Unos kilos de más serían buenos... ¿o no?
Ahora afirman que el sobrepeso no daña, sino que podría proteger; especialistas locales disienten
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NUEVA YORK.- Las personas que están excedidas de peso pero no son obesas tienen menor riesgo de morir que los que tienen peso normal, afirman en un estudio que dieron a conocer ayer investigadores de los Estados Unidos.
Los científicos -estadísticos y epidemiólogos del Instituto Nacional del Cáncer y de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC)- también hallaron que el riesgo incrementado de muerte por obesidad sólo se registra en los extremadamente obesos, un grupo que constituye el 8% de los norteamericanos. Y que ser muy flaco, incluso si la delgadez es permanente y no se origina en una enfermedad, causa un riesgo levemente incrementado de muerte.
El nuevo estudio, considerado por muchos científicos independientes el más riguroso hecho hasta ahora sobre los efectos del peso, corrigió los resultados estadísticos por factores como el hábito de fumar, la edad, la etnia y el consumo de alcohol a través de un sofisticado análisis derivado de un método bien conocido que se emplea para predecir el riesgo de cáncer.
Los científicos utilizaron las categorías gubernamentales que definen la delgadez y la obesidad de acuerdo con un "índice de masa corporal" (IMC) que surge de dividir el peso por el cuadrado de la altura. De acuerdo con este índice, los extremadamente delgados son los que tienen menos de 18,5 de IMC, los que tienen peso adecuado, entre 18,5 y 25, y los que tienen sobrepeso, entre 25 y 30.
Por su parte, los médicos tuvieron toda una gama de respuestas a estos hallazgos inesperados, que se publicaron ayer en The Journal of the American Medical Association (JAMA).
Algunos vieron el informe como una muy necesaria corrección de lo que consideran una histeria nacional por la grasa. "Me encanta", dijo el doctor Steven Blair, presidente y jefe ejecutivo del Cooper Institute, una organización educativa de Dallas que se concentra en la medicina preventiva.
"Hay gente que cree que la obesidad y el sobrepeso son los peores problemas de salud pública que tenemos que enfrentar -dijo Blair-. Estos números muestran que tal vez no sea así."
Otros simplemente no creyeron en los resultados. La doctora JoAnn Manson, jefa de medicina preventiva del Brigham and Women´s Hospital de Boston, que pertenece a la Universidad de Harvard, destacó que sus propios estudios en enfermeras encontraron riesgos de mortalidad por tener sobrepeso y mayores riesgos por estar obeso. "No podemos ser complacientes con la epidemia de obesidad", dijo Manson.
De hecho, el nuevo estudio valoró sólo el riesgo de muerte y no de discapacidad o enfermedad. Desde hace mucho existe evidencia conclusiva de que a medida que las personas pasan del sobrepeso a la obesidad tienen más y más posibilidades de padecer diabetes, hipertensión y altos niveles de colesterol.
Pero los investigadores dijeron que era posible que estar gordo fuera menos riesgoso de lo que solía ser. Y mencionaron un trabajo también publicado ayer en JAMA en el que informan que la hipertensión y la hipercolesterolemia son hoy menos prevalentes que hace 30 o 40 años, principalmente por los recursos farmacológicos.
El estudio no explicó por qué el sobrepeso parece menos peligroso en lo concerniente a la mortalidad. Pero el doctor David Williamson, uno de los autores, dijo que la razón podría ser que la mayoría de las personas se mueren cuando tienen más de 70 años. Tener un poquito más de grasa en la vejez parece tener un efecto protector, ya que da origen a más músculo y hueso. "Se llama la paradoja de la obesidad", dijo Williamson. Pero agregó que, mientras la paradoja es real, las razones son especulativas.
El nuevo estudio llega justo 13 meses después de que diferentes investigadores del CDC publicaran un trabajo advirtiendo que la obesidad y el sobrepeso estaban causando 400.000 muertes por año y que estaba por superar al tabaquismo como la mayor causa prevenible de muerte prematura en los Estados Unidos.
Esa conclusión causó mucho disgusto, y los especialistas, particularmente aquellos que examinan las consecuencias del tabaquismo, cuestionaron su metodología. En enero, los investigadores del CDC corrigieron los errores de cálculo y publicaron una estimación revisada de 365.000 muertes.
Ahora, el nuevo trabajo asegura que la obesidad y la obesidad extrema están causando alrededor de 112.000 muertes de más, pero que el sobrepeso está previniendo alrededor de 86.000, dejando un balance de 26.000 muertes en las tres categorías combinadas, comparadas con las 34.000 muertes extra de los que están demasiado flacos.
Resultados que exigen prudencia
"Observamos que el sobrepeso, que definimos como un índice de masa corporal (IMC) de entre 25 y menos de 30, no tiene relación alguna con un alto riesgo de muerte y que, de hecho, fue menor que en las personas con un peso normal (entre 18,5 y menos de 25 de IMC)", dijo ayer a LA NACION la doctora Katherine Flegal, autora del trabajo.
"Intentamos lograr una imagen real de los efectos del peso en la salud -continuó-. La obesidad se asoció con una elevada mortalidad, aunque no tan alta como se había estimado previamente. Hay que tener en cuenta el estado de salud general y la historia familiar."
En tanto, especialistas argentinos coincidieron en que había que tomar estos resultados con mucha prudencia. "Este trabajo no cambia los estudios realizados hasta hoy, que muestran que a partir de un IMC de 25 aumenta la tendencia a desarrollar hipertensión, diabetes o dislipidemia", opinó el doctor Alberto Cormillot, director del Instituto Argentino de Alimentos y Nutrición.
Para el doctor Jorge Braguinsky, director del posgrado de Nutrición de la Universidad Favaloro, "el estudio parte de algo incorrecto: hablar de la obesidad a partir de un IMC superior a 30, cuando detrás de ese diagnóstico se esconde mucha heterogeneidad". En el trabajo, afirmó, no se diferencia el tipo de obesidad que padecían los pacientes.
Un estudio publicado hace 20 años en la revista Obesity, por ejemplo, ya había demostrado que el aumento de grasa en glúteos y muslos tiene un riesgo inverso para la salud, es decir, es un factor protector. "Hay que saber de qué tipo de obesidad se trata. Con los datos disponibles, no podría discutir los resultados", dijo Braguinsky.



