Hace poco más de un siglo, la escritora neozelandesa reflejaba en sus anotaciones cotidianas las dificultades de su proceso creativo y confesaba su miedo a envejecer; su marido las publicó después de que falleciera por tuberculosis, con apenas 34 años
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1915
1 DE ENERO
¡Qué vil e insignificante diario! Pero estoy decidida a seguir con él este año. Vimos acabar el Año Viejo y entrar el Año Nuevo. Una noche hermosa, azul y oro. Sonaron las campanas de la iglesia. Salí al jardín y abrí la verja y casi me voy. J. estaba en la ventana exprimiendo una naranja en una taza. La sombra del rosal descansaba en la hierba como un pequeño ramo de flores. La luna y el rocío habían cubierto todo de lentejuelas. Pero a las doce en punto me pareció oír pasos en la calle y me asusté y me metí en casa corriendo. Pero no pasaba nadie. A J. le pareció que me comportaba como una niña en todo este asunto. El fantasma de L. M. me atravesó el corazón, con el pelo al viento, muy pálida, con ojos oscuros y asustados.
Para este año tengo dos deseos: escribir y ganar dinero. A considerar. Con dinero podríamos viajar lo que quisiéramos, tener una habitación en Londres, ser todo lo libres que quisiéramos, y ser independientes y orgullosos con los don nadie. Lo que nos limita tanto es la pobreza. Bueno, a J. no le gusta el dinero y no lo quiere ganar. Yo lo tengo que hacer. ¿Cómo? En primer lugar terminando este libro. Sería un punto de partida. ¿Cuándo? A finales de enero. Si lo hago, estoy salvada. Podría hacerlo si escribiera noche y día. Sí que podría. ¡Vale! Siento que me espera una nueva vida. Lo creo como lo he creído siempre. Sí, me llegará. Y todo irá bien.
"Con dinero podríamos viajar lo que quisiéramos, tener una habitación en Londres, ser todo lo libres que quisiéramos, y ser independientes y orgullosos con los don nadie. Lo que nos limita tanto es la pobreza."
2 DE ENERO
Una mañana y tarde horribles. Je me sens incapable de tout, además, sencillamente no estoy escribiendo muy bien. Tengo que terminar mi relato mañana. Tendría que pasarme el día de hoy trabajándolo; sí, todo el día hasta entrada la noche si hiciera falta. Un pésimo día. J’ai envie de prier au bon Dieu comme le vieux père Tolstoi. Dios mío haz que mañana sea una criatura mejor. Le coeur me monte aux lèvres d’un goût de sang. Je me déteste aujourd’hui. He cenado en casa de L. y le he hablado de la isla. Es bien real solo que una parte de mí no lo reconoce. Hace seis meses me hubiera puesto a saltar.
Lo más destacado que siento sobre mí últimamente es que me estoy haciendo vieja. Siento que francamente ha pasado ya mi mejor momento. Ya no me siento como una chica, ni siquiera como una mujer joven. Siento que realmente he dejado atrás la flor de la vida. A veces mi miedo a la muerte es tremendo. Me siento mucho más vieja que J. y estoy segura de que él se da cuenta. Antes no lo solía hacer nunca, pero ahora muchas veces me habla como lo hace un hombre joven a una mujer mayor. Tal vez sea bueno.
3 DE ENERO
Un día frío y feo. Ha anochecido poco después de las dos. Lo he pasado intentando escribir y corriendo de mi habitación a la cocina. No me podía calentar del todo. El día me ha parecido eterno. He leído al atardecer y más tarde he leído con J. unas buenas páginas de poesía. Si viviera sola estaría muy pendiente de la poesía. He hablado con J. sobre la idea de la isla. Sé que para mí llega demasiado tarde.
4 DE ENERO
Me he despertado pronto y he visto una rama nevada que cruzaba la ventana. Hace frío, ha nevado y ahora está helando. Los setos y los árboles están cubiertos de cuentas de agua. También está oscuro, con viento en algún lugar. Deseo estar sola un tiempo. Me he propuesto terminar un libro este mes. Escribiré durante todo el día y de noche también, y lo acabaré. Lo juro.
5 DE ENERO
He visto salir el sol. Un precioso cielo de albaricoque en llamas y a continuación un rosa solemne. ¡Dios mío, qué hermoso! He oído que llamaban a la puerta y he bajado. Era Benny cortando la hiedra. Yacían en el camino nidos caídos: pequeños manojos de heno y plumas. Él mismo parecía un arbusto de hiedra. He preparado un té temprano y se lo he subido a J., que estaba en la cama medio despierto con los ojos arrugados. Después de haber visto salir el sol me siento llena de amor.
Atardecer. He escrito bastante.
9 DE ENERO
J. se ha ido a la ciudad. Yo he trabajado un poco, he perseguido a las aves. Un ave marrón se negó a irse del jardín. Mucho después de que supiera que no había agujero alguno en la tela metálica siguió corriendo arriba y abajo. No tengo que olvidarlo; ni el frío que hacía, ni cómo el barro cubrió mis delgados zapatos. Al atardecer L. y K. hicieron planes; pero me sentí muy en contra de toda la cuestión.
10 DE ENERO
Ventoso y oscuro… Por la noche fuimos a casa de L. Una noche cálida; caían grandes gotas de lluvia. No me ha importado la ida, pero la vuelta ha sido más bien terrible. Me he encontrado mal y cansada, y el corazón apenas me latía. Pero hemos inventado una canción para seguir andando. La lluvia me salpicaba las rodillas y estaba asustada. L. ha estado agradable, muy agradable, sentado con un pedazo de cuerda en la mano…
11 DE ENERO
Me he levantado antes de que amaneciera con el fin de prepararme para la llegada de mi nueva criada y para ver el amanecer. Pero no ha sido gran cosa. Me siento muy desgraciada. El día es claro, centelleante. ¡Dios mío, Dios mío, permíteme trabajar! ¡Qué tiempo desperdiciado! ¡Desperdiciado!
12 DE ENERO
Hoy mi virtud ha sido mayor. De hecho, he terminado el relato «Brave Love», y no sé qué pensar al respecto ni siquiera ahora. Se lo he leído a J. y también se ha sorprendido. Dolor de cabeza violento, pero bastante feliz.
Diario
(DeBolsillo)
Autor: Katherine Mansfield
Compilado por su esposo, el escritor John Middleton Murry, abarca notas personales, cartas sin enviar y fragmentos de ficción
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