Sampaoli y un regreso con demasiadas incógnitas en la valija
La selección nacional empieza a doblar la última curva del camino que desembocará en Rusia el próximo 16 de junio. Durante este mes de gira por Europa, Jorge Sampaoli seguramente habrá recogido información suficiente para empezar a perfilar el equipo que quiere y su regreso toma un aspecto de punto de partida para encarar la recta final.
Antes que nada, creo necesario aclarar que considero una virtud el interés de Sampaoli por movilizarse y viajar, su intención de ahorrar tiempos y generar vínculos, su búsqueda permanente. Como futbolista puedo decir que el hecho de que un entrenador te esté encima, te vea en cancha y te explique cara a cara lo que quiere, superando incluso los inconvenientes de la falta de contacto diario, es muy positivo, muy valorable. Pero esto no implica que una mirada más a fondo deje entrever algunas dudas que sinceramente me preocupan.
Conversar con 27 jugadores, a los que deben sumarse los del medio local que tiene bajo la mira, parece una exageración. Siempre ocurre que a estas alturas los técnicos encuentran dificultades para decidir entre los tres o cuatro hombres que completarán la lista definitiva, pero en nuestro caso la sensación es que todavía hay demasiadas incertidumbres y que la única certeza se llama Lionel Messi.
El DT busca el socio para Messi: jugar al lado del genio obliga a tener un rasgo de genialidad
Un entrenador debe tener en su cabeza un esquema de equipo. No me refiero al 4-3-3 ni a la táctica, sino al estilo. Tiene que decidir, de acuerdo con su sensibilidad, cómo quiere que jueguen su número 5 o su número 9, debe definir cuanto antes una identidad y después descubrir quiénes tienen el perfil para desarrollarla, y entonces ir designando los intérpretes que lleven su pensamiento a la cancha. Porque cuanto más demore un técnico en encontrar el equipo, mayor será su responsabilidad si el rendimiento no es el adecuado.
La realidad es que hoy no sabemos quién será el 9 el día del debut ante Islandia, ni el 5, ni los volantes ni los defensores, qué pasará con los laterales y si habrá dos o tres centrales. Las incógnitas son demasiadas, y los interlocutores que Sampaoli eligió en Europa no permiten despejarlas.
Por ejemplo, ¿por qué habla con Higuaín y con Icardi? ¿Por qué pugnan por un lugar si no son iguales? ¿De qué va a depender al final la elección? ¿De ver cuál de los dos queda por encima en la tabla de goleadores? El análisis debe ser más global. Para determinado estilo de juego no es lo mismo tener un Agüero que un Icardi o un Higuaín, porque eso condiciona la dinámica del conjunto.
Cada futbolista tiene una esencia, unas aptitudes y unos atributos especiales y diferentes. Es algo que no lo cambian dos goles más o menos en el total de una temporada y es lo primero que habría que tener en cuenta para ver quién puede adaptarse más fácil al funcionamiento que se pretende.
Cómo jugar con Messi, el dilema
El otro punto por tener en cuenta es cómo se complementa un jugador con el resto del equipo. Lo dijo el propio Sampaoli en algún momento. En ese sentido, la selección nunca pudo llenar el casillero correspondiente al compañero ideal de Messi. Es un lugar que fueron ocupando Pastore, Banega, Dybala, Lo Celso… pero que sigue siendo un gran vacío. Jugar al lado de un genio manteniendo la personalidad propia, pero sin invadir ni incomodar al genio, obliga a tener también un rasgo de genialidad para saber qué cosas hacer y cuáles no.
El técnico está buscando ese socio, y para moverse en esa zona del campo en la última semana comenzó a sonar una vez más el nombre de Carlos Tevez. Sin embargo, lo primero que habría que recordar es que Tevez nunca tuvo una gran química futbolística con Messi. Si se suma que recién está empezando un nuevo ciclo en Boca después de un año casi inactivo, la conclusión es que arranca lejos, más allá de que a cierto sector del periodismo le guste el jueguito perverso de pedir por los que no están cuando los que estuvieron decepcionaron o no alcanzaron la altura deseada.
El otro tema de debate en los últimos días fue la situación de Javier Mascherano. Veo imposible que no vaya al Mundial, porque además si así fuera Sampaoli ya se lo habría comunicado. Aquí sí se da lo mencionado antes. El técnico lo quiere por lo que representa dentro y fuera de la cancha. Es decir, por su esencia como jugador. Y esto importa mucho más que el nivel de la liga donde se haya ido a jugar.
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