y profesores de distintas partes del mundo, "en un evento destinado a promover la cooperación internacional a través del conocimiento de las ciencias espaciales y sus aplicaciones en la vida diaria", según se explica desde la Conae.
Desinhibida y con un llamativo despliegue expresivo, la adolescente entrerriana cuenta que siempre se interesó por "todo lo que tenía que ver con la astronomía".
"Desde chica leía todo lo que me conseguía mi papá, el Billiken, libros, revistas de ciencia. Hace unos años los sábados a las diez de la mañana concurrí a estudiar por mi cuenta con un profesor, aprendí conceptos de física y de pronto comencé a hacer algo más que mirar las estrellas. En 2002 me enteré, leyendo LA NACION, sobre el campamento internacional que hacía la NASA", cuenta Camila.
La alumna transformó en desafíos las estrictas exigencias para aspirar a participar del campamento. Acreditó su participación en olimpíadas de ciencia, perfeccionó el inglés, que había empezado a estudiar cuando su mamá le dijo que tenía que ampliar el conocimiento de idiomas para extender el campo de estudio, y llevó su promedio de notas escolares a cerca de los 9 puntos. Todo esto fue decisivo para que el pasado 27 de junio sorteara con éxito la entrevista que mantuvo en la Conae.
"El trabajo no era muy grande, pero era lo suficientemente extenso para desarrollar el marco teórico referido a la luminosidad de los astros, las distancias, la gravedad, la masa y la densidad de nuestro planeta", dice Camila Correa en referencia a su investigación (ver recuadro).
El International Space Camp consiste en una semana de cursos y charlas a cargo de especialistas y astronautas sobre ciencia y tecnología espacial en el mundo.
El espacio, pero en la Tierra
Explican desde la Conae que después del estudio hay tiempo para la aventura: en la parte de entrenamiento práctico, similar al que realizan los verdaderos astronautas, los participantes tienen que aplicar todo lo que aprendieron durante los cursos.
El desafío es resolver situaciones utilizando simuladores que recrean diversas misiones espaciales y su ambiente, desde el vuelo en un transbordador hasta la exploración de Marte. También se visitará el Centro Espacial Marshall y construirán un cohete en miniatura, entre otras actividades.
Con la experiencia que adquiera lejos de casa, cerca de las estrellas, Camila espera dar un paso más que le sirva para encarar, el año próximo, el inicio de la licenciatura en Ciencias Astronómicas.
Ayudas decisivas
- Según la adolescente entrerriana, tras el despliegue de teoría, todo lo estudiado se expresa mediante fórmulas matemáticas, a partir de los conocimientos básicos adquiridos en la secundaria. "Tuve que trabajar mucho más fuera de la escuela. Mi papá me mandó con el profesor de matemática, física y cosmografía Carlos Velázquez, y estudié mucho con un docente, Rubén Novella", dice tratando de hacer un lugarcito en sus frases a los nombres decisivos en esta historia de ensueño. Por eso, la galería de reconocimientos no se completaría sin su mamá y su papá.



