A Jerónimo le solían preguntar por su padre, Juan José Saer, y ante la remanida inquietud sobre la influencia que el escritor tuvo en el músico, éste solía contestar que la herencia de los vinilos de tango y flamenco fue decisiva. Claro que también lo fue una educación que hizo hincapié en el arte y en la libertad.
El artista había nacido en París hace 44 años y perdió la batalla contra un cáncer el domingo último, en la capital francesa. Rapero, su camino musical comenzó de la mano de la banda parisiense de hip hop Departement E. Lanzó dos discos, el instrumental Machine Gum (2007) y Champagne y dulce de leche (2012), este último surgido a partir de sus cada vez más frecuentes viajes al país, incluso a una periódica radicación de este lado del Atlántico. Entre sus últimos proyectos se distinguió el Cinemash up Concerto, una instalación audiovisual en tiempo real con la que homenajeaba al cine francés y al argentino.
La última publicación del músico en su perfil de Facebook fue el 11 de junio, precisamente el día en que se cumplían diez años de la muerte de su padre. Citaba unos versos de "El arte de narrar": "Ahora escucho una voz que no es más que recuerdo/ escucho el eco de una palabra que resonó antes que la palpitación del oído golpeara/ nado en un río incierto/ que dicen que me lleva/ del recuerdo a la voz/ cada uno crea/ de las astillas que recibe/ la lengua a su manera/ con las reglas de su pasión.
