¿Y si se va Marcelo Gallardo? Crespo, Coudet, Domínguez, Medina, Ponzio y hasta Demichelis: qué tienen en mente los dirigentes de River

¿Y si realmente se va? ¿Y si se acaban, definitivamente, de un plumazo, los más maravillosos siete años y medio de la historia de River? Marcelo Gallardo tiene los días contados; en breve –dentro de un puñado de semanas– debe resolver su continuidad o su salida.

Si se inclina por la razón, se acabará una era; su obra fue completa, casi de principio a fin. Si se inclina por la pasión... el afecto es mutuo. Más allá de sus palabras –con nostalgia, rodeado por su hijo más pequeño–, un día se irá. El mundo River no sólo debe aceptarlo: hay que tomar una decisión para el día después.

Más allá del inminente cambio de mando –en diciembre habrá elecciones–, los dirigentes, los que están, los que arribarían, consideran que el Muñeco está desgastado, cansado, pero que tiene la ambición de siempre: seguir escribiendo la historia. Por eso, advierten, no tienen un plan B. No hay un solo nombre con cartel de candidato. Alguien que tendrá el desafío mayúsculo de ocupar el lugar del entrenador más exitoso de la historia millonaria. Nada más incómodo: va a empezar perdiendo.

Lo saben todos: la comparación –más allá de resultados y rendimientos– va a aplastar al nuevo inquilino. Por eso, la decisión será tantear a nombres de la casa o que tenga afecto profundo al club. Encabezan esa nómina Hernán Crespo y Eduardo Coudet. El goleador de la Copa Libertadores 1996, de estupendo paso por Defensa y Justicia y fallido tramo en San Pablo, está en conversaciones informales con San Lorenzo. Espera el llamado millonario, lógicamente.

Nació en la casa y nunca volvió, independientemente de algún contratiempo con Daniel Passarella en el pasado lejano. Es audaz, tiene un estilo marcado y conoce a Braian Romero (el delantero), Enzo Fernández (el volante) y Héctor Martínez (el defensor), a quienes hizo mejores en el Halcón.

Chacho, en tanto, está en Europa. Dirige a Celta, de Vigo, pero todos creen que un mensaje sería suficiente para que volviera al Monumental, donde brilló como número 8. Disfrutó de una vuelta olímpica en Racing y lo agrada la explosión ofensiva. Cambió drásticamente: conserva el humor, pero se convirtió en una persona analítica, cerebral. Sabe de pelota parada y otros secretos tácticos.

Dijo Crespo, tiempo atrás: “Hubo muchos sucesores de Maradona… Hay gente única e irrepetible. El que venga después de Gallardo tendrá su personalidad, y nadie va a suplantar a Marcelo. Lo que logró fue muy importante y el que vendrá hará lo que crea mejor”. Dijo Coudet, tiempo atrás: “Creo que a largo plazo voy a tener la posibilidad de dirigir [a River] porque me ha tocado estar como jugador y tengo un cariño muy grande por el club. Me siento muy reconocido”.

Eduardo Domínguez, de Colón, aunque con una relación fraternal con Carlos Bianchi, y Alexander “Cacique” Medina, de Talleres, con una relación fraternal con el Muñeco, agradan en River. Interesa el perfil, más allá de las estrategias. El equipo santafesino salió campeón; el conjunto cordobés peleó casi hasta último momento por el Torneo 2021.

En el Monumental nadie imagina el día después, pero éste va a llegar. Hoy, mañana o… Las hipótesis que señalan –lo recalcan, una y otra veces– se tratan de charlas de café. Un caso: Leonardo Ponzio, el capitán. “Está enchufado, con ganas”. Va a retirarse, lo agrada el contexto, se siente preparado, pero no hizo el curso de entrenador. De todos los mencionados, es el más querido. Y su cabeza piensa como la cabeza de Gallardo. Solía ser el director técnico en el campo de juego.

Pero sería una apuesta asombrosa: todavía lleva los pantalones cortos. Del otro lado del océano, trabaja con seriedad, en silencio y con rigor alemán Martín Demichelis. Se ocupa de los jóvenes de Bayern, una realidad verdaderamente de otro planeta. Surgió en River y se marchó demasiado pronto. Su estilo, más allá del acento germano, siempre estuvo del lado del ingeniero Pellegrini, hoy en Betis y con pasado en River.

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