Noche de escándalo en Victoria: Tigre le ganó a Sarmiento, con una gran polémica en el cierre

Había pasado un largo rato del último pitazo del árbitro Nicolás Ramírez. Tigre le ganó por 1-0 a Sarmiento y prolongó una buena racha, con dos triunfos y un empate en los últimos tres encuentros. Pero al arquero del equipo de Junín, Fernando Meza, no se le iba el enojo por lo que consideró un grueso fallo en tiempo de descuento que le podría haber dado a su equipo la chance del empate. ”La verdad es que el penal fue más grande que una casa. Y da mucha bronca que el árbitro (Ramírez) lo ignorara por completo”, dijo Meza en declaraciones televisivas.

Meza hizo referencia a una acción en la que la pelota da en la mano de Agustín Cardozo dentro del área local. Sarmiento, uno de las más complicados en la lucha por la permanencia, iba con todo en busca del empate, cuando se produjo la serie de rebotes y la posible infracción. No la sancionó Ramírez, que posiblemente estaba tapado. Pero sí debió haberla visto Fernando Espinoza, que estuvo a cargo del VAR y que venía de tener un mal arbitraje en el partido entre Atlético Tucumán y San Lorenzo.

Apenas Ramírez pitó el final, todo el banco de suplentes visitantes y los jugadores rodearon al juez en reclamo por la mano no sancionada. Ramírez debió ser rodeado por la policía que pudiera salir del campo de juego. Sobre el final del primer tiempo el técnico visitante Israel Damonte fue expulsado por protestar y al término del encuentro cuestionó el arbitraje sin ser enfático, aunque sí sostuvo que “por la patada que pegó, a Mateo Retegui lo tendría que haber echado”.

En el mismo lapso final, el volante Emiliano Méndez se enfrentó cara a cara con el técnico de Tigre, Diego Martínez, para reclamarle “que pidiera disculpas, porque atacó a Sarmiento cuando ellos vinieron a Junín”. En declaraciones a ESPN, expresó: “Cuando vinieron a Junín, él se puso a dar clases de lirismo y a criticar nuestro estilo de juego. Él no se animó a decir nada, pero cuando se meten con nuestro estilo de juego y con nuestro escudo, lo vamos a defender a muerte. Por suerte me pude descargar y decírselo en la cara”, destacó.

En el mismo sentido, Juan Insaurralde advirtió que “ese penal fue clarísimo y el juez miró para otro lado y no quiso llamar al VAR”. El exdefensor de Boca e Independiente amplió: ”Uno lucha toda la semana y al final pasan estas cosas que te bajan la moral, porque estamos peleando por no descender y es muy injusto que nos hagan cosas así que generan una gran impotencia”.

Ese fue el desenlace de un encuentro tenso entre dos equipos de andar irregular, que además para este encuentro debieron realizar cambios por lesiones y suspensiones. Por el lado de Tigre, la idea era que Facundo Colidio combinara con Mateo Retegui y Blas Armoa; del otro lado, Israel Damonte también apostaba a la chapa de sus dos delanteros: Javier Toledo y Luciano Gondou, aunque en los primeros minutos se destacó el juvenil Manuel Mónaco que con improvisación, gambetas y desparpajo hizo revolcarse al arquero local Gonzalo Marinelli.

Mónaco encontraba espacio detrás de los volantes de recuperación de Tigre y aparecía en cualquier lugar, ofreciéndose como alternativa de pase. Con imprecisiones y algunos errores, ambos conjuntos mantuvieron su idea de buscar el arco ajeno, ser ofensivos. Mientras Tigre lo hacía con mucho toqueteo de la pelota, el Verde de Junín era más vertical y buscaba a Toledo y Gondou para que pivotearan, bajaran la pelota y así esperar la llegada de los volantes.

A los 36 minutos Tigre tuvo un contraataque con varios pases, hasta que Colidio la abrió hacia la izquierda, donde llegaba Martín Garay, que metió un preciso centro al medio del área, donde Blas Armoa cabeceó para dejar sin chances a Meza. Damonte reclamó una falta (que no se pudo apreciar) en el gol, y también una segunda amonestación de Retegui y su consiguiente expulsión, pero se desbordó y Ramírez lo expulso antes de terminar el primer tiempo.

En el segundo tiempo, Tigre volvió más seguro de sí mismo, Lucas Menossi y Sebastián Prediger se hicieron fuertes en el medio y comenzaron a manejar la pelota, mientras Damonte mandó a la cancha a Lisandro López y a Lucas Melano para tener más volumen de juego y ser más peligrosos y llegar a Marinelli. Pero a Sarmiento le costaba demasiado llegar al área rival y lo hacía solamente con pelota parada. Recién en los últimos minutos tuvo un par de tiros de esquina, y en uno de esos envíos cuando la pelota no salía del área local, se observó una mano de Agustín Cardozo, por la que todo Junín reclamó penal.