
La Iglesia pone restricciones a las prácticas del exorcismo
Se debe evitar "la histeria y el sensacionalismo", dijo el Papa
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CIUDAD DEL VATICANO.- Con un documento presentado ayer, el Vaticano puso límites estrictos a las prácticas de fieles que se reúnen para pedir a Dios la curación de enfermos o la expulsión de demonios (exorcismo).
La Congregación para la Doctrina de la Fe, que encabeza el cardenal Joseph Ratzinger, enumeró las condiciones y límites de esos ritos y advirtió que deben evitarse "formas similares a la histeria, a la artificiosidad, a la teatralidad o al sensacionalismo".
Además de asegurarse de que las sesiones curativas estén despojadas de sensacionalismo, los obispos deben decidir si dichas reuniones pueden ser televisadas, dice el Vaticano.
El documento fue aprobado por el papa Juan Pablo II y se titula "Instrucciones sobre las plegarias para obtener de Dios las oraciones". Señala que los obispos deberían supervisar estrechamente dichas prácticas, para evitar abusos.
Las instrucciones son un decálogo de normas. Entre otras disposiciones, la Iglesia precisa que no se deberán introducir plegarias de curación durante la misa, aunque sí permite que se hagan intenciones especiales de curación para los enfermos.
Grupos carismáticos
El documento también pretende poner orden en los ritos de exorcismo.Afirma que tienen que ser realizados, como mínimo, por sacerdotes en estrecha dependencia del obispo de la diócesis.
La declaración no acusa a personas o movimientos en particular. Pero, según los observadores, alude a ciertos grupos carismáticos, como el del obispo africano monseñor Emmanuel Milingo, que desde comienzos de los años 80 practica el exorcismo en Roma y atrae a millares de personas de toda Europa que buscan curaciones para el cáncer y el sida.
Milingo, ex arzobispo de Lusaka, Zambia, fue retirado de su posición en el Vaticano como delegado especial para cuestiones de inmigración.
El exorcismo es un ritual para alejar las fuerzas del mal. Nuevas pautas difundidas el año último por el Vaticano instan a los exorcistas a deslindar entre las enfermedades psiquiátricas y las posesiones satánicas.
En septiembre, un diario de Roma dijo que el Papa intentó exorcizar al demonio de una joven que parecía estar poseída durante la audiencia general papal. El Vaticano dijo que el Papa la consoló, pero no confirmó que hubiese practicado un acto de exorcismo.
El documento recuerda que Jesús curaba a los enfermos, echaba a los demonios y resucitaba a los muertos. Y que concedió a los apóstoles el poder de curar las enfermedades.
Pero el fenómeno que hoy preocupa al Vaticano es la multiplicación de reuniones de oración, a veces con celebraciones litúrgicas, con el fin de obtener curaciones divinas.
Las normas señalan que los exorcismos sólo deberían llevarse a cabo por exorcistas autorizadas y nombrados por un obispo diocesano. Esos servicios no pueden improvisarse y tienen que apegarse a un ritual específico que fue actualizado en 1999, por primera vez desde 1614.
El documento aclara que es lícito para los fieles rezar con la intención de sanar el propio cuerpo o el de los demás. Pero limita las reuniones de oración organizadas con el fin de obtener curaciones prodigiosas entre los enfermos que participan en ellas.
Las normas previenen de los peligros de permitir que los medios, en especial la televisión, sean testigo de reuniones para fines curativos religiosos o de exorcismos, y dijo que la atmósfera en esas reuniones debería mantenerse bajo control.
"Cualquier cosa que se asemeje a la histeria, artificialidad, histrionismo o sensacionalismo debería mantenerse a distancia de tales reuniones, más que todo por parte de quienes están a cargo", se expresa.
El exorcismo de la Iglesia comienza con oraciones, la bendición y la aspersión de agua bendita, el tendido de manos sobre los poseídos y la ejecución de la señal de la cruz. Y termina con una "fórmula imperativa", en la cual se ordena al diablo salir de la persona poseída.




