La pluma, un escalpelo
La Argentina sin careta (1893-1918) es el título de la muestra de ilustraciones de José María Cao, el insuperable artista que protagonizó con maestría y ética una etapa de oro del periodismo argentino. Cao hizo de la pluma un escalpelo que hundió en las entrañas del poder. Colaborador, director y creador de medios gráficos, fue el alma máter de los semanarios Fray Mocho , Caras y Caretas y muchas otras publicaciones que testimoniaron las miserias políticas de la época. Tal vez sean menos quienes recuerden que el ilustre ilustrador gallego integró el equipo fundador del suplemento cultural de LA NACION a comienzos del siglo XX. José María Cao fue, sin imaginarlo, origen de adn, que lo recuerda en el nonagésimo aniversario de su muerte.
La Argentina sin careta es una muestra imperdible. Se exhibió en Mar del Plata, Santa Rosa, Rosario y La Plata. En Buenos Aires podrá verse en la Fundación OSDE hasta hoy. Los dibujos originales, ediciones de época, fotografías y otra documentación pertenecen a la familia y al devoto cuidado de Hilda Cao, nieta del artista. Mención aparte amerita la labor del curador Julio Neveleff, autor junto con Gabriel Cabrejas y Gabriela Di Iorio del catálogo razonado.
José María Cao Luares (Lugo, 1862-Lanús, 1918) se destacó entre los inmigrantes españoles que a fines del siglo XIX hicieron de Buenos Aires la metrópolis española más habitada. La falta de incentivos y horizontes determinó su arribo a Buenos Aires en 1887, en plena vigencia y ejecución de la Generación del 80, que marcó rumbos indelebles en la historia argentina. Sus protagonistas y sucesores desfilaron y a menudo fueron diseccionados, pluma en ristre, por el escalpelo de Cao. No vino a hacer la América. Buscaba nuevos aires y era un inmigrante sumamente calificado. Maestro, perito mercantil y de Aduanas, egresado de Bellas Artes, formado y experimentado en todos los lenguajes artísticos, artesanales y gráficos, el agudo Cao rebatía el cliché del "chiste de gallegos" enunciado con soberbia tilinga por la ignorancia de algunos argentinos olvidables.
Estos personajes ingresaron -en el rubro "pacotillas"- en el registro satírico del humorista. Por falta de méritos, los destinó al papel de figurantes de la tragicomedia argentina. Dardos gráficos y epígrafes acerados conformaron la batería crítica del hombre que era "aristócrata, ácrata, agnóstico, masón, hombre de bien, avezado intérprete, gran artista de ambas plumas" y, cabría agregar, violinista y lector impenitente.
Así lo definió Manuel Mayol, dibujante español. Fueron amigos y compañeros de aventura en la creación del avatar porteño de Caras y Caretas , semanario fundado por otro compatriota, Eustaquio Pellicer, quien lo editó primero en Montevideo. La participación de Cao fue decisiva para el éxito de la revista, que llegó a tiradas de cien mil ejemplares. (Se debe recordar que en 1908 Buenos Aires tenía medio millón de habitantes.) El suceso se explica por varias razones, todas de peso. La redacción en pleno era una verdadera usina creativa. Ilustradores y redactores estaban al acecho de la noticia, con especial foco en la política. Allí encontraron mucho paño para cortar.
Cao trazó el álbum de notorios y poderosos sin ninguna complacencia. Infalible en la caracterización fisionómica, no carecía de agudeza psicológica ni de perspicacia política. A muchos de ellos los reconocemos por el papel protagónico que asumieron en la historia argentina. Pero es impensable evocar a Julio A. Roca sin recordar a Cao, que fijó la mirada exoftálmica del Zorro, mote que acompañará por siempre al general. Algo similar ocurre con Roque Sáenz Peña (el Pavo), Miguel Júarez Celman (el Burrito Cordobés), Ramón J. Cárcano (el Mono) o José E. Uriburu (el Cangrejo).
Dibujos, caricaturas, epígrafes, apodos, canciones con letra y partitura desgranó Cao sin decaer en el brulote. Era, fue dicho, hombre de cultura, pero tambien de combate y oficio. Con los artistas de su generación presentaron un linaje de excelencia estética, compromiso crítico y social con dominio de los medios periodísticos y gráficos para proyectar tales contenidos a un público vasto.
Esta notable muestra comentada permite rastrear la influencia artística, ideológica y técnica de uno de los dibujantes y grabadores más sobresalientes, que hizo del trazo y la palabra su forma de opinar.
FICHA.
La Argentina sin careta, ilustraciones de José María Cao. Fundación OSDE, Suipacha 658, primer piso. Entrada gratuita de martes a sábados de 11 a 20. Último día.
Para LA NACION, BUENOS AIRES 2008
Más leídas de Cultura
Feria del Libro. “Puede que no estén a la altura de recibir a un Presidente”, dicen en el entorno de Javier Milei
Cautas expectativas. "La gente va a venir a la Feria": del bolsillo del lector al "faltazo" en la inauguración, la previa desde adentro
Agenda. 7 recomendados de arte y cultura para esta semana