El mercado internacional de granos se encuentra ante la definición del ciclo 2012/2013 con la cosecha gruesa en Sudamérica y un arranque para nada auspicioso del ciclo 2013/2014 en los Estados Unidos, con los cultivares del trigo de invierno.
En cuanto al maíz, la oferta estadounidense ya está prácticamente definida y resta saber si los consumos lograran adecuarse a las ajustadas expectativas del USDA para todo el ciclo 2012/2013. Tanto la demanda de cereal para uso industrial como la de exportación parecieran venir cumpliendo los objetivos propuestos por el organismo.
Ahora bien, el uso forrajero continúa sin dar señales contundentes de ajuste. No obstante, de seguir intensificándose el recorte en el consumo, tanto en exportaciones como en etanol, es probable que contribuya a aliviar la escasez de alimento para los animales. En dicho marco -volatilidad mediante-, los precios deberán mantenerse entonados para lograr los objetivos descriptos.
En relación a la soja estadounidense, la demanda continúa muy firme y a pesar de que el USDA asegure que la cosecha en EE.UU. sólo haya perdido poco más de 5 millones de toneladas respecto de su estimación inicial, los stocks finales se mantienen en niveles históricamente bajos. Adicionalmente, la cartera agrícola plantea guarismos dentro de su esquema de oferta y demanda que sólo podrán ser alcanzados vía un racionamiento contundente en los consumos, tanto de exportación como de molienda en los restantes 6 meses del ciclo comercial.
En cuanto al ciclo 2013/2014, en las próximas semanas deberá comenzar la implantación en los Estados Unidos, la que para muchos será la campaña más voluminosa de la historia, tanto para maíz como para soja. Sin embargo, preocupa que la sequía aún siga presente en importantes regiones productivas en dicho país. Ello podría demorar las labores de labranza y, consecuentemente, las de cosecha allá por el segundo semestre del presente año. Si ello sucediera, cada día de demora en el arribo de la mercadería nueva agravaría la delicada situación de escasez, tanto de maíz como de soja interna.
Ante semejante circunstancia, existe un atenuante que no debe soslayarse y que tiene que ver con la posibilidad de que EE.UU. importe soja o sus respectivos subproductos desde América del Sur para descomprimir la dramática situación descripta. Para encontrar antecedentes hay que remontarse al año 2004. En aquella oportunidad, tal circunstancia debió enfrentar un tremendo "lobby" de los farmers estadounidenses que se opusieron firmemente ante tal eventualidad. Un tema para seguir con atención. Particularmente si consideramos la tremenda agilidad de los fondos de inversión para reaccionar ante situaciones que puedan modificar el balance de oferta y demanda estadounidense y, si recordamos que la carga especulativa de esta plaza sigue siendo muy importante.
Ingreso de las cosechas
En lo que a América del Sur se refiere, el arribo de la cosecha de soja 2012/2013 es inminente y más allá de las pérdidas que pueda tener nuestro país, la situación en general es auspiciosa y nos encaminaríamos -con Brasil a la cabeza- a una producción récord. Sin embargo, los problemas logísticos en puertos brasileños demoran el embarque de la mercadería, derivando temporalmente en mayores adquisiciones sobre los Estados Unidos, el único abastecedor disponible actualmente en el mundo.
En el nivel local, tanto el mercado de maíz como el de trigo carecen de una presencia activa del sector exportador en materia de compras. Pero este año muchos productores parecen haber aprendido la lección y vendieron anticipadamente aproximadamente 11,5 millones de toneladas de maíz y alrededor de 5 millones de toneladas de trigo. Pero como es sabido por todos, y en especial por el Gobierno, estos actores redujeron cuanto fue posible las ventas de poroto debido, entre otras cosas, a que es el único producto que refleja la realidad internacional durante gran parte del año. Y además, en los últimos años quien adoptó este comportamiento fue merecidamente recompensado.
No obstante, el conflicto Gobierno-campo recientemente se ha reavivado y desde un lado se amenaza con la recreación de la Junta Nacional de Granos y desde el otro con el cese de comercialización. Ambas posiciones parecieran bastante quiméricas, sin embargo, en función de cómo vaya escalando el conflicto, nada puede descartarse.