
Abuso
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“Mi cuerpo solo es mío y si un adulto se pasa lo voy a acusar”, cantan niños y niñas de entre 8 y 9 años mientras su maestra, Eugenia Barker, practica con ellos la canción que les enseñó. Es la “seño de música” y este año decidió sumarla a su repertorio: “La escuché en redes y sentí que tenía que darla. Muchas veces, en sus casas esta información no se da porque no está presente y es difícil de abordar a esta edad, pero es importante que les llegue”, explica.
No es la primera vez que hablan, o más bien cantan, sobre el cuidado del cuerpo en el aula. Eugenia lleva varios años sumando a su lista canciones de este estilo para tratar, según la edad, estas problemáticas. “Las palabras abuso sexual no las mencionamos en esta clase porque quizás a esta edad no están preparados de manera tan directa, pero es importante que sepan cuidar su cuerpo y darse cuenta si están en un situación que los incómoda”, asegura en diálogo con LA NACIÓN.
Eugenia tiene 42 años y lleva 7 enseñando en ese colegio privado del barrio porteño de Belgrano. Aunque se dedica a la creación de contenido hace años y tiene más de 30 mil suscriptores en YouTube, hace unas semanas se volvió viral gracias a un video que subió a sus redes y que suma más de cuatro millones de vistas en TikTok. Allí aparece cantando junto a sus alumnos la canción “Yo sé cuidar mi cuerpo”, del dúo venezolano Los Meñiques De La Casa, que educa sobre el respeto y protección del cuerpo de los niños.
“Me parece importante trabajar este tipo de canciones porque son recursos. A través del canto, las ideas se imprimen para toda la vida”, señala la docente.
@eugebarker “Yo sé cuidar mi cuerpo” Cantando con 3er grado ♥️ Una canción que vale la pena enseñar a cantar. Y hablar sobre la letra, cómo disparador.. hacer la pregunta de qué manera cuido mi cuerpo? Las respuestas son muy interesantes!!
♬ sonido original - Euge Barker
Lo que hace Eugenia no forma parte del programa de ESI del colegio, sino que es parte del repertorio que ella arma para complementar las capacitaciones que los estudiantes reciben. “El hogar familiar debería ser el primer lugar en donde se hable de estos temas y nosotros acompañamos esta información”, dice.
A finales de 2019, el Ministerio Público Tutelar porteño reveló que entre el 70% y el 80% de las niñas, niños y adolescentes, de entre 12 y 14 años, que fueron víctimas o testigos de abusos y que fueron entrevistados en el ministerio, pudieron reconocer el delito tras recibir clases de ESI.
Hace unos años, Eugenia trabajó en una institución en donde tras una jornada de ESI, un chico habló sobre una situación de abuso que estaba viviendo. “Eso suele pasar un montón. Cuando tenés 5 o 6 años hay cosas que naturalizás y si te piden que lo guardes en secreto y no le cuentes a tus papás, lo hacés porque estás confundido. Este tipo de contenidos ayuda a que ellos sepan cómo manejarse con estas situaciones”, sostiene la maestra que, aunque no da este tipo de capacitaciones, reconoce la importancia de que los niños manejen este tipo de información.
Antes de llevar la canción al aula, Eugenia comenzó con preguntas: “¿Qué situaciones incómodas habían vivido? ¿De qué maneras pueden cuidar su cuerpo?”. Fue preparando el terreno para introducir el tema y se eligió a sí misma, una persona adulta en quien confían y a la que abrazan por los pasillos del colegio, para probarlo.
“¿Qué pasaría si yo me enojo mucho con alguien en clase y le pego?”, preguntó Eugenia. Los chicos respondieron rápidamente que le dirían a la directora. “Ellos tienen muy en claro que ante este tipo de comportamientos se lo tienen que contar a alguien: papá, mamá o alguna otra maestra por ejemplo”, comenta.
“Hablamos de cualquier tipo de situación en donde se sintieran incómodos, que podían hacerles ruido por alguna razón, y cómo era posible salir de ellas pidiendo ayuda. Violencia física y psicológica, humillación, maltrato. La canción habla de abuso pero elegí trabajarla de la manera más amplia posible”, explica y sigue: “Yo me pongo de ejemplo para que les haga ruido este tipo de comportamientos viniendo de una persona a la que conocen mucho”.
Además de la enseñanza, Eugenia se dedica a crear contenido en YouTube desde el 2019. Sube videos para docentes y tutoriales de ukelele. Además, da talleres de ese instrumento para adultos y clases de música para bebés y sus familias en jardines.
A la salida del colegio, muchos padres y madres se acercaron a agradecerle por el trabajo que hacía con esta y otras canciones. Por redes, recibió muchos mensajes con la misma intención pero además se sumaron testimonios de personas que habían pasado por una situación de abuso en la infancia: “Fueron personas que me escribían que a los siete años su abuelo abusó de ellos y recién 20 años más tarde lo pudieron contar o madres separadas cuyos hijos estaban con su padre que se aprovecha de ellos. Me movilizaron un montón”, comparte.
Por miedo, culpa, impotencia o por vergüenza, la mayoría de las niñas, niños y adolescentes que son víctimas de abuso sexual callan por mucho tiempo, según coinciden varios especialistas consultados por LA NACION. Se suelen sentir cómplices de la situación de abuso, sobre todo porque cuando son muy pequeños no entienden del todo lo que les pasa. Por eso, es fundamental acompañarlos en el desarrollo de su autonomía progresiva y darles herramientas que colaboren en la prevención desde los primeros años.
