Robaron un arma que perteneció a Juan Moreira
LA PLATA.- Un trabuco naranjero de más de un siglo de antigüedad, perteneciente al gaucho justiciero Juan Moreira, fue hurtado del Museo Presidente Perón, ubicado en la ciudad de Lobos.
El arma, una escopeta corta de grueso calibre y boca acampanada, fue sustraída anteayer de una vitrina de vidrio emplazada en la Sala Centenario.
En el mismo recinto se exhiben también el cráneo, una daga, un facón, un rebenque y el acta de defunción de Moreira, que fue asesinado en la pulpería La Estrella, de Lobos, el 30 de abril de 1874, según informó el director del museo e historiador Rubén Darío Basiles.
El personal del museo advirtió la ausencia del arma anteayer, cerca de las 18, cuando terminó el horario de visita. Había sido un día tranquilo, apenas cuarenta personas habían visitado el lugar. Por eso nadie sospechó que pudiera faltar un objeto de la colección de Moreira.
Apenas repuesto de la sorpresa que causó la pérdida del trabuco, Basiles radicó la denuncia en la comisaría 1a. de Lobos y dio intervención a la fiscal Virginia Bravo, de esta capital.
"La vitrina estaba sin candado. La pieza pudo haber sido robada por un coleccionista", dijo a LA NACION el comisario Alejandro Bottoni, a cargo de la investigación. El arma no tiene valor de mercado, porque está en desuso, pero sí un enorme valor histórico.
En la casa de Perón
El museo de Lobos, instalado en la supuesta casa natal de Juan Domingo Perón, donde se exhiben objetos que pertenecieron al ex presidente y al gaucho Moreira, es visitado cada año por turistas del país y del extranjero.
"Nunca antes había faltado un solo alfiler", dijo Basiles.
Ayer, el museo permaneció cerrado al público. Una delegación de la policía científica de Cañuelas tomó las huellas dactilares que quedaron impresas en la vitrina vacía. Sin embrago, no será fácil hallar al ladrón, ya que en el libro de actas no constan ni la identidad ni el domicilio de cada visitante, sino sólo la firma.
Nacido con otro nombre
Juan Moreira nació en San José de Flores, con el nombre de Mateo Blanco Ventura. Fue un gaucho alto, grueso, de cabellera negra y tupida, andar atildado y carácter gallardo, que a mediados del siglo XIX recorrió Lobos, Navarro, Salto, 25 de Mayo y Saladillo, según cuenta la leyenda.
Se le adjudican 16 muertes, nueve de las cuales habrían sido causadas con armas blancas y otras siete con armas de fuego, como, por ejemplo, el trabuco faltante.
La Secretaría de Cultura de la provincia lo definió como un "cuchillero electoral", ya que desplegó su facón para defender las causas de Mitre y Alsina.
"Moreira fue un gaucho mitrista y alsinista que mató a un caudillo de apellido Leguizamón por denunciar trampa en unos comicios. Era un gaucho cuchillero, perseguido por la policía, por las muertes que cargaba encima", aseguró el director del museo.
Y agregó que Moreira es recordado porque ajustició a un pulpero y al teniente alcalde Juan Córdoba, con los que no se había puesto de acuerdo.
"Moreira no fue un gaucho cobarde encenagado en el crimen, con el sentido moral completamente pervertido. No fue el gaucho asesino que se complace en dar una puñalada y que goza de una manera inmensa, viendo saltar la entraña ajena desgarrada por el puñal. No. Moreira era como la generalidad de nuestros gauchos: dotado de un alma fuerte y un corazón generoso", escribió quien fue su primer biógrafo, el novelista Eduardo Gutiérrez, que difundió la leyenda.
Carlos Moncaut, autor del libro "Pulperías, esquinas y almacenes de la campaña bonaerense", dijo: "Moreira fue un personaje absolutamente real, que tuvo muchas facetas documentadas... además de sus líos con la policía".