Antonella, víctima de abuso sexual: "Fue muy difícil hablar. Tenía mucho miedo"
Cuando tenía cinco años, Antonella se fue a vivir con sus abuelos paternos y, a los 12, su abuelo comenzó a abusar sexualmente de ella. "Había muchas actitudes en él que yo no entendía. Esas cosas me daban miedo y trataba de estar muy cerca de mi abuela", recuerda la joven, que vive en la ciudad de San Luis y hoy tiene 19 años.
"Fue muy difícil hablar. Tenía mucho miedo y me amenazaba todo el tiempo con que iba a matar a mi abuela", cuenta.
A los 14, por los atrasos en su período, su abuela la llevó a la ginecóloga y la noticia le cayó como un balde de agua helada: estaba embarazada. "No lo podía creer. Yo no entendía, o no quería entender, lo que él me hacía. Le dije a la médica que nunca había estado con ningún chico", describe.
Para encubrir el abuso, su abuelo dijo que Antonella había sido violada a la salida del colegio, y tras la noticia sus padres se la llevaron a vivir de vuelta con ellos. "Una noche mis hermanos me empezaron a hacer preguntas de qué era lo que había pasado, hasta que exploté y dije: 'Hasta acá llegue'. Conté todo", relata.
Hicieron la denuncia en una comisaría y la psicóloga le planteó tres opciones: interrumpir el embarazo, continuarlo y dar en adopción al bebé, o tenerlo. "Pasé por muchas procesos, hasta que me decidí por la adopción", cuenta. Durante los nueve meses que estuvo embarazada y en los que no se animaba a salir sola ni a la esquina por pánico a encontrárselo, su abuelo estuvo en libertad.
El proceso judicial fue para ella una tortura. "Te hacen recordar todo lo que querés olvidar, te sentís sucia, asquerosa, muy mal con vos misma", admite. Ni bien dio a luz a Jazmín, su hija, no quiso verla. "Tenía miedo de que me recordara todo lo que pasé", confiesa. Finalmente se decidió a conocerla y cuando la puso sobre su pecho supo que no iban a separarse nunca más: "La miré y dije: 'Es igualita a mí, no me refleja en nada lo que es él'", describe.
Su abuelo se suicidó un día antes de que Jazmín cumpliera un mes, cuando ya casi estaban los resultados de las muestras de ADN. Hoy, Antonella vive con su pareja y hace menos de un mes fue mamá por segunda vez de un varón. "Mi consejo para los chicos que pasan por lo que yo pasé es que hablen. Que si alguien no les cree, que recurran a algún otro familiar, que se presenten ante la policía o alguien. No hay que callarse, hay que denunciar", concluye.
Hoy, en el Día Internacional para la Prevención del Abuso Infantil, Adultxs por los derechos de la infancia realizará una actividad en la casa que Silvia y Jazmín tuvieron que abandonar cuando huyeron para protegerse, y que tras años de lucha recuperaron en Abasto, partido de La Plata, en 496 y 220, a la altura del kilómetro 52 de la ruta 2. Será una mateada colectiva abierta a la comunidad a las 11.