Se larga el Giro de Italia, la más pasional de las carreras del ciclismo, con dos argentinos

Hay algo mucho más valioso que su premio. Algo más intrínseco que su fama y su honor. Es pasional e indómito: competir a lo grande y entre grandes en una prueba legendaria, durante semanas. Fiel a su magia, capaz de quebrar el silencio de los pueblitos atravesados por el multicolor pelotón al ritmo del tintineo de las cadenas y los pedales, el Giro de Italia comenzará este sábado en Turín su 104ª realización. La primera de las tres grandes carreras anuales del ciclismo (trío que completan el Tour de Francia, la mayor, y la Vuelta a España) culminará al cabo de 3450 kilómetros el domingo 30 de mayo en la plaza del Doumo, de Milán.

De vuelta en su fecha habitual, plena primavera europea, el Giro mantiene la tradición que lo caracteriza, de 13 tramos extenuantes que superan los 190 kilómetros. A lo largo de las 21 etapas totales habrá dos contrarrelojes (una de 9 kilómetros y una de 29), seis tramos llanos, cuatro de terreno escarpado, tres de media montaña y seis de alta montaña. Serán ocho los finales en alto, entre los que se destacan la llegada al monte Zoncolan y el campo Felice.

Dados los perfiles de los tramos y los antecedentes de los ciclistas en la elite mundial, los especialistas ubican entre los favoritos al colombiano Egan Bernal (equipo Ineos), al belga Remco Evenepoel (Quick Step) y al local Vincenzo Nibali (Trek-Segafredo). Los tres son los más fuertes candidatos a suceder al británico Tao Geoghegan –ausente esta vez, preservado para el Tour– como campeón de la corsa rosa, aunque las condiciones físicas en las que arriban a la primera grande del año son una incógnita.

Bernal, que había vuelto en un gran nivel en 2021, debió suspender por tres semanas la participación en pruebas de la categoría World Tour por dolores en la espalda, y se desconoce su evolución. El montañoso recorrido de este Giro se adapta a la perfección a sus piernas y el colombiano sería muy difícil de batir si luciere recuperado y mostrare aquella gran versión que lo llevó a conquistar el Tour de Francia en 2019. Algo similar ocurre con Nibali, que fue intervenido quirúrgicamente por una fractura de muñeca hace un mes; su partida en el Giro se dará con escaso rodaje previo inmediato.

El presente de Evenepoel es aun más incierto. ¿Por qué? El joven belga hará su debut absoluto en una de las tres grandes tras el espectacular accidente que sufrió hace nueve meses en el Giro de Lombardía, en el que su vida se salvó de milagro. A decir verdad, luego de aquella fractura de pelvis y de la contusión en el pulmón derecho, su favoritismo responde más a su fortaleza mental y su voracidad competitiva que a su actualidad deportiva.

Entre el pelotón multicolor de 184 ciclistas que iniciarán la travesía italiana hay dos argentinos: Eduardo Sepúlveda y Maximiliano Richeze. El chubutense Sepúlveda procurará, a los 29 años, su primera victoria parcial en el Giro como jefe de filas del equipo italiano Androni Giacattoli, luego de abandonar la función de gregario en la escuadra Movistar. La misión de Richeze, que ganó dos etapas en la competencia en 2007 (en ambas escoltó en la ruta al italiano Alessandro Petacchi, que sería desclasificado por dopaje) será aportar como lanzador del colombiano Fernando Gaviria en el poderoso UAE Team Emirates.

Las veinte regiones de Italia por las que pasará este año el Giro ya palpitan una experiencia intransferible. De Liguria a Lazio, de Véneto a Los Abruzos, de Piamonte a Calabria, la ronda italiana hace a la unidad y el orgullo nacional y equilibra las desigualdades entre el norte rico y el sur pobre. Es la carrera que abre al mundo a sus pueblos, que ofrece su misticismo y revive las hazañas de Gino Bartali, Fausto Coppi, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Marco Pantani, algunos de los más grandes ciclistas de la historia. No por nada es la prueba más pasional e imprevisible del ciclismo mundial.