Otro renacimiento para Miami

Un huevo gigante cuya cáscara comienza a quebrarse. No parece haber mejor imagen que Hatch, obra de la joven argentina Pilar Zeta instalada en la entrada del Faena Hotel en Miami, para simbolizar lo que está a punto de ocurrir en esta ciudad. Algo grande nacerá esta semana durante la gran cita impulsada por Art Basel, la feria suiza que logró convertir un tranquilo destino para jubilados en una visita obligada para la escena global del arte.

Todo indica que la fiebre por los NFT (Token No Fungibles) terminará de romper el huevo al elevar la temperatura local, ya que se lanzarán varios proyectos vinculados con el criptoarte. Entre ellos Aorist, institución cultural dedicada al arte y la tecnología, que debutará el martes con obras híbridas: instalaciones site-specific y una subasta de sus versiones digitales en aorist.art. Estará presente Beeple, el tercer artista vivo más cotizado del mundo, que desató esta escalada al vender una obra digital en marzo por 69,3 millones de dólares.

Durante las últimas dos décadas, los proyectos paralelos a Art Basel fueron multiplicándose hasta formar una red de sinergia inabarcable, que incluye a otras ferias como Untitled y Pinta. Empresas y marcas de lujo compiten en la agenda con invitaciones que aportan su cuota de misterio para seducir. Louis Vuitton, por ejemplo, presentará el martes su colección de moda masculina en una “locación sorpresa” elegida por su director artístico, Virgil Abloh, que involucrará el transporte en barco hacia una isla y una fiesta posterior.

Otra cita misteriosa en una “locación secreta” fue anunciada para el jueves por una flamante asociación entre la plataforma nftnow y Christie’s. Ese día presentarán The Gateway (nftnow.com/thegateway), un “laberinto inmersivo” y musicalizado, alojado en un oscuro piso de un edificio corporativo. Incluirá obras físicas y una colección curada de piezas de “los mejores creadores de NFT del mundo”, varias de las cuales se ofrecerán en subasta.

El viernes se lanzará otra plataforma NFT, impulsada por el galerista argentino Tomás Redrado, con proyecciones sobre las paredes externas del Pérez Art Museum Miami.

DiCaprio, encapuchado

Leonardo DiCaprio se cuenta una vez más entre los invitados esperados en esta agitada semana, que también convocará a los CEO de las principales empresas de tecnología. Hace dos años, el actor se paseaba por Art Basel encapuchado y con guardaespaldas para evitar las fotos. Más accesible se había mostrado en una edición anterior Ricky Martin, otro de los visitantes famosos que suelen verse por los pasillos de la feria, donde obras de artistas emergentes conviven con las de maestros del arte moderno.

Esta vez, también habrá lugar para el arte digital en el Miami Beach Convention Center. Además de las propuestas de las galerías Nagel Draxler y Pace, la plataforma Tezos presentará Humanos+Máquinas: NFT y el mundo del arte en constante evolución, muestra que incluirá una particular experiencia interactiva: la propuesta del artista alemán Mario Klingemann -uno de los pioneros del arte con inteligencia artificial, también conocido como Quasimondo- permitirá a los visitantes colaborar con un algoritmo para crear un autorretrato generativo, que se podrá acuñar como una obra NFT.

Todas estas experiencias de convivencia, que permiten abrirse al encuentro con lo inesperado, fueron eclipsadas por la pandemia. Un año particularmente duro para Art Basel, justo cuando se disponía a celebrar su 50° aniversario. Nada menos que medio siglo de la feria de arte más importante del mundo, nacida en Basilea y expandida a Miami y Hong Kong, que se vio obligada a reemplazar sus convocantes ediciones por las Online Viewing Rooms hasta su reciente regreso presencial en Suiza.

Hay gran expectativa por este nuevo reencuentro, cuando se cumplen dos décadas desde su anunciado desembarco en Estados Unidos. Lanzamiento que también debió postergarse entonces hasta 2002 como consecuencia de los ataques contra las Torres Gemelas, y que impulsaría un crecimiento de la ciudad sin precedente. Como ahora, que también parece haber salido fortalecida tras una de las peores crisis globales de la historia.

“Miami renació en los últimos seis meses. Se multiplicó, es otro lugar”, anticipaba en julio último a LA NACION Alan Faena, el argentino que se dispone a presentar un espacio de residencias artísticas en el barrio que lleva su nombre. “Se vendió Real Estate como nunca y el hotel está lleno. Se convirtió en el epicentro de Estados Unidos; las empresas tecnológicas se mudaron desde San Francisco, Los Ángeles, Nueva York”, agregó, antes de señalar entre los factores del boom la calidad de vida y una “política de impuestos muy inteligente”. Un dato que no parece menor, en este segundo renacimiento.

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