Aerolíneas y Austral. Una fusión postergada que esconde una vieja pelea gremial

Es posible que cuando 2020 termine, Aerolíneas Argentinas y Austral anoten por primera vez en la historia un número que parecía inalcanzable: habrán necesitado 1000 millones de dólares para mantenerse en el aire, o en tierra, si el coronavirus así lo impone, pero vivas al fin.

En medio de semejante necesidad, no hay empresa aérea en el planeta que no piense en alguna reestructuración.

Allí hay cuestiones técnicas y celos gremiales que, como paga el Estado, se disimularon durante años con billetera ajena. El punto es que, como dijo un conocedor del sector, UALA y APLA son Boca y River. Pero en los últimos años, hubo una tregua. El motivo era que se necesitaban mutuamente para enfrentar ala conducción macrista. Jamás un delegado del gobierno de Cambiemos en la empresa pudo haber intentado esta fusión. Todos hubiesen mirado la yugular del ejecutor de la medida societaria. Pero la vista se nubla ante las cruzadas Nac & Pop, versión aérea.

Las cuestiones gremiales fueron fundamentales para mantener las dos compañías. Un piloto que ingresa ahora a la empresa, ¿a qué gremio se va a afiliar? ¿A UALA y a APLA? En el sindicato de Austral siempre le tuvieron miedo a su primo de Aerolíneas. Consideran que en poco tiempo, desaparecerán.

Algo más. APLA se empezó a quedar sin pilotos fuera de Aerolíneas. Ninguna de las low cost firmó convenio con ellos y Latam formó su propio sindicato de empresa. Sólo les quedaban los pilotos de Andes, una empresa cuya subsistencia es una incógnita después de la pandemia. Ya no hay posibilidades en el corto plazo que se sumen más compañías al mercado, más vale lo contrario. Pues entonces, hay que alambrar el coto para que nadie se escape. Y si se puede sumar algún lote cercano, mejor.

Desde el punto de vista meramente corporativo, habrá algunos cambios. En principio, se debieran eliminar algunos cargos gerenciales como Mantenimiento y Operaciones, que por la regulación vigente deben ser separadas. Según un cálculo que tienen los actuales ejecutivos de la empresa se podrían eliminar unos 50 cargos. La incógnita es qué hará la compañía con esa gente ya que eliminar cargos no quiere decir suprimir el puesto de trabajo. El ahorro podría ser apenas visible en una compañía que tiene actualmente 11.900 empleados con un costo en salario de alrededor de 50 millones de dólares y que, según ha trascendido, ya recibió en los primeros meses del año 30.000 millones de pesos del Tesoro.

Pero por otra parte, no son pocos los que advierten que no se generará ningún ahorro, ya que la fusión va a encarecer los costos laborales porque superpone todos los convenios colectivos con un efecto muy concreto: se suman los beneficios entre sí.

Pero sin duda, el mundo de los pilotos será el gran tema que tendrá que resolver Pablo Ceriani, el CEO de la compañía. Los pilotos tienen lo que se suele llamas "escalafón", un seniority que se confecciona con varios antecedentes pero con un fuerte peso de la antigüedad. Ese listado entrega prioridad para cuando existen ascensos en la carrera de los pilotos, cuyo punto más alto es comandante de los aviones de largo alcance. Por caso, si se necesitan comandantes de Airbus 330 se abre un proceso para postularse. Los pilotos de Austral no lo podían hacer porque sus carreras terminaba en Embraer, único avión de la flota. En aquel caso del concurso, los pilotos de Aerolíneas eran los único en condiciones. Pues ahora tendrán competencia de otro gremio.

Mientras la fusión avanza, el mercado languidece. Que los números de Aerolíneas y austral serán rojos no será novedad. Todas las líneas aéreas anotarán pérdidas este año. La gran mayoría inició planes de reestructuración profunda y en la Argentina, Latam anunció un recorte salarial para todos sus empleados. Por ahora las estatales están lejos de reestructuraciones profundas. Apenas algo de cosmética, necesaria cuando los gestos de austeridad valen tanto como la austeridad.

El comunicado de UALA