Todo sobre los Kennedy
Una miniserie sobre la poderosa familia provocó no pocas controversias; hubo incluso presiones para evitar que la producción se hiciera, lo que demuestra lo sensible que sigue siendo el tema
A principios de este año, The New York Times informaba que la miniserie Los Kennedy había sido cancelada por las autoridades de The History Channel, tras supuestas presiones de la célebre familia. "El producto final no encaja con el sello History Channel", se le hizo saber al productor Michael Prupas, presidente de Muse Entertainment, la compañía canadiense productora de esta ficción, que tiene ocho capítulos de una hora de duración y costó más de 30 millones de dólares. El programa ya había sido crucificado por Ted Sorensen, ex asesor del presidente Kennedy, que lo calificó de vengativo y malicioso.
Desde la revista The Hollywood Reporter se sugirió que detrás del veto se escondían las presiones de Caroline Kennedy y su prima Maria Shriver (ex de Arnold Schwarzenegger). Siempre según la revista, Caroline tiene contactos con los directivos de A&E, cadena que es dueña de The History Channel y de la que son propietarios Disney, NBC Universal y Hearts. Con Disney, Caroline había llegado a un acuerdo para publicar un libro y unas grabaciones con material inédito sobre Jackie. A su vez Maria Shriver utilizó sus contactos con NBC, cadena para la que trabajó durante años. Está claro que para las chicas Kennedy la "leyenda de Camelot" no se toca.
Además de las dos mujeres de la familia, cincuenta mil solicitantes suscribieron una petición en Internet a raíz de un fragmento del guión en el que John Fitzgerald Kennedy le confía a su hermano Robert su continua necesidad de tener relaciones sexuales con otras mujeres además de su esposa. En la discusión intervino hasta el progresista Huffington Post, que no se privó de destacar que el guionista de la serie, Joel Surnow, es el "conservador autor" de la serie 24, que protagonizaba Kiefer Sutherland y a la que muchos han acusado de ensalzar el "todo vale" en la lucha contra el terrorismo.
Finalmente, el canal de pago independiente Reelz Channel se hizo cargo de Los Kennedy. El canal, que tiene sólo cuatro años de existencia, se distribuye dentro de Estados Unidos y llega a unos 60 millones de hogares. Luego se sumó The History Channel Latinoamérica, y las chicas ni chistaron. Las porquerías de papá vistas en América latina no resultan tan graves como en Estados Unidos. Un equivalente a meter la basura debajo de la alfombra.
Desde su lanzamiento en abril, la tira tuvo dos millones de espectadores por episodio. El New York Post la calificó como "un drama fascinante" y a The Hollywood Reporter le pareció francamente aburrida.
A mediados de julio último, la plataforma de canales conformada por A&E, History Channel y Bio (Biography) anunció con orgullo que la miniserie Los Kennedy había sido nominada a los premios Emmy, que se entregarán el 18 de septiembre, en diez categorías. Entre ellas, mejor miniserie, mejor actor para miniserie o película para TV (por las impecables actuaciones de Greg Kinnear y Barry Pepper), mejor actor de reparto (Tom Wilkinson), mejor dirección de arte, mejor maquillaje y mejor mezcla de audio.
Las amantes de papá
La miniserie, de ocho capítulos, cubre los logros (los menos), las tragedias y los momentos más oscuros de los Kennedy. A ellos no se les puede negar fuerza, coraje y empuje para sobrellevar todo lo que les ocurre, que no es poco. La serie utiliza los acontecimientos públicos como telón de fondo para contar la historia íntima de la dinastía política más prominente de Estados Unidos en el siglo XX. Está limitada a dos de los nueve hijos que trajo al mundo el matrimonio Kennedy, y todo lo que allí ocurre es sumamente verosímil.
Bello, atlético y carismático, Joseph Kennedy padre fue un banquero irlandés que se estableció en la Costa Este. Se enriqueció rápidamente y todo el mundo lo atribuyó al tráfico de alcohol durante la prohibición, pero en realidad la base de su fortuna fueron sus negocios con la mafia. La serie no lo dice abiertamente, pero desliza las pistas necesarias para que el espectador se dé cuenta del rol desempeñado por la mafia en el triunfo electoral de John Kennedy.
Interpretado ajustadamente por Tom Wilkinson, Papá Kennedy es mostrado como un hombre manipulador y oportunista, un estratego inescrupuloso que maneja desde la política hasta los consejos de alcoba para sus hijos.
Originalmente era él quien se había propuesto ser el primer presidente católico de Estados Unidos, pero algunas de sus debilidades (la mafia y sus simpatías nazis) le jugaron en contra y Roosevelt lo apartó del camino sin ningún miramiento. Joseph se dedicó entonces a preparar a sus hijos inculcándoles esta frase: "Lo que cuenta no es lo que ustedes son, sino lo que la gente cree que son".
En 1914 se casó con otra irlandesa, la muy elegante Rose Fitzgerald, con la que tuvo nueve hijos. El catolicismo ultramontano de Rose la ayudó a soportar las constantes "indiscreciones" (así llamaba a las amantes) de su marido. Joe incursionó en Hollywood como productor y fue amante de Gloria Swanson, a la que abandonó después de arruinarla. Los pocos testigos que recuerdan su paso por la meca del cine destacan que fue el primero y el único outsider que estafó a Hollywood. Otra de sus amantes fue Marlene Dietrich, que lo llamaba "Papa Joe".
La miniserie también pone al descubierto la lobotomía de Rosemarie, la mayor de las hijas mujeres. Una chica difícil, rebelde y que no se integraba. Tenía 23 años cuando la llevaron para que le realizaran una "neurocirugía" que la calmaría. Dos neurólogos la sedaron. Mientras uno le agujereaba la cabeza y escarbaba adentro, el otro pedía que recitara el catecismo o rezara el padrenuestro. Cuando ya no pudo rezar nada, el que martillaba paró.
La lobotomía le hizo perder el habla y la retrotrajo a una edad mental de tres años. Su destino de ahí en más fue el Memorial Hospital de Fort Atkinson en Wisconsin. Murió a los 86 años, en 2005. Unos años después, Joe tuvo un ataque cerebral y quedó mudo y en silla de ruedas. Rose respiró. Finalmente había llegado su turno.
Convertido en el presidente número 35 de Estados Unidos, Jack nombró a su hermano Bob como ministro de Justicia y éste, que había heredado de su madre un estilo altivo y era siete años menor que su hermano, no encontró nada mejor para hacer que combatir a la mafia (entre otras cruzadas no tan santas). Fue cómplice y consejero de su hermano.
Magistralmente interpretado por Greg Kinnear (y extraordinariamente caracterizado), el JFK que muestra la serie, si bien profundamente anticomunista, parece inclinado a creer que pensamientos diferentes pueden coexistir sin violencia. Una concesión de los guionistas, evidentemente, porque la invasión a Bahía de los Cochinos fue una carnicería autorizada, que le falló. Bobby Kennedy era, si cabe, más intransigente.
En su libro The Dark Side of Camelot, el periodista Seymour Hersh (premio Pulitzer 1970 por haber denunciado la masacre que los marines hicieron en Vietnam, en la aldea de My Lai) dibuja un retrato sombrío de JFK, a quien define como un hombre "sin escrúpulos, obsesionado por el sexo y cercano a la mafia". Aunque no deja de rendir homenaje a su magnetismo, inteligencia y genio político (el manejo de la crisis de los misiles, por ejemplo, y su lucha por los derechos civiles), señala: "Con tantas cualidades no se comprende por qué quería tomar otros caminos tan destructivos". Caminos que incluían la desdicha de Jackie. Ella se casó sabiendo con quién lo hacía. Su verdadero amor –eso se destapó después del asesinato– había sido Bobby. Es un asunto que la miniserie elude, aunque permite intuir que algo de eso pudo haber ocurrido.
Hersh cuenta los esfuerzos de los hermanos para acabar con Fidel Castro y Salvador Allende. También los responsabiliza por la suerte corrida por Patrice Lumumba, en el ex Congo Belga; Rafael Trujillo, en la República Dominicana, y Ngo Dinh Diem, en Vietnam del Sur. En Los Kennedy de eso no se habla, pero después del asesinato y antes de que Lyndon Johnson llegue al Salón Oval, se ve a Bobby desesperado, rompiendo papeles que no quiere que el nuevo presidente encuentre.
Marilyn Monroe parece haber corrido una suerte similar. En una escena de la serie, Jack le dice a Robert Kennedy que está harto de Marilyn, cada día más invasiva y demandante. La conversación termina ahí. La siguiente escena muestra a Bobby con su mujer y sus infinitos hijos subidos al auto para pasar un día de vacaciones. La radio anuncia que la actriz Marilyn Monroe se suicidó la noche anterior. La cámara enfoca a Bobby: a él no se le mueve un músculo.
A Katie Holmes (Jackie) la salva que efectivamente tiene un aire a la verdadera Jacqueline Kennedy. Pero no logra insuflarle carácter al personaje y la interpreta como un ama de casa sometida a los deseos de un marido pícaro. Su parecido físico con Jackie ayuda a Holmes a dar con el tono de la miniserie, un tono austero, elegante y alejado de toda estridencia.
Los Kennedy es una serie bien hecha, entretenida y bien interpretada. Dijo The Washington Post: "Si Estados Unidos América tuviera un Shakespeare, hubiera sido el biógrafo de los Kennedy. Habría comprendido inmediatamente que allí estaba todo lo que hace a la vida de los hombres. Ambición, riqueza, compasión, potencia, sexo, amor. Y muerte". El Post reaccionó así el 18 de julio de 1999, ante la desaparición en el mar de John Kennedy junior.
FICHA TECNICA
Productores ejecutivos:
Joel Surnow, Jonathan Koch ?y Steve Michaels
Guión:
Steve Kronish
Dirección:
Jon Cassar
Intérpretes:
Katie Holmes (Jackie Kennedy), Tom Wilkinson (Joe Kennedy Sr), Greg Kinnear (John Kennedy), Barry Pepper (Robert Kennedy), Diana Hardcastle, (Rose Kennedy), Kristin Booth (Ethel Kennedy)
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