Entretelones de la limpieza en los Pumas: cómo ejerció su influencia la dirigencia de la UAR
La decisión del head-coachde no convocar a Patricio Albacete y varios peso pesados tiene más causas políticas que deportivas; el rol de Agustín Pichot, aun sin cargo oficial
"Quiero que seas mi capitán, pero en la UAR no me dejan." Así se presentó Daniel Hourcade, en su rol de nuevo entrenador de los Pumas, ante Patricio Albacete, uno de los históricos del plantel, por primera vez. ¿Qué sucedió para pasar de ser el elegido a borrarlo literalmente del plantel? La respuesta es sencilla: Hourcade obedeció el mandato de la dirigencia y privilegió su futuro en el esquema de la UAR.
El impulso renovador que traía el head-coach de los Pumas chocó con la necesidad que tenía la cúpula de la unión madre del rugby argentino, y Agustín Pichot en particular. Albacete se transformó en una molestia y Hourcade se convirtió en el instrumento para separarlo de los Pumas. Entre sus aspiraciones se encuentra ser la cabeza de la franquicia que la Argentina tendrá en el Súper Rugby en 2016.
Era noviembre de 2013. El tucumano recién se acomodaba el buzo de entrenador de los Pumas y tenía que encarar una gira durísima por Europa tras la traumática salida de Santiago Phelan. Encima, los magros resultados cosechados durante el Rugby Championship obligaban al equipo a dar una muestra inmediata de carácter.
Ahí llegó el encuentro entre Hourcade y el segunda línea, uno de los pocos jugadores que se animó a cuestionar públicamente algunos procedimientos de la dirigencia, en ese entonces dominada por Pichot y el influenciable ex presidente Luis Castillo. Antes de la primera reunión en Londres, el entrenador se juntó con el empresario y ex 9 de los Pumas y con Castillo, quienes le bocharon el nombramiento de Albacete como capitán ante la ausencia de Juan Fernández Lobbe por lesión. Finalmente, la responsabilidad recayó en Juan Manuel Leguizamón.
Nervioso por su primera experiencia y por las presiones, que eran muy distintas a las de su época como conductor de Pampas XV, Hourcade se recostó en su coterráneo Julio Farías, hasta hace poco tiempo su amigo y confidente. Hábil, el ex asistente de Portugal en el Mundial de 2007, hizo que Farías recorriera todas las habitaciones de los jugadores en busca de apoyo. El tercera línea lo consiguió. Los jugadores respondieron al llamado y, con mucho trabajo, consiguieron una agónica victoria ante Italia para cerrar de manera positiva un pésimo año. Tras la despedida, algunos integrantes del cuerpo técnico, como Raúl Pérez, le agradecieron a Albacete "su profesionalismo" en aquella gira.
Entonces, llegó el silencio. Fueron tres meses sin novedades. Hasta febrero, cuando Hourcade comenzó a digitar los cambios. Ahí tomó dos decisiones determinantes. Una de ellas no se conoció hasta hace pocos días: que Corcho Fernández Lobbe deja de ser el capitán del equipo; en su lugar podría ser designado Agustín Creevy.
Con la confianza de encarar un nuevo proyecto y el pedido de la dirigencia, Hourcade dio el segundo paso: Albacete, líder del equipo, se quedaba afuera de los próximos compromisos. En realidad, el forward del poderoso Toulouse de Francia también se enteró en febrero pasado de que no sería convocado. El mensaje le llegó por un ex compañero de la gesta de Francia 2007. Pero para que no quedaran dudas, otros tres hombres fuertes del equipo con mayor afinidad con el Pato también fueron descartados: Marcos Ayerza, Eusebio Guiñazú... y Farías.
"A Pato lo borraron", le dijo a LA NACION un integrante de la UAR. En cambio, Hourcade mantuvo en el plantel a Juan Hernández, Leguizamón y Horacio Agulla, integrantes de la mesa chica de buena sintonía con Pichot.
Después llegó el turno de comunicarlo. Para eso, Hourcade eligió mandarles un e-mail a 28 jugadores que se encontraban en Europa. En sus palabras marcó el nuevo rumbo. Hourcade dijo que la UAR tiene un proyecto que apunta al Mundial de 2019 y así lograr llegar a estar entre los cuatro mejores equipos del mundo. En ese proyecto habló del Mundial de Inglaterra, que se jugará el año que viene, como la primera etapa; la segunda comenzaría en 2016, con la franquicia para competir en Súper Rugby.
Entre los puntos que mayor malestar causaron entre los jugadores se destaca la exigencia de Hourcade para que renuncien a los Pumas en caso de no poder completar una gira o torneo, siendo que ellos habían convenido con la entidad que serían los dirigentes los encargados de negociar con los clubes la cesión de los jugadores. El escenario cambió.
Los 28 jugadores debatieron si correspondía responder, pero como las opiniones estaban dividido decidieron que le plantearían sus diferencias personalmente. Anoticiado del malestar –incluso Hourcade tendría en su poder el intercambio de opiniones entre los jugadores–, el head-coach modificó el discurso y puso como horizonte el Mundial de 2015, cita que marcará el fin de la carrera de varios jugadores de peso como Fernández Lobbe, Hernández, Agulla, Ayerza, Farías y Albacete, entre otros.
La proximidad y amistad con Pichot (que ya no es dirigente, pero no ha perdido peso político) y la actual Comisión Directiva fue determinante para que Hourcade tomara la decisión. Según relataron fuentes que participaron del proceso anterior, a Albacete "le hicieron lo mismo" que a Fabián Turnes, ex entrenador junto con Phelan.
El ejemplo que dio fue lo que sucedió tras la renuncia de Phelan como entrenador dos semanas antes del comienzo de la gira europea. En la conferencia de prensa, Mauricio Reggiardo, Martín Gaitán y Turnes acompañaron la decisión de Phelan con sus renuncias, pero lo cierto es que Reggiardo y Gaitán ya tenían arreglado que volverían a la UAR en enero. En el círculo más cercano a Pichot, Phelan, Gaitán y Reggiardo culpaban a Turnes por algunas de las filtraciones a los medios de prensa. Ahora fue el turno de Albacete.
Al respecto, LA NACION no tuvo éxito en sus intentos de comunicarse con el head-coach para conocer su opinión sobre sus decisiones; los intentos también se canalizaron vía la UAR, sin respuestas positivas.
Aun cuando Hourcade aclaró que "nada es definitivo y que los jugadores que no fueron citados pueden volver a estar en el plantel", la percepción que existe hoy, corroborada con distintas fuentes, marca que la limpieza empezó. Resabios de tiempos no tan lejanos que provocaron más de un dolor de cabeza en la dirigencia.
Mientras tanto, los Pumas siguen su camino. Necesitados de mejores actuaciones y de buenos resultados, con la rareza de prescindir de la experiencia y de apostar demasiado a la juventud en tiempos en los que las presiones y las exigencias parecieran pedir algo diferente.
Lobbe, con Hourcade
Su palabra se esperaba hace rato. De hecho, cuando LA NACION se contactó con él por el tema de la capitanía, se excusó de hablar. Ya sin la responsabilidad de liderar el grupo, Juan Fernández Lobbe se alineó al discurso de Hourcade: "Hay que confiar en los jóvenes convocados para enfrentar a Irlanda. Va a ser un gran paso para los jugadores que están dando sus primeros pasos en la competencia internacional y qué mejor manera de conseguir una base más grande para el Mundial 2015", dijo al diario Irish Time.
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