Bassedas quiere completar la trilogía
Fue exitoso como jugador y manager, y ahora asumió como DT de Vélez; los desafíos que le esperan
En la época en que Christian Bassedas usaba botines y le dio nueve títulos a Vélez , desde 1991 a 2000, fue protagonista de la mejor época de El Fortín, con aquél recordado año 94, dorado por haber conquistado la Copa Libertadores ante San Pablo y la Europeo-Sudamericana ante Milan en Japón. Eran tiempos de vacas gordas, en donde los dirigentes, encabezados por Raúl Gámez, lograban torcerle el brazo hasta a los clubes más poderosos. Podían venderle un futbolista a Boca o River, pero siempre y cuando pagaran el precio que ellos quisieran. El propio Bassedas vio frustrado un pase a Boca, pero terminó recalando en Newcastle, de Inglaterra.
En la época que fue manager, desde 2008 a 2015, acertó un pleno con Ricardo Gareca. Incluso muchos dirigentes lo miraron de reojo desconfiando del DT. Pero terminó festejando cinco campeonatos, vendiendo a juveniles y también a futbolistas como Lucas Pratto, otra de sus apuestas.
Ayer Bassedas asumió como entrenador y pretenderá completar la trilogía exitosa, tratando de conseguir al menos una parte de todo lo que le tocó vivir desde los roles de jugador y director deportivo. ¿Qué desafíos le esperan? Por empezar, le tocará conducir un Vélez modesto, en el que más que nunca deberá potenciar a juveniles, ya que se fueron Nanni y Caraglio y hasta el más experimentado como Cubero analizó irse. Hoy Bassedas ve a un Gámez que, como presidente, ya no puede competir con Boca y River; tampoco cuenta con divisas de la época de oro para invertir. No hace mucho, Vélez le ganó la pulseada a los dirigentes xeneizes con Fernando Gago y el arquero Sebastián Sosa; también se dio el lujo de tener a Mauro Zárate. Hoy el contexto es bastante diferente. Por eso Bassedas como DT deberá agudizar el ingenio para elegir buenos refuerzos.
Cabe recordar que la de Russo ya fue una etapa de transición en donde los chicos tuvieron que crecer de golpe. Y el promedio de edad del equipo titular que salió a jugar el último partido ante Independiente fue de 23,5 años, con los extremos en Cubero (36) y Hernán Toledo (18). Además, diez de los once fueron surgidos de las inferiores. Pero la sociedad cambió y el juvenil que ayer miraba a sus superiores de otra forma, hoy sabe que los chicos muestran más rebeldía en la convivencia de un plantel. Si antes los Bassedas, los Morigi, los Pandolfi, los Posse y los Camps eran respetuosos y aprendían de los Chilavert, los Trotta, los Gómez y los Basualdo. Hace unos días, Cubero afirmó que hoy los juveniles llegan a primera más irresponsables y con menor vocación de superación.
"El mayor objetivo es levantar a los jugadores y volver a ser Vélez", dijo Bassedas y reconoció: "No podemos buscar refuerzos que estén en su mejor momento, pero este club siempre es tentador". Más allá de que siempre el éxito le costó esfuerzo a Bassedas, quizás haya asumido en el rol que más sacrificio le demandará para volver a codearse con la gloria.
jld/gs
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