Las aulas vacías se llenan con protestas
PARANA.- Luego de casi dos meses de paro corrido en las escuelas de esta provincia, los docentes entrerrianos hicieron ayer marchas en reclamo de los sueldos atrasados y hasta realizaron un corte simbólico de la ruta nacional 14, en la pequeña localidad de Ubajay, en el nordeste de la provincia.
En la mayoría de los departamentos los jueces de instrucción intervinieron en el conflicto a pedido de los defensores de Pobres y Menores, pero sólo en algunos casos ordenaron el fin de la huelga, como ocurrió en Paraná, donde docentes y empleados estatales marcharon a la Casa de Gobierno.
En Ubajay, padres y maestros se reunieron a la vera de la ruta nacional 14 y la cortaron en forma simbólica durante 15 minutos -con la consigna "Con las orejas de burro bien puestas"-, y coincidieron en sus reclamos al gobierno provincial para que reactive el sistema educativo.
El paro sigue, aunque debilitado por las órdenes de los jueces y la presión de los padres de los alumnos. Cerca de un tercio de los 320.000 estudiantes perdió ya 34 jornadas efectivas de clase.
Medidas cautelares
En los departamentos Paraná y Tala y en la ciudad de Federación, los maestros y profesores volvieron a las aulas al acatar las medidas cautelares dispuestas por la Justicia de cada jurisdicción. Los fallos respondieron a amparos impulsados por defensores de Pobres y Menores del lugar.
En Uruguay y Colón se estudiaban medidas similares a las de Paraná; en Diamante, Concordia y Gualeguay la Justicia aceptó el amparo, pero esperará para emitir sentencia, de manera que no ordenó el regreso a las clases. En Victoria se llamó a una mesa de conciliación.
El titular interino del Consejo General de Educación, Carlos Gatto, anunció ayer a LA NACION que desde mañana y hasta el miércoles próximo el gobierno pagará la deuda salarial de marzo y una parte del incentivo docente -que depende de la Nación- para toda la provincia, además de $ 40 que están a disposición de los docentes de Paraná para que puedan pagar el transporte.
"Nos queda el mes de abril, el medio aguinaldo y los otros puntos que están incluidos en un crédito internacional que estamos solicitando para actualizar, o el adelanto del fideicomiso que esperamos nos conceda el gobierno nacional. Pero confiamos en que este conjunto de medidas sirva para aliviar las tensiones y volver a la normalidad", dijo el funcionario.
La ilusión del primer día
El conflicto tiene una primera víctima a la vista: los alumnos. "Hay que levantarse temprano y punto", responde con picardía Vanina Celidé, de seis años, en respuesta a la pregunta sobre cómo vivió su nueva experiencia, al comenzar el primer grado en la escuela Libertador San Martín.
Vanina empezó las clases el lunes último con varias semanas de retraso. Mientras otros niños llevan decenas de páginas escritas, ella recortó por primera vez en su vida las cinco vocales en un diario y las pegó en el cuaderno, escribió la fecha, su nombre, y se dibujó muy colorida.
"Cuando no iba a la escuela me ponía a ver El Chavo , Las chicas superpoderosas ...", agrega Priscila, su vecina y compañera de grado. "Pero hoy no vi la tele", interrumpe Vanina.
Las maestras consultadas por LA NACION en la escuela Libertador San Martín, que atiende a chicos de familias humildes, en el barrio Tiro Federal, y funcionó a media marcha desde el inicio de clases, el 24 de marzo, demostraron que no toman el paro a la ligera. Al contrario: la medida les pesa.
Con 17 años de ejercicio de la docencia, Elsa Dittler, de 42 años, cobra menos de 400 pesos por mes, cuando los cobra. "Mi marido es policía y tenemos un crédito hipotecario; entonces su sueldo es para la casa y el mío para vivir, así que con todo esto llevamos cuatro cuotas atrasadas, hay días que verdaderamente da bronca porque no alcanza para poner un plato de comida en la mesa", dice.