Los antecedentes del gerenciamiento en la Argentina

En la Argentina, más allá de la legislación vigente, en la década del '80, Loma Negra de Olavarría, la empresa-club de Amalia Lacroze de Fortabat, y luego Defensa y Justicia (1989) marcaron incipientes experiencias para la llegada de capitales privados al fútbol argentino.

En el segundo caso, con el entrenador Jorge Castelli a la cabeza, Excellens SA desembarcó en Defensa y Justicia en lo que se conoció como el "primer emprendimiento privado para fútbol de alto rendimiento".

En los '90, Roberto Cruz, ex candidato a intendente de La Matanza, tuvo un paso fugaz y sin éxito por Deportivo Mandiyú de Corrientes, en 1993. Luego vino el proyecto de Torneos y Competencias con Argentinos Juniors y una mudanza a Mendoza.

En tanto, el proyecto Nuevos Clubes Argentinos experimento en Almagro y en San Lorenzo, en el ámbito social de ambas instituciones sin injerencia en el fútbol.

A comienzos de 2000, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) sancionó un nuevo reglamento llamado 'Plan de recuperación mediante inversiones privadas en el fútbol profesional', que permitió el ingreso de capitales privados.

En abril de aquel año, Quilmes se asoció con la empresa Exxel Group, para adoptar esta nueva composición institucional, en una experiencia que luego de un año de buenos resultados deportivos y económicos terminó con la rescisión del contrato por parte de la empresa y su retirada con todos los jugadores contratados.

En tanto Racing, inmerso en una grave crisis, también optó por la privatización en ese mismo año a través del empresario Fernando Marín, hoy titular de Fútbol para Todos, tuvo un comienzo más que exitoso, con un equipo que consiguió salvarse del descenso y un año después conquistó un título local que le había sido esquivo por 35 años.

La experiencia en la 'Academia' duró hasta julio de 2008 y terminó por la fuerte presión de los hinchas hacia el conductor de la gerenciadora, Fernando De Tomaso, y de los recurrentes pedidos de quiebra recibidos.

San Lorenzo, otro de los grandes, estuvo cerca de arreglar con una empresa suiza (ISL) la explotación de la imagen del club por diez años, pero el acuerdo fracasó por una movilización de los hinchas azulgranas, que todavía recuerdan esa gesta e inmortalizaron ese día como el 'Día del hincha'.

Ferro Carril Oeste fue otro de los clubes que llevó adelante el gerenciamiento tras llegar a la quiebra. Desde 2002 hasta 2004 el club estuvo conducido por el empresario Gustavo Mascardi, quien está procesado por la causa por cohecho y enriquecimiento ilícito contra el ex juez en lo comercial Rodolfo Herrera, quien estuvo a cargo del proceso de quiebra de la institución.

Este método también llegó a los clubes del interior del país con Talleres y Belgrano de Córdoba. El primero, tras quebrar en 2004, quedó en manos de la gerenciadora Ateliers que estuvo hasta fines de 2014 cuando el club volvió a celebrar elecciones y un año después logró el regreso a la segunda categoría del fútbol argentino.

El caso del 'Pirata' es uno de los más positivos dado que, luego de más de diez años bajo el gerenciamiento, el club es comandado por Armando Pérez, quien fue uno de los primeros que se hizo cargo de Córdoba Celeste, la empresa a cargo de recuperar el club.

Hubo también casos de gerenciamiento en el ascenso, como el que inició Sportivo Barracas que incluyó una mudanza a Bolívar con cambio de nombre (Barracas Bolívar) y colores. Otros fueron Sarmiento de Junín, Sacachispas y Fénix.

Actualmente Riestra recibe apoyo del empresario y abogado Víctor Stinfale, pero desde la entidad niegan que sea un gerenciamiento, mientras que el club Ferrocarril Urquiza se fusionó con el Club Deportivo UAI en 2005 para dar lugar al equipo UAI Urquiza en otra figura, que si bien no es gerenciamiento habilitó una figura nueva en el fútbol argentino.

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