Los artistas chinos protagonizan el nuevo boom del mercado del arte
Sotheby´s y Christie´s vendieron US$ 190 millones en obras asiáticas en 2006, casi todas chinas
lanacionarSHANGHAI, China.- La cena, celebrada un reciente sábado a la noche en el salón VIP del New Heights, un restaurante de moda en la zona más costosa de la ciudad, en un edificio que también alberga un local de Armani y la Galería de Arte Shanghai, fue un símbolo del auge del arte chino contemporáneo.
Wang Guangyi, uno de los más innovadores artistas contemporáneos de China, estaba allí. También estaban Zhang Xiaogang, Fang Lijun, Yue Minjun, Zeng Fanzhi y otros 20 artistas chinos de renombre y sus invitados, muchos de los cuales habían venido desde Pekín a celebrar la inauguración de una muestra individual de las nuevas obras de Zeng Hao, otra estrella en ascenso en la efervescente escena del arte chino.
En 2006, Sotheby s y Christie s, las firmas subastadoras más grandes del mundo, vendieron arte asiático por un valor de 190 millones de dólares, en su mayoría obras chinas, en una serie de subastas que establecieron nuevos récords en Nueva York, Londres y Hong Kong. Un crecimiento asombroso: en 2004, las dos empresas habían sumado ventas de arte asiático contemporáneo por valor de 22 millones.
El clímax se produjo en una subasta realizada en Pekín en noviembre pasado, cuando una pintura de Liu Xiaodong, de 43 años, fue vendida a un empresario chino por 2.700.000 dólares, el precio más alto que se haya pagado por la obra de un artista chino que hubiera empezado a trabajar después de 1979, cuando el alivio de las rigurosas restricciones económicas favoreció un resurgimiento del arte contemporáneo en el país asiático.
Ese precio colocó a Liu a la par de muy pocos artistas vivos, incluyendo al británico Damien Hirst y el norteamericano Jeff Koons, cuyas obras se han vendido en subasta por 2 millones de dólares o más.
Como muestra de la vitalidad del mercado asiático, Sotheby s, al igual que Christie s, acaba de fundar una división dedicada exclusivamente al arte chino contemporáneo.
Con el enorme aumento de los precios en las subastas, cientos de estudios, galerías y museos privados de arte han empezado a inaugurarse en grandes ciudades como Pekín y Shanghai. Las firmas subastadoras chinas que antes se especializaban en la venta de obras tradicionales en tinta han incorporado ahora las obras experimentales contemporáneas.
Polémica
Las galerías occidentales, especialmente en Europa, se apresuran a contratar pintores desconocidos; artistas que acaban de egresar de las escuelas de arte venden obras fotográficas por 10.000 dólares; los pintores conocidos tienen en agenda un año de compromisos anticipados, y el museo Guggenheim y el Centro Pompidou de París están considerando la posibilidad de inaugurar filiales en China.
"En China está ocurriendo lo que ocurrió en Europa a principios del siglo XX", dijo Michael Goedhius, un coleccionista y marchand especializado en arte contemporáneo asiático que tiene galerías en Londres y en Nueva York.
Pero el frenesí de las subastas también ha originado un debate en China alrededor de la posibilidad de que las ventas estén inflando artificialmente los precios y alentando a los especuladores, y no a los verdaderos coleccionistas, a entrar en el mercado del arte.
Las firmas subastadoras "venden arte como la gente vende repollos", se quejó Weng Ling, director de la Galería de Arte Shanghai. "No están educando al público ni contribuyendo al desarrollo de los artistas. Muchas de ellas no saben nada de arte."
Algunos críticos chinos afirman que el énfasis puesto en los precios ha provocado una declinación de la creatividad, ya que los artistas se dedican a hacer variaciones de sus obras más famosas en lugar de abocarse a la exploración de nuevos territorios. Algunos incluso emplean equipos de ayudantes, como si estuvieran produciendo en serie.
También se alzaron quejas de que algunos artistas ignoran las reglas internacionales y colocan sus obras directamente en las subastas, en vez de vendérselas primero a los coleccionistas. Y muchos expertos chinos dicen que algunos artistas y galeristas envían representantes a las subastas para hacer subir los precios o para "proteger" los precios de algunos artistas en ascenso.
En cambio, Lorenz Helbling, director de ShanghART, una galería local, dijo que los artistas chinos siguen produciendo una impresionante cantidad de obras y que el rumor de que el mercado del arte está invadido por el impulso comercial es pura exageración.
Reconocimiento
"Las cosas están mucho mejor que diez años atrás -dijo Helbling-. Antes, muchos artistas simplemente recibían el encargo de pintar docenas de obras para el dueño de una galería, quien viajaba al exterior y las vendía. Ahora, esos artistas piensan más seriamente en su obra porque finalmente están consiguiendo el reconocimiento que se merecen."
En concreto, el boom del arte chino contemporáneo también ha otorgado mayor reconocimiento a un grupo de artistas experimentales que creció durante la Revolución Cultural (1966-1976), un amplio movimiento reformista -signado por excesos y purgas de intelectuales- impulsado por el entonces líder del Partido Comunista de China, Mao Tse-tung.
Después de la represión del gobierno en la plaza Tiananmen, en 1989, las exhibiciones de arte de vanguardia fueron prohibidas. En consecuencia, durante la década de 1990 muchos artistas chinos lucharon por sobrevivir, considerándose afortunados si lograban vender una obra por 500 dólares.
Hoy todo eso ha cambiado. Ahora, los artistas vanguardistas chinos se han convertido en multimillonarios que llegan a las exposiciones vestidos con ropa de Gucci y Ferragamo.Traducción: Mirta Rosenberg
Un posible intercambio
- El intercambio de obras de arte contemporáneo entre China y la Argentina se ha convertido en una posibilidad cierta tras el acuerdo cultural que ambos gobiernos suscribieron en diciembre pasado. El convenio apunta a estrechar vínculos culturales entre ambos países y, además de la plástica, incluye otras disciplinas, como la música, el cine y la literatura. "China es una gran oportunidad para el desarrollo de nuestras industrias culturales", dijo, al presentar la iniciativa, José Nun, secretario de Cultura de la Nación. Está prevista la celebración del año cultural chino en nuestro país en 2008 y habrá un homenaje a la Argentina en 2010 -año del Bicentenario- en el país asiático.