US Open. Diego Schwartzman, el pequeño gigante que sigue superando obstáculos
El Peque venció a Pouille (16º) y avanzó a los cuartos de final, donde se medirá con Carreño Busta (12º); por su baja estatura (1,70m) y otras limitaciones, le costó más que a sus compañeros de la camada 1992 consolidarse en el tour
NUEVA YORK.- Era la primera vez que alcanzaba los octavos de final de un Grand Slam. Había vencido ni más ni menos que a Marin Cilic, quinto preclasificado y máximo favorito en el cuadro inferior del US Open. Pero Diego Schwartzman supera sus propios límites año a año. En la mejor temporada de su carrera, derrotó al talentoso francés Lucas Pouille por 7-6 (7-3), 7-5, 2-6 y 6-2 y se clasificó a los cuartos de final en un partido de epopeya.
Fue un coloso en el estadio Grandstand, con su aductor vendado desde el 2-5 del tercer set. El Peque fue un guerrero y el público, que se encariñó con él, lo ovacionó de pie. Ganó en dos horas y 35 minutos, y su próximo rival será el español Pablo Carreño Busta -venció al talentoso canadiense de 18 años Denis Shapovalov por 7-6 (7-2), 7-6 (7-4) y 7-6 (7-3)- . Pero ni siquiera se permitió festejar luego de la doble falta de Pouille que le dio el partido. Es que a Schwartzman le preocupan los dolores en su pierna y deberá recuperarse en 48 horas para medirse con el 12do cabeza de serie. Luego del partido, con el cuerpo más frío, indicó que no habría compromiso muscular en el aductor y que sólo se trataría de una contractura.
Pero el Peque, una vez más, demostró que le sobra coraje. "No puedo más, me tira", le decía Schwartzman a su entrenador, Juan Ignacio Chela, y al preparador físico, Martiniano Orazi, que lo acompañan en el certamen. Un poco más atrás, estaban su madre Silvana y su hermana Natalí, que sufrían junto a él. Desde la tribuna, Chela le indicaba que continuara avanzando hacia la red así acortaba los puntos. Así lo hizo. Las dobles faltas en momentos clave, como el match point y en el break point anterior, y el repertorio de golpes del Peque fueron el peor enemigo para Pouille. Además, el europeo sumó demasiados errores no forzados -46- que Schwartzman supo aprovechar.
La fortaleza mental en los pasajes desfavorables fueron otras de las claves de Schwartzman, quien mantuvo la calma a pesar de que el físico le empezaba a pasar factura por llegar a los octavos. Además, el Peque contó con el apoyo de las tribunas. No importa si fueran argentinos, estadounidense o de otras nacionalidades, todos coreaban su nombre. "Todo el mundo lo quiere", le había dicho su madre, Silvana, a LA NACIÓN. La prensa local, por su parte, se asombra por cómo un jugador de 1,70 metro logra derrotar a los gigantes, como a Cilic, que mide casi dos metros (1,98m). El sitio Tennis.com, uno de los portales más visitados sobre ese deporte en los Estados Unidos, tituló: "Con sólo 1,70m y 64kg, está en lo alto del tenis". Y otro medio local, durante una conferencia de prensa en Flushing Meadows, le consultó si acaso él no se siente una inspiración para otros deportistas que ven en la baja estatura una barrera para progresar.
El Peque, además, también podría ser una inspiración para aquellos deportistas que luchan año tras año para lograr su objetivo y este pareciera alejarse con cada paso que dan. Schwartzman pertenece a la generación del ?92 que se destacó en juniors. Como Agustín Velotti y Andrea Collarini, por ejemplo, que en 2010 disputaron la final de Roland Garros. El Peque no estaba a la vanguardia de esa camada. Sin embargo, ahora es quien más se integró al profesionalismo. Ante la consulta de LA NACIÓN sobre las razones de por qué cree que él, por ahora, consiguió adaptarse mejor, afirma: "Es muy relativo. Éramos una camada donde había muchos chicos que jugaban muy bien al tenis. Velotti ganó Roland Garros, contra Collarini. Estaban en el Top 10 de los juniors. A veces, cuando se sale de los junior, las expectativas son muy altas, y cuando no arrancás tan bien como profesional cuesta un poco más". Y añadió: "Facundo Argüello estuvo muchos años a la par mía, estábamos muy cerca de los 100. Él no tuvo un muy buen 2016. Creo que ahora está recuperándose de a poco. Es difícil saber el por qué. Debería haber muchas razones pero con los otros chicos nunca compartimos entrenador ni entrenamiento para decirte este hacía las cosas bien o mal y por eso quizás no fue bien. Hubo algunos que tuvieron muchas lesiones y por eso no pudieron continuar bien, sin sobresaltos. Quizás esa puede ser una de las razones", reflexiona Schwartzman, que es el cuartofinalista más bajo en un Grand Slam desde el peruano Jaime Yzaga (1,70m) en el US Open 1994.
El Peque suele escuchar las entrevistas de Rafael Nadal porque dice que aprende mucho de sus comentarios. En el US Open, cuenta, tiene la ventaja de intentar poner en práctica lo que escuchó de jugadores como el español o Roger Federer, que a pesar de perder un set mantienen la calma y remontan los partidos. "Siempre uno cree que Nadal o Federer van a dar vuelta el partido. Si logran dar esa imagen son un montón las cosas que uno puede intentar copiar dentro de la cancha", analiza. Y es algo que el hincha de Boca llevó a la práctica ante Pouille, y que, a sus 25 años, puede funcionar como una analogía de su carrera como tenista.
Sobre su contractura y si podría afectar su participación en el repechaje de la Copa Davis ante Kazakhstán, aseguró: "Voy a pensar, primero, en los cuartos de final y después en la Davis. Esperemos que pueda estar bien en dos días para jugar perfecto contra Pablo. A partir de ahí veré qué pasa con la Copa Davis".
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