Avanzada insurtech: llegó la hora de los seguros digitales
Desde la inteligencia artificial hasta la Internet de las cosas, en el último tiempo se multiplicaron las herramientas de las que disponen las aseguradoras para captar a las nuevas generaciones
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Una mezcla entre la instantaneidad propia de la época y premisas económicas, políticas y sociales tambaleantes opacaron el pensamiento a largo plazo de la generación Y, los nacidos entre 1980 y 1995. Sumado a un poder adquisitivo que para una parte del grupo -la que da sus primeros pasos en el mercado laboral-todavía no es holgado, los nuevos clientes significan algunas incógnitas para las compañías de seguros. Las empresas optaron por tecnificarse, la única certeza para el trato con los nuevos consumidores, aunque no para siempre: los cambios que traerán la economía colaborativa y la inteligencia artificial las obligarán a reacomodarse.
De acuerdo con la consultora Nielsen, en Estados Unidos el porcentaje de millennials que tiene seguro para el hogar es del 63%, y de vida, el 33%. Entre los boomers, los nacidos después de la Segunda Guerra Mundial, los propietarios de los respectivos seguros ascienden al 78% y al 50 por ciento. Mientras tanto, en España, un estudio de la Fundación Mapfre señala que casi el 35% de la generación Y afirma tener un conocimiento "bajo" sobre el sector.
Así define a sus clientes jóvenes Ariel Crevenna, jefe de Canal Digital de Mapfre: "La distancia con la que miran los jóvenes el sector de los seguros tiene mucho que ver con su situación económica actual y su dificultad para acceder al mundo laboral, pero esta incapacidad presente no significa que no estén predispuestos a tener un seguro si mejoran sus situaciones económicas. De hecho, el nivel de aseguramiento de esta generación va en aumento a medida que se hacen mayores".
Las compañías saben que hay algo que no podrán evitar si quieren que su masa de clientes millennials aumente: la digitalización. "Quieren la misma experiencia que tienen en una compañía tecnológica, como Google o Facebook, para cualquier plataforma donde entren en su vida diaria", añade Eduardo Iglesias, gerente general de Colón Seguros. ¿En qué se traduce esta premisa para la industria de los seguros? "Simplicidad, inmediatez, acceso desde cualquier dispositivo", responde el ejecutivo. La compañía lanzó recientemente eColón, un e-commerce que por el momento ofrece pólizas de responsabilidad civil para motos.
Más adelante, el canal incorporará otros productos. La compañía, además, utiliza inteligencia artificial para la atención al cliente 24 horas. Se trata de un bot conversacional, un chat automático que acompaña la compra o la atención en caso de siniestros, entre otras funciones. El impacto de las nuevas tecnologías, además de permitir la inmediatez, habilitará un feedback más constante, afirma Juan Mazzini, analista senior de la consultora Celent.
Las opciones que abren las tecnologías como inteligencia artificial e Internet de las cosas son varias: Mazzini resalta la posibilidad de que los usuarios brinden los datos de sus objetos conectados -desde el auto hasta los wearables como los relojes inteligentes- para que las compañías envíen mensajes o notificaciones con consejos para mitigar riesgos. "De ese modo, por ejemplo, yo podría recibir comentarios sobre la manera en la que conduzco a cambio de que yo mitigue los riesgos y pueda pagar menos por el servicio", proyecta.
Adaptación a la colaboración
Otro paradigma de los millennials mezclado con la tecnología complicará a las aseguradoras de autos: se trata del paso del dueño al usuario y de la llegada del auto autónomo. Con la irrupción de la inteligencia artificial en el manejo, explica Guido Cigliutti, director de SectorSeguro.com, bajará la rentabilidad y el costo fijo para las compañías, lo que se traducirá en un mercado más concentrado con jugadores más fuertes.
"Hacia 2030 un solo auto por familia bastará para satisfacer todas las necesidades de una familia tipo, porque irá y volverá solo para buscar a los miembros y los llevará a sus respectivas actividades. Por otro lado, el manejo asistido probablemente bajará los riesgos de accidentes y así desaparecerá el seguro contra todo riesgo y quedará el obligatorio, el de responsabilidad civil, de menor valor", dice el ejecutivo.
Lo colaborativo también se cuela en la manera de gestionar los seguros, agrega Mazzini. Los productos peer to peer o P2P permiten a un grupo de asegurados reducir los costos de los seguros y son típicos de los proyectos insurtech, aquellos que mezclan los seguros con la tecnología. La pionera fue la alemana Friendsurance: la compañía permite que clientes con el mismo tipo de seguro se conecten y creen su propio fondo, que cubrirá los pequeños siniestros, mientras que los más grandes serán cubiertos por un seguro tradicional. Si el reclamo de pago no excede el fondo, el dinero es devuelto. "Mientras más conocidos haya en el grupo y menos siniestros, más ahorrarán. Casos como estos apuntan a la rebeldía de los jóvenes porque, en un punto, piensan que pagar un seguro es tirar plata a la basura", explica Mazzini.
Las compañías aseguran que aún no ven muchos millennials que contraten seguros de vida. "Considero que se trata de un cambio de fondo -sostiene Crevenna-. En la Argentina aún falta cultura aseguradora y la participación en el PBI es menor a otros países de la región".
En tanto, Iglesias resalta que a pesar de que los millennials no son muy propensos a comprometerse de por vida, las ventas están subiendo en determinados productos, los de "término", que aseguran por un período de tiempo. Mazzini destaca el caso de la compañía Trov, nacida en Silicon Valley, que permite a sus clientes asegurar bienes -una guitarra, un teléfono- durante un tiempo determinado con sólo deslizar el dedo en una aplicación para smartphones. "Hoy estos chicos y chicas salen a la calle con un teléfono que puede llegar a costar US$ 1000. Es un cambio de época y de necesidades", resume el ejecutivo de Celent.
33%
Baja penetración
Es el porcentaje de los millennials que tienen un seguro de vida en un mercado superdesarrollado como el norteamericano