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TOKIO.- Así como gira en el aire y el mundo se le da vuelta, Simone Biles sintió que los Juegos Olímpicos quedaron al revés después de tener que retirarse por razones médicas de la competencia por equipos de la gimnasia artística, cuya medalla dorada quedó en poder del Comité Olímpico de Rusia. Sin dudas, su abandono después de un puntaje decepcionante en la prueba de salto fue el gran impacto hasta aquí en Tokio 2020. ¿Podrá seguir compitiendo? Esa es la gran duda.
Nadie hubiese querido verlo, pero cuando apareció la letra “R” en la lista de competidoras antes de que comenzaran la prueba de barras asimétricas, quedó confirmado que la oriunda de Ohio sería marginada de la competencia y reemplazada por Jordan Chiles. Después, llegarían los motivos del retiro por parte de USA Gymnastics, la Federación de ese país: ”Simone se ha retirado de la competencia final por equipos debido a un problema médico”, comunicó, lo que deja abierta la chance de que diga un adiós prematuro a los Juegos.
Sin embargo, más allá de la mala noticia, Biles se permitió disfrutar junto con sus colegas cuando se colgó para sí la medalla de plata, tal como indica el protocolo contra el coronavirus. Por lo menos en ese momento, dejó de lado la desazón que había sentido minutos atrás por no poder formar parte de todas las rotaciones. ¿Qué hizo? Primero tardó unos segundos en elegir los metales plateados que una de las autoridades le servía en la bandeja. Después, una vez que se colgó la medalla, chocó caderas con Chiles -la gimnasta que tenía a su derecha- y empezó a hacer morisquetas, seguramente en el momento más distendido de su fatídica noche. Finalmente, saludó hacia las tribunas raleadas y tomó el ramo de flores amarillas, recuerdo que se le entregó a cada una de las doce que se subieron al podio.
Biles venía siendo la bandera de la gimnasia artística de su país y ésta era la ocasión justa para ampliar su marca de cuatro medallas de oro, conseguidas en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Pero ese pobre puntaje de 13,766 en salto en la primera rotación fue el anticipo de que, para ella, sería una jornada para el olvido.
Después de abandonar la prueba, Biles dijo que no está lesionada, y que lo que ocurrido fue un golpe a su orgullo. “Debo enfocarme en mi salud mental”, sostuvo la deportista. “La salud mental es más importante en el deporte actual (...) Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos y no salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos”.