Ver en la oscuridad: cómo fue el arriesgado proceso creativo de Adriana Lestido para crear “meditaciones visuales”
En sus diarios recién publicados, la artista relata su odisea por el Círculo Polar Ártico; realizada entre 2019 y 2020, quedó registrada también en la película “Errante”, que regresó con éxito al Malba
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LA NACIONCelina Chatruc
“¿Qué estoy haciendo acá? ¿Por qué venir a este lugar tan extremo en invierno? Sola”. Adriana Lestido escribió estas palabras el 15 de marzo de 2020, en Islandia, mientras el mundo comenzaba a paralizarse por la pandemia. “Hacía mucho que no lloraba. ¿Por qué lloro?”, continuó horas más tarde. Y dos días después, agregó: “Volver a un lugar de desamparo interno una y otra vez. Buscar las situaciones y los escenarios que me llevan a ese lugar. El lugar del dolor del alma. ¿Por qué lo sigo necesitando?”
La respuesta a esa búsqueda tal vez pueda encontrarse en las más de trescientas páginas que integran La conquista del hogar. Diarios alrededor del Círculo Polar Ártico, uno de los dos libros que acaba de publicar Planta Alta Ediciones. El que lo acompaña tiene imágenes de los cuatro viajes realizados por la artista entre enero de 2019 y mayo de 2020, que le permitieron filmar las auroras boreales y explorar durante ocho meses las zonas pobladas de una región desafiante para la vida humana. En las Islas Svalbard, donde se quedó un mes, “después de pasado cierto límite hay que ir con guías armados, porque hay más osos que personas”.
Eso explicaba Lestido a LA NACION en mayo de 2023, cuando su documental Errante. La conquista del hogar, estaba por estrenarse en el Malba. La película que inició esta trilogía permaneció en cartel diez meses seguidos. Declarada de interés cultural por la Legislatura porteña, vuelve a llenar la sala cada sábado desde su reciente regreso al cine del museo, donde ya convocó a más de 10.000 espectadores.
Hay algo hipnótico en esas “meditaciones visuales” que evocan “un espacio sin tiempo”. Son planos fijos “con sus sonidos, su movimiento, su color. Las fuerzas de la naturaleza, el eco interno”. Un nuevo lenguaje aprendido a los 64 años, con el sentido de registrar “la imagen transcurriendo”. “¿Habré logrado captar el espíritu de la nada?”, se preguntaba Lestido en el otoño de 2019, cuando todavía restaban dos estaciones para completar un círculo de vida, muerte y renacimiento.
“Este es el salto que hace tiempo siento tengo que dar. El Ártico me va a ayudar. La noche glaciar. Ver en la oscuridad”, había escrito durante la primavera anterior, el 20 de julio. “La conquista del hogar me va a llevar muchos años –agregó–. Quizá haya empezado en la Antártida la vuelta al origen”.
En aquellas fotos tomadas en 2012 en la Isla Decepción pensaba al iniciar su odisea en Noruega. “Ahí está todo. La madre e hija de Plaza de Mayo, el Infanto, las adolescentes, las presas, las madres e hijas, el desgarro del amor. Tuve que atravesar todo eso para poder ver desde la pureza de los elementos. Para ver en definitiva lo que siempre estoy mirando: el dolor y la belleza de la existencia”, escribió horas antes de registrar las auroras boreales por primera vez.
“Hoy estuve viendo el material. Los videos no sirven”, relató al día siguiente. Apenas una de las múltiples dificultades técnicas y logísticas que enfrentó en su proceso creativo. Incluyeron por ejemplo quedar varada en una ruta tapada de nieve, caminar usando el trípode de bastón para no caerse y el extravío de su celular bajo una cascada de agua helada. “Mi grito desgarrado acompañó la caída, no podía creer”, recordó tras haber sobrevivido –junto con el teléfono, que era su único medio de comunicación en plena pandemia y guardaba fotos preciadas- a un arriesgado operativo de rescate, que la dejó al borde del congelamiento.
“No importa. Nada se pierde. Además, lo que cuenta es la nada, el vacío”, se recuerda a sí misma varias veces a lo largo del libro, con sabiduría oriental. A tal punto que cuenta una historia sobre una discípula de Buda, evocada en una canción de Nick Cave, en quien también encontró inspiración para crear su película.
“La escuché mil veces en los retiros de Vipassana y siempre me emociona –confiesa Lestido-. Kisa no puede aceptar la muerte de su bebé y se niega a enterrarlo. Dice que su bebé no está muerto, que está enfermo. Va a verlo a Buda desesperada para que lo cure. Buda le dice que la va a ayudar, pero que tiene conseguir semillas de mostaza de alguna casa donde no hubiera muerto nadie. Pero en todos los hogares alguien había muerto. Pocos somos los vivos y muchos los muertos. Entonces comprendió lo que Buda había querido transmitirle”.
De esta manera, en los textos editados por Guillermo Saccomanno las anécdotas cotidianas se intercalan con profundas reflexiones. “La pregunta principal es la calidad de esta vida, cómo estamos usando nuestro tiempo. ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué hemos hecho?”, se pregunta. Y en otro momento, apunta: “Eso es, creo, el sentido del arte, de la expresión artística. La transmisión del amor y del conocimiento de sí mismo”.
“Hoy pensaba que los videos me obligan a detenerme y contemplar -escribe durante el verano en Noruega-. No importa lo que resulte. Estoy conectando con los paisajes, o mejor dicho, con los elementos. Eso es lo que quiero. El agua, el aire, la tierra, el fuego. Que los elementos sean los que me ayuden a ver, a estar más cerca de mi ser”.
Hacia el final de esta sanadora aventura de autodescubrimiento, decide por ejemplo “usar lo que reste del año para dejar todo en orden. Libertad. Una vida con horizonte. Para mis últimas décadas. Que se vaya prorrogando mi estadía en la Tierra como se va prorrogando mi permanencia en esta cabaña”. Y concluye, decidida: “El mundo fotográfico no me interesa más. Solo hacer mi libro de Buenos Aires, quizás para despedirme. Ahora solo movimiento y sonido. Poder hacer algo que me represente hoy, que me ayude a saltar”.
Para agendar:
Errante. La conquista del hogar en Malba, los sábados a las 18. Entradas desde $2500 en www.malba.org.ar/estreno__errante. Los libros se venden en Tienda Malba y en librerías.
Por Celina Chatruc
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