Los rostros de los chicos más invisibles del país llegan a BAPhoto
"Hambre de Futuro" - el proyecto multimedia del diario LA NACIÓN que nació en 2018 con el objetivo de poner en agenda cómo son las infancias de los chicos en los lugares más vulnerables de Argentina – también tiene su lugar en BAPhoto.
La muestra "Sueños" es fruto del trabajo de la periodista Micaela Urdinez, editora a cargo de esta investigación, quien a través de su lente buscó dar voz a los chicos para mostrar cómo viven, con que sueñan y que oportunidades de futuro tienen.
Los retratos fueron tomados durante los viajes realizados a las diferentes regiones del país y muestran la cara de la pobreza más dolorosa de Santiago del Estero, el Impenetrable Chaqueño y los parajes de la línea sur de Río Negro.
"Cinco de cada diez chicos argentinos crecen en contextos de pobreza: pasan hambre, no van a la escuela, no tienen ni posta sanitaria ni luz ni agua en su paraje o trabajan para ayudar en la economía del hogar. Además de visibilizar esta problemática estructural, la meta fue plantear soluciones existentes", explicó Urdinez sobre el alcance del proyecto que se presentó al público en todas las plataformas de LA NACION: TV, papel y digital y hoy se puede acceder a la investigación completa en www.lanacion.com.ar/hambredefuturo
La fotografía titulada "Con los pies en la tierra" refleja con crudeza la infancia sin zapatillas de Enrique Aquino, de 8 años, en el paraje La Peligrosa, en el Impenetrable Chaqueño. Cuando no está en la escuela pasa las horas pateando una pelota pinchada o haciendo mortales. "Cuando sea grande quiere ser jugador de fútbol. Vive – junto a sus papás y sus nueve hermanos – en un rancho de adobe y chapas en donde no tienen luz, ni agua ni baño. El principal pedido de la comunidad es poder tener un jardín de infantes y una posta sanitaria", agregó Urdinez.
Otra de las problemáticas abordadas es la falta de acceso al agua potable. La fotografía "Brazos cargados" es el fiel reflejo de cómo la familia Erén se mueve en manada para poder conseguir este recurso, en La Candelaria, en Santiago del Estero. Todos los días la mamá, Ema, y los cuatro hijos, dedican alrededor de tres horas a caminar bajo el sol hasta el arroyo más cercano para cargar todos los baldes que pueden.