Mientras los clubes debaten, llega el Mundial Juvenil de rugby, en un año de lujo
Un hombre con largas y fecundas décadas vividas, relacionado con el rugby –como su familia– desde siempre, afirmaba a propósito de estos días de revisiones y replanteos expresados por varios clubes, especialmente de Buenos Aires: "Estamos bien, pero podemos estar mejor". La expresión contenía dos aspectos: el muy buen andar hasta ahora de todo lo que rodea a la alta competencia y al profesionalismo y, por otro lado, el tiempo de empezar a establecer algunos límites y nuevas fórmulas entre los dos escenarios –asalariado y de clubes– en que vive el rugby argentino. Clubes del Top 12 se reunieron el lunes con la cúpula de la URBA para manifestar su preocupación por el impacto negativo que podría tener en el nivel doméstico la anunciada Súper Liga Sudamericana de franquicias a partir del año próximo. Pronto se convocará a otro cónclave al resto de los clubes.
Mientras se presentan esos debates necesarios con el fin de estar mejor y de no perder de vista lo más importante –en historia y también en números– que tiene el rugby, sus clubes, este año se dará una situación única para el alto rendimiento: en la misma temporada, la Argentina albergará el Rugby Championship (los Pumas), el Súper Rugby (Jaguares) y el Mundial Juvenil (los Pumitas), que comenzará en la primera semana del mes que viene y se desarrollará en Santa Fe y en Rosario. Una tríada de lujo que pocos países pueden ofrecer y que se inserta en el plan de la UAR que tuvo sus primeras semillas en 2008.
El Mundial, que se jugará entre el martes 4 y el sábado 22 de junio en dos clubes –Old Resian, de Rosario, y CRAI, de Santa Fe– y en un estadio armado para la ocasión –para 6000 personas, en el Hipódromo de Rosario–, tendrá a unos Pumitas entonados luego de ganarles como visitantes en un amistoso a los sudafricanos, terceros en los dos últimos torneos. Los chicos argentinos, entrenados por José Pellicena, Enrique Pichot y Ricardo Le Fort, tendrán en su zona a Gales, Fiji y Francia, el defensor del título.
El plantel tiene 28 jugadores de 25 clubes (Lomas, Buenos Aires C&RC y CASI repiten), de los cuales 15 son de Buenos Aires y 13 del resto del país, y cuenta con tres que ya se probaron en las grandes ligas: Mateo Carreras estuvo en Pumas 7s e Ignacio Mendy y Santiago Chocobares se entrenaron en Jaguares. Ellos, más Bautista Pedemonte (otro tercera línea que llega desde Santiago Lawn Tennis), Joaquín De la Vega, Gonzalo García y Juan Pablo Castro, protagonizaron el Mundial del año pasado en Francia. Estos dos últimos participaron también en Georgia 2017.
El equipo, como otros de años anteriores, viene moldeado dentro de un plan de juego que la Argentina intenta patentar para todos sus representativos. De hecho, "Cochi" Pellicena, exmedio-scrum de La Plata RC, viene de esa estructura, ya que formó parte del primer staff de Jaguares y también estuvo en los Pumas. Hay algo por destacar en este proceso que lleva adelante la UAR: a los entrenadores no se los echa; se va reciclándolos en distintos conjuntos nacionales. Aunque también quizá sería más conveniente que los Pumitas tuvieran un staff permanente y no que se lo cambiara cada una o dos temporadas.
La Argentina ya ha recibido dos mundiales juveniles: el entonces M20, en Mendoza en 2005 (quinto puesto con grandes figuras futuras, como Agustín Creevy, Marcelo Bosch, Gonzalo Tiesi, Horacio Agulla, Manuel Carizza, Santiago Fernández y Pedro Ledesma), y con el actual formato en 2010, también en el Litoral. Además, bajo la era del Plar se logró un tercer puesto en Inglaterra 2016 y un cuarto en Sudáfrica 2012.
El Mundial Juvenil, que contrariamente a los de otros deportes se realiza todos los años, tiene un formato durísimo: tres zonas de cuatro equipos, de las cuales se clasifican el primero de cada una y el mejor segundo, y partidos cada cuatro y cinco días. En el año en que además se disputará la Copa del Mundo en Japón, la Argentina suma con este torneo otra credencial a su área de mayor impacto.