Ganador. Con una nueva versión de un zapatero de madera, un diseñador fue destacado en un concurso internacional
Joaquín Ordóñez fue galardonado en el Premio Salão Design 2023 por el mueble realizado en madera de araucaria evita los gérmenes y bacterias, y tiene una app incorporada
De chiquito armaba aviones, desarmaba autos de juguete y pasaba horas en la fábrica de muebles de su papá. La madera, desde que tiene memoria, está en su ADN y forma parte del aroma familiar. Joaquín Ordóñez eligió la araucaria –una de sus preferidas junto al paraíso y el guatambú– para desarrollar el único producto argentino destacado en el Premio Salão Design 2023, el concurso internacional que distingue lo mejor del mobiliario.
Con la impronta que dejó la pandemia en cuanto a la incorporación de nuevos hábitos, Ordóñez reinterpretó el zapatero, una pieza que cobró protagonismo para evitar la entrada de gérmenes y bacterias al hogar. El diseñador industrial (FADU-UBA) creó una nueva generación: incorporó una app que contribuye a configurar el dispositivo según la cantidad de miembros de la familia que lo utilicen, sumó una mopa a la plataforma y agregó un espacio para paraguas. “Los nuevos comportamientos generan oportunidades, por eso los diseñadores tenemos que estar atentos y agudizar el olfato”, señala desde su estudio, ORDÖ Design.
En el corazón de Villa Urquiza el zapatero premiado en la categoría Desafío de Espacios en Transformación apronta su distribución. Se llama Genkan, palabra que en japonés define el área para quitarse el calzado antes de entrar a una casa. “Como lavarnos las manos, incorporamos esta costumbre ancestral que nos abrió los ojos sobre lo ilógico que es llevar la suciedad de la calle al hogar”, apunta el fundador del estudio que también desarrolla percheros, bancos, revisteros, soportes para computadoras y soluciones de interiorismo.
Cuando terminó la secundaria en el colegio Pío IX, con orientación técnica, pasó por un test vocacional. “Lo llené de máquinas y aviones. No había rastros de personas en todo el cuestionario. Era obvio que psicólogo no iba a ser, cursé la secundaria entre talleres de electricidad y electromecánica”, dice entre risas. Del juego a la certeza, las visitas a la fábrica de muebles juveniles que dirigía su papá en San Martín se convirtieron naturalmente en prácticas. Allí aprendió todos los procesos: “Desde abajo y en todos los puestos de trabajo fui un operario más que realizaba las distintas funciones. Mi padre nunca pretendió que fuera jefe. Entré a la facultad con una base sólida en cuanto al saber hacer”, confía el diseñador, que además da clases en la carrera de Diseño Industrial de la UBA. Como jefe de trabajos prácticos en la materia Legislación y Práctica Profesional, aborda distintas problemáticas vinculadas a “la pata legal y de negocios de la disciplina”.
El aspecto lúdico que de chico lo llevaba a desmenuzar juguetes, ahora, a los 48 años, lo pasea por la ciudad en busca de sets de Mecanos, pistas de autos y colecciones variadas que atesora en la misma estantería donde hoy brilla su premio, el único argentino entre 575 postulantes. El certamen que organiza Sindmóveis y promueven las empresas de mobiliario de Brasil va por su 25 edición. Los mismos años que en 2024 celebrará el Salón Satélite, plataforma del lanzamiento de diseñadores del Salón Internacional del Mueble de Milán.
Ordóñez jugó en primera en 2016, cuando participó en esta vidriera internacional para talentos emergentes sub 35. “La experiencia está ahí esperándonos. Puede ser desafiante en lo económico, pero es una experiencia que no tiene precio. Allí podés hablar con un empresario turco de igual a igual, sacarte una foto con Karim Rashid o charlar con Marva Griffin, la curadora y fundadora del Satélite. La experiencia es altamente recomendable, se respira diseño las 24 horas”. En esa oportunidad había llevado un perchero y un banco diseñados para facilitar el traslado. Al perchero le puso Milu, por su hija de 10 años que lo acompañó a Brasil. Con altas dosis de ingenio, volvió a empacar su pieza ganadora como parte del equipaje. Pura astucia.
“El zapatero Genkan es una solución sencilla, versátil y funcional. Su sistema modular en dos tamaños permite composiciones horizontales y verticales, donde adultos y niños pueden guardar zapatos y sentarse para calzarse. Tanto el material, el contrachapado curvado como su proceso de elaboración de moldes son muy sencillos. El revestimiento removible facilita el mantenimiento y la limpieza”, ponderó el jurado integrado por Adélia Borges (curadora, crítica e historiadora de diseño); Cris Bava (de CasaCor) y el diseñador Paulo Biacchi, entre otros. “Los espacios más pequeños forman parte del día a día de las personas y cada vez se buscan más soluciones para transformarlos”, agregó Thaís Lauton, del comité evaluador y editora de la revista Casa e Jardim, de Brasil.
La honestidad material de la madera, la posibilidad de corregir detalles y el recurso creativo son sus razones a la hora elegir. “Además me apasiona el universo de la biología, de los procesos naturales”, apunta. La familia de mobiliario que lo identifica representa raíces y brotes. En tiempos de aceleración tecnológica y compulsión digital, considera que el saber hacer con las manos es un valor por recuperar. “Lo digital no supera a lo analógico. Cuanto más digital sea el mundo, más necesarias serán las soluciones analógicas. No creo que vayamos a estar poseídos por la tecnología”, concluye.
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