Hoddle: "Por el gol de Maradona no dormí por tres días"
El técnico inglés sufrió, dentro de la cancha, las dos conquistas del jugador argentino en el ´86; la mano de Dios lo marcó y, aunque no habla de revancha, quiere ganar de cualquier manera.
lanacionarNANTES, Francia.- Como una pesadilla, la imagen apareció otra vez en su mente. Diego Maradona toca sutilmente la pelota con la mano izquierda y marca el primer gol de la Argentina frente a Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de México ´86. Allí surgió el mito de la mano de Dios para los argentinos, mientras que para los ingleses esa acción se transformó en estigma.
Allí estaba pensativo Glenn Hoddle, doce años después de haber sido víctima directa de aquella travesura inolvidable de Maradona. El ex volante británico transpiró la camiseta del seleccionado de su país sobre el césped mexicano, y ahora estaba frente a algunos periodistas ingleses que en aquel campeonato lo entrevistaban como futbolista y aquí lo hacen como técnico.
"Por culpa de ese gol de Maradona con la mano estuve tres noches sin dormir", confesó sin verguenza Hoddle. Se lo notaba distendido, como si aquel profundo dolor que sintió el 22 de junio de 1986, en el Estadio Azteca, ya formara parte de un pasado olvidado. Algo de eso había, pero...
De repente, sus ojos dejaron de parpadear y su mirada se clavó en ese rayo de sol que entraba pícaramente por una de las ventanas de la sala. La pregunta del periodista inglés que lo consoló a la salida del vestuario mexicano hace poco más de una década, lo había trasladado nuevamente a aquella calurosa tarde del Distrito Federal. La pregunta estuvo relacionada con la segunda conquista de Diego Maradona. Con aquel inolvidable gol que marcó el por entonces volante de Napoli tras dejar a siete rivales en el camino.
"De algo estoy seguro: si Maradona no marcaba el gol con la mano, el partido hubiera sido diferente, porque Inglaterra no hubiese dado tantas ventajas y, tal vez, Maradona no habría tenido tantos espacios para correr con la pelota dominada y anotar ese golazo", comentó el entrenador inglés, quien después de aquel partido no volvió a ver al árbitro tunecino Alí Bennaceur.
Hoy, Glenn Hoddle tiene en sus manos la oportunidad de borrar aquella pesadilla, aunque para él el cotejo de mañana ante la Argentina no será un desquite. "No puedo vivir del pasado y por tal motivo no les voy a exigir a mis jugadores que ganen por mí y por mis compañeros de 1986. Ellos tienen que triunfar por ellos mismos y no por la historia", dijo el entrenador.
"No quiero que se hable de venganza -agregó-, porque no es lo que estamos buscando. Obviamente que lo sucedido en México no es algo que se olvide fácilmente; todavía hay un poco de gusto amargo en la boca, y por eso sería bueno poder ganar esta vez."
No le temen al equipo argentino
La mañana ya había dejado de ser fresca para tranformarse en calurosa y a pocos metros de allí los franceses disfrutaban de la jornada de descanso en una de las playas más atractivas de los alrededores de Nantes: La Baule. Hoddle se quitó el buzo, dejó de hablar del pasado y analizó el rival del futuro. "La Argentina es uno de los candidatos a ganar el título, y la presión recae sobre ellos. Pero Inglaterra no le tiene miedo. Es más, prefiero jugar con ellos antes que con los croatas, porque siento que Inglaterra juega mejor cuando más importante es el rival.
"Por otra parte -continuó-, si tuviésemos que enfrentarnos con un adversario con menos trascendencia, en Inglaterra todos dirían que ya estamos clasificados para los cuartos de final y eso no es bueno." Su mirada volvió a detenerse en ese rayo de sol que ya ingresaba con más fuerza. Atendió cada pregunta, volvió a revivir la picardía de Maradona y se marchó dejando en el aire el siguiente comentario: "Será un gran partido. No sé quién ganará, pero me conformo con que Alan Shearer convierta un gol con el pie, con la cabeza o con el trasero".
El cuarto capítulo, en St. Etienne
Los recuerdos vuelven a ganar espacios. Con fuerza, como si no hubiera pasado mucho tiempo. El encuentro de mañana entre argentinos e ingleses en los octavos de final de Francia ´98 impulsa a repasar dos partidos mundialistas -ambos por los cuartos de final- que marcaron a los dos seleccionados, pese a que en Chile ´62 por primera vez estuvieron frente a frente (en aquella oportunidad, Inglaterra ganó por 3 a 1).
Quizá por lo lejano, el hecho menos vivo es el controvertido cotejo del 23 de junio de 1966, en el estadio de Wembley, cuando fue expulsado Antonio Rattin por sus insistentes quejas para con el árbitro. La Argentina perdió por 1 a 0 y se despidió del certamen, en el que los locales terminaron con la Copa del Mundo en sus manos.
El último, el más vivo, es el enfrentamiento del 22 de junio del ´86, en suelo azteca, día en el que Diego Armando Maradona enmudeció al universo futbolístico con la mano de Dios y con el mejor gol de la historia, al dejar a siete rivales en el camino; aquella vez, el conjunto dirigido por Carlos Salvador Bilardo terminó abrazado a la gloria. Hoy se cumplen doce años de la coronación en México, otro condimento que fortifica la ilusión depositada en el conjunto de Daniel Passarella.
La travesura de Maradona dejó en los ingleses un profundo desencanto, aunque debieron rendirse ante su omnipotencia de rey del fútbol. Ahora, el cuarto capítulo de esta historia entre argentinos e ingleses en mundiales se escribirá en Francia, y ya es tiempo de olvidarse de las palabras, las especulaciones y los sucesdos del pasado. Los 22 futbolistas que se encuentren en Saint-Etienne tendrán la verdad...