Andy Murray invitó a Wimbledon a una exprisionera iraní acusada de espionaje que miró sus partidos durante el encierro para tener fuerzas
De estar en 6 años en prisión a ocupar el palco real en Wimbledon
El caso de Nazanin Zaghari-Ratcliffe, en su momento, acaparó la atención internacional. Mujer de nacionalidad británica-iraní, estuvo detenida en Irán durante casi seis años por cargos de espionaje que ella negó y, finalmente, fue liberada el año pasado. Zaghari-Ratcliffe, quien entonces trabajaba para la Fundación Thomson Reuters, el brazo caritativo de la agencia noticiosa, fue arrestada en abril de 2016 en el aeropuerto de Teherán cuando se disponía a regresar a Gran Bretaña tras visitar a su familia en Irán.
Separada de su esposo y de su pequeña hija, durante aquellos primeros meses de encierro sus carceleros le dieron acceso a un televisor con dos canales: uno mostraba telenovelas iraníes y, el otro, partidos de tenis de Wimbledon, sobre todo de los partidos del escocés Andy Murray.
Zaghari-Ratcliffe llegó a confesar que ver los partidos de Murray, que terminaría ganado el trofeo en el All England por segunda vez en su carrera, le dio fuerzas para confiar en una liberación y atravesar su encierro con más ánimo. Liberada el año pasado, la mujer le contó a Murray la anécdota. Durante ese régimen de aislamiento que padecía, le dieron acceso a una TV y así pudo observar la coronación. “Es la historia más extraña y más increíble que me han contado de alguien viéndome”, expresó Murray. Desde entonces, se creó un vínculo especial entre el tenista y la activista británica-iraní.
Murray es un deportista de súper elite que no vive en una burbuja: suele involucrarse en distintas causas sociales y también brinda declaraciones sobre temas profundos. El británico de 36 años, exnúmero uno del mundo y actual 40° del ranking, invitó a Zaghari-Ratcliffe al court central para ver su partido ante -el también local- Ryan Peniston. Zaghari-Ratcliffe aceptó, con gusto, la propuesta y presenció el partido en el palco real, un sitio de privilegio, detrás de la princesa de Gales, Kate Middleton y hasta de Roger Federer, ocho veces campeón del torneo, ayer homenajeado.
“Quería invitarla y que viera el tenis en unas circunstancias completamente distintas. Me alegra mucho que haya podido hacerlo”, aseguró Murray, uno de los integrantes del Big 4. Zaghari-Ratcliffe describió la experiencia de ver a Andy durante su confinamiento como “una vía de escape” y como una forma de sentirse “como en casa”. “Ha sido muy emotivo hablar con ella y escuchar su historia”, añadió Murray.
En su momento, Zaghari-Ratcliffe fue declarada culpable de tramar un complot para derrocar al gobierno iraní, acusación que tanto ella como sus partidarios y grupos de derechos humanos rechazaron. Grupos de derechos humanos acusaron a Irán de detener a personas con doble nacionalidad con la intención de utilizarlas como “fichas de negociación”, lo que Teherán negó.
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