La unión del talento

Van unidos de la mano del talento y de una relación afectiva que comenzó en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003. Allí están: Cecilia Rognoni y Matías Paredes marchan juntos a los Juegos Olímpicos de Atenas con la complicidad de sus sonrisas.

Por tratarse de dos referentes de los seleccionados femenino y masculino de hockey sobre césped, de ambos se espera el sello distintivo, la cosa sorprendente. Ella, a partir de su tremenda capacidad para defender. El, por la naturalidad de los que inventan fantasías con la bocha pegada al stick.

-Cecilia, en el Mundial de Perth 2002 decías que no servía ser segundas. ¿Es lo mismo para los Juegos?

-Dije aquello porque sentía que no podíamos perder nunca por el nivel individual y colectivo que mostrábamos. Hoy, como está todo tan parejo, sólo me animo a afirmar que tenemos que subir al podio. Aspiramos a lo máximo, como siempre que jugamos, pero no digo vamos por la medalla dorada o nada.

-Matías, para los varones es la ocasión de dar el gran salto...

-Nosotros vemos factible la clasificación para las semifinales. De todas maneras, existe mucha paridad entre el primero y el octavo equipo del mundo. Antes, en cambio, el objetivo sólo era lograr la mejor actuación.

-¿Qué deberían hacer las Leonas para distinguirse de Holanda, Australia y China, las potencias que les discuten el liderazgo?

-Rognoni: Deberíamos faltarle un poco más el respeto a Holanda. Si superamos la presión y estamos bien en lo físico, técnico y mental, debería irnos bien contra todos. Una puede soñar e imaginarse cosas, pero hasta que arranque el torneo no se sabe porque juegan muchos factores alrededor. Tendremos el desafío más difícil de los últimos diez años.

-Estos serán tus terceros Juegos Olímpicos, Cecilia. ¿Le comentás a Matías, que nunca los vivió, lo que significa estar allí? 

-No, la verdad es que no. Estamos contentos porque vamos a compartir un acontecimiento increíble, pero nos fastidiamos un poco cada vez que hablamos de hockey.

-Paredes: Sí, sería muy aburrido si ése fuera nuestro único tema de conversación. Tengo alguna incógnita de saber cómo será por tratarse de la primera vez, pero pienso más en el primer partido que en el acontecimiento.

-¿Se reconocen como talentos del hockey?

-Paredes: Yo no; juego para divertirme y porque la paso bien con el grupo. Intento hacer lo mejor para el equipo, no para mí.

-Rognoni: No puedo salir de mis zapatos y hablar de mí. Sé sobre mis virtudes y que tuve torneos muy buenos, pero los jugadores que más se lucen son los del estilo de Matías o de Luciana Aymar, los que son habilidosos.

-¿Cómo siguen sus vidas en Holanda?

-Paredes: Me voy a quedar una temporada más en Laren, con opción a otro año. Paralelamente estudio Comercio Exterior por mail, en la Universidad Virtual de Quilmes. Tengo un tutor a cargo que me manda los mails y que me indica lo que hay que estudiar para cada clase. Además, participo de un foro integrado por las personas del curso.

-Rognoni: Yo finalicé mi contrato en Rotterdam y firmé por dos años con Push, de Breda, una ciudad holandesa ubicada más al Sur. Es un desafío pasar a un equipo chico, porque hasta ahora siempre formé parte de conjuntos grandes que pelearon el campeonato. Y la idea es continuar con el trabajo en el rubro de turismo.

 -¿Alguna vez jugaron enfrentados, obviamente en partidos informales?

-Paredes: No quiero, porque no me va a dejar pasar una vez.

-Rognoni: Lo voy a lastimar...

Matías Paredes

Fecha y lugar de nacimiento:
1º de febrero de 1982, en Quilmes

Posición:
Delantero

Trayectoria:
Hizo todas las divisiones inferiores en Ducilo. Luego pasó al Uhlenhorster (Alemania) y ahora juega en Laren (Holanda).

Principal logro:
6º en el Mundial de Malasia 2002

Cecilia Rognoni

Fecha y lugar de nacimiento:
1º de diciembre de 1976, en la Capital Federal

Posición:
Defensora

Trayectoria:
Comenzó en Mitre y desde la octava división, en Ciudad. Actúa en Rotterdam (Holanda)

Principales logros:
2a en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000; 1era en el Champions Trophy 2001; 1era en el Mundial 2002.