Ecos del Mardi Gras
LA NACION
Hay fotos que van más allá de la vista. Fotos que se respiran, se huelen, se escuchan. Postales que no necesitan tocarse para saber de su humedad, algún vestigio de calor, el preciso perfume del tabaco. Así ocurre con esta imagen, escena nocturna en el Barrio Francés de Nueva Orleans: tomada esta semana, tranquilamente podría pertenecer al siglo que pasó. Se escuchan en ella los ecos del Mardi Gras (que este año se ensangrentó con un tiroteo, un muerto y varios heridos), tan atemporales como el hombre sumergido en el humo y las luces nocturnas. Todo aquí parece surgido de un mundo añejo, territorio de herrajes, maderas y cigarros; lenta cadencia del blues, hondura del jazz, susurro vudú. El dolor y la magia lenta del sur de los Estados Unidos laten aquí; imantan y estremecen. Hablan con una voz demasiado honda como para dejarla pasar.
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