La obra de arte con fósforos que sigue concientizando a millones sobre el distanciamiento social
La llama de un fósforo enciende una fila de fósforos. Cuando se van prendiendo, se escucha el crepitar hasta que uno cobra vida: al salir de la fila, frena la propagación del fuego. Si hay un video que logró concientizar sobre la necesidad de quedarse en casa para evitar más muertes por coronavirus, ese es el que el artista Juan Delcan hizo junto con su esposa, Valentina Izaguirre. La potencia de esa secuencia –que dura apenas 12 segundos– radica en que pone en primer plano la responsabilidad individual: cada uno de nosotros puede ser ese fósforo que frena la escalada de muertos provocada por la pandemia.
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Hijo de españoles, Delcan nació en Quebec en 1965. Su padre es cardiólogo y su madre enfermera. "Siempre me han enseñado lo importante que es contribuir. Él es de esos médicos a los que le importa la gente. Cada vez que alguno de mis hermanos –somos 4 varones y una mujer– nos cortábamos o había que darles puntos a alguno de mis amigos, venían a mi casa y mi madre los cosía. Ella era mucho más suave que mi padre para eso. Éramos muy brutos: mi casa siempre era un pequeño hospital", recuerda Delcan en diálogo por WhatsApp con LA NACION, desde los Ángeles, donde vive.
Delcan estudió arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid. A pesar de que no terminó la carrera, confiesa que todo lo que aplica en sus proyectos se lo debe a lo que aprendió con reconocidos arquitectos como Sáenz de Oíza y Rafael Moneo, durante esos años. Sus trabajos, en los que combina el rodaje con la animación, tienen efectos hipnóticos. Fue director creativo en una agencia en Los Ángeles y trabajó en un estudio en Nueva York. Dirigió películas (como The Spider, un homenaje a la obra de la artista Louise Bourgeois) y videos. Hizo publicidades y shows inmersivos. Participó en la gira Vértigo de U2 (donde se ocupó de la animación del video) y en 2019 fue director creativo de gráfica en el tour de Aerosmith.
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La idea de hacer esta pieza con fósforos surgió después de que Donald Trump declaró la emergencia nacional para frenar el coronavirus, fecha en que la pareja –que trabaja junta desde hace una década– empezó la cuarentena en su casa – estudio, en el barrio de Windsor Hills. Con 73.549 muertos y más de 1.235.200 casos, hoy EE.UU. es el país con más infectados. "Antes del coronavirus, habíamos hecho historias con cerillas, con la idea del contagio del amor o del enojo, pero nunca con la enfermedad", apunta Delcan. Un día después del discurso presidencial, hizo la filmación en el baño de su casa –Izaguirre, que estudió artes y es vestuarista, se ocupó del set–; luego combinó el rodaje con animación 3D. Al día siguiente posteó la pieza, que se volvió viral.
El video dio la vuelta al mundo. Se hicieron notas en CNN, NBC, abc, CBS Television, Telemundo, Univisión, Globo, South China Morning Post (el principal periódico en inglés de Hong Kong), la ZBF alemana, el Journal de France 2. También en canales de China, Noruega, Suecia, Malasia, Tailandia, Australia. Y en medios de Canadá, Indonesia, Grecia, España, Portugal e Italia (en el Corriere della Sera), entre otros. "En total, sumando a los que lo vieron en mis redes, los que lo repostearon (muchas son personas con millones de seguidores como Olivia Wilde, actriz de Dr. House), los que lo vieron en televisión, en artículos en periódicos y por WhatsApp, son más de 100 millones de personas", dice Delcan.
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La pareja recibió mensajes y agradecimientos de médicos, enfermeros y personal sanitario de Tailandia, Kazajistán, Indonesia y Grecia. "Nos enviaron mensajes políticos y gobernadores americanos, integrantes de Naciones Unidas, el presidente del Center for Disease Control and Prevention puso el video como ejemplo –señala Delcan–. Se contactó gente con mucho poder, pero lo que más nos ha tocado y nos importa es, por ejemplo, el caso de una profesora de la India que trabajaba con chicos del jardín de infantes. Nos dijo que incluso los niños pequeños que cuida podían entender la pieza por su sencillez".
A la hora de pensar por qué esta pieza logró semejante impacto, Delcan analiza una serie de variables en paralelo: "Muchas de estas visualizaciones fueron fortuitas: tuvimos la suerte de que muchas personas que tienen muchos seguidores postearon el video y, a su vez, esos seguidores lo repostearon. Por otro lado, tuvimos la decisión de mantenernos desde hace dos años haciendo historias con fósforos: la imagen del fósforo es muy inmediata, visual, fácil de entender y familiar. Por eso, creo que la gente reaccionó muy bien. Por último, y lo más importante, la gente está viendo mucha social media".
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Siguiendo la saga con fósforos, la pareja compartió en las redes un video dedicado a los médicos y personal de la salud que enfrenta la pandemia de coronavirus que azota al mundo. "No tenemos ninguna intención de hacer un bombazo, queremos mantener el mismo espíritu que en el trabajo anterior. Hay mucho miedo e incertidumbre, si genera familiaridad y simpatía, será bienvenido", dice el artista. La imagen es emocionante: apenas unos enfermeros llevando una camilla con un fósforo encendido. Sólo se escuchan aplausos como los que todas las noches irrumpen en el silencio de la cuarentena en Argentina: el sonido de la gratitud y de la esperanza.