Tecnología para los maíces tardíos

Hace dos años y medio, el CREA 30 de Agosto-Marilauquen, en la zona de Trenque Lauquen, estaba en pleno proceso de ambientación de los campos, definiendo ambientes maiceros de no maiceros. Estos últimos eran lomas con altos porcentajes de arena, y con bajos rindes de maíz de primera o nulos en años secos, cuando los maíces se "cocinaban" sin formar espiga. Evaluamos la estrategia de maíces tardíos con fechas de siembra de fin de noviembre y primeros días de diciembre para los ambientes de menor potencial.

En la campaña 2010-2011 adoptamos masivamente la tecnología RR, y pasamos a tener 17% de maíces tardíos, ubicados estratégicamente en los ambientes más restrictivos de loma, rompiendo así la frontera de ambientes maiceros antes impuesta. Trabajamos sobre análisis climático viendo como se comportaba cada cultivo en años Niña, Neutro y Niño; analizamos las densidades a sembrar en cada ambiente, buscando entre 55.000 y 60.000 plantas en las lomas, 65.000 en las medias lomas y de 70.000 a 75.000 plantas en los bajos dulces. Comenzamos la campaña con muy buenas lluvias en septiembre, pero la Niña se hizo presente en noviembre y diciembre, y los maíces pasaban su peor estrés hídrico en pleno período crítico. En enero llegaron las lluvias esperadas, aunque parecía tarde para salvar los maíces de primera fecha que se veían petisos y sufridos. Sin embargo, vimos que cada planta tenía su espiga. En promedio, los maíces tardíos no perdieron rinde respecto de los maíces de primera a pesar de estar ubicados en ambientes de menor potencial, y en la zona de 30 de Agosto superaron a los de primera.

Si analizamos la oferta ambiental de cada lote y combinamos estrategias y tecnología, el maíz es un cultivo estable con un piso de rinde competitivo. Además, aporta cobertura al sistema, fundamental para el uso eficiente del agua, dejando un valor agregado para el cultivo siguiente.

Gastón Galarce