Darío Benedetto, lejos del gol: todavía no pudo convertir en Boca tras la dura lesión
Aquel 19 de noviembre del 2017 fue un antes y un después para Darío Benedetto. Esa rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha no solo lo dejó afuera de las canchas por más de siete meses, en un momento extraordinario a base de goles, sino que además le impidió ser el que antes era. En menos de un mes se cumple un año de aquella frustración ante Racing, en el campeonato pasado, pero regresó oficialmente a fines de septiembre ante Libertad, en Asunción, por los octavos de final de la Copa Libertadores y hasta acá el Pipa no pudo gritar goles.
La paridad de anoche ante Rosario Central (0-0), en la Bombonera, fue el octavo encuentro que disputó desde su regreso y el séptimo como titular. Al de Libertad, se le agregan los 16 minutos que ingresó ante Vélez, las victorias ante San Martín de Tucumán –por Copa Argentina–, Argentinos y Cruzeiro, y las derrotas que le propinaron River y Gimnasia y Esgrima La Plata.
"NO FUIMOS CAPACES EN GENERAR SITUACIONES"#FOXGol | Darío Benedetto habló tras el empate entre Boca y Rosario Central. pic.twitter.com/dJdtbIb2Zw&— FOX Sports Argentina (@FOXSportsArg) 20 de octubre de 2018
Y tan floja es su labor actual ante el arco, que lo más destacado de aquellos partidos fueron sus dos asistencias ante los paraguayos, en tierras guaraníes, para los goles de Cristian Pavón y Mauro Zárate. En donde más cerca estuvo de convertir fue en La Paternal, pero su ansiedad por volver a inflar las redes le jugó una mala pasada en un mano a mano que más de un hincha se habrá anticipado a gritar. La cuestión es que ayer volvió a tener un encuentro gris: apenas un remate bien colocado desde mitad de cancha, pero que no fue un gran problema para el arquero canalla, Jeremías Ledesma.
Los hinchas lo alientan, lo aplauden fervorosamente cada vez que el altoparlante menciona su nombre. Confían en que tarde o temprano renacerá ese delantero temible que supo hacer 35 goles en 42 partidos oficiales hasta aquel duelo que Boca perdió ante la Academia (1-2): esa noche marcó, de penal, su último tanto con la camiseta azul y oro. Sin embargo, también son conscientes de que su N°9 no está en su mejor forma física y futbolística. Por eso, entienden que ese lugar es bien defendido por Ramón Ábila, hoy por encima del berazateguense de 28 años.
Aquello también influye para que Boca haya llegado a una marca poco habitual del ciclo de Guillermo Barros Schelotto. Sin algún grito ante los rosarinos, el xeneize llegó al cuarto encuentro sin convertir en la presente Superliga, en nueve fechas transcurridas. Porque tampoco pudo festejar en la igualdad ante Huracán, en Parque Patricios (0-0); en la derrota frente a Estudiantes, en el estadio de Quilmes (2-0); y en la caída dolorosa en el superclásico ante River, en la Bombonera (2-0).
Eso sí, puede tener revancha enseguida. Porque se acerca el primer desquite de las semifinales con Palmeiras, por la Copa Libertadores, estímulo suficiente para volver a ser: puede, además, sacarse la espina de nunca haber hecho goles internacionales.
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