Derrumbe: solo 11 de 35 complejos agroexportadores aumentaron sus ventas al exterior

CÓRDOBA.- En mayo pasado el sector agroindustrial exportó un 34,1% menos que en el mismo período de 2022, lo que implicó US$1884 millones menos. A pesar de que las exportaciones aumentaron 17,5% respecto a abril, acumularon una caída de US$7627 millones relativo en los primeros cinco meses del año. Un dato relevante es que los complejos con más crecimiento relativo fueron porcinos, alfalfa y frutícola (esta categoría no incluye manzanas, limones, peras, frutos rojos, cerezas, arándanos).

Se trata de producciones de las que siempre los analistas indican que tienen potencial para aumentar su participación. La incógnita es si el alza registrada se podrá sostener ya que las mejoras se registran en relación al 2022 que fue un mal año.

Los datos se desprenden de un estudio del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA). Entre enero y mayo último, el sector porcino aumentó sus exportaciones 115,7% interanual, liderando las subas aunque su participación global es marginal, el 0,09%.

Jorge Amado, presidente de la Federación Porcina e integrante de la CAA, dijo que hay que mirar el 2021 cuando las exportaciones fueron las mejores de los últimos años. “Crecimos en lo que va del año, pero es en comparación con prácticamente cero del 2022, y eso pasa por tener el tipo de cambio desdoblado, por tener tipos de cambio que no se ajustan a la realidad. No se entiende pagar un diferencial para la soja cuando usamos dólares para importar soja”, explicó.

Analizó que la cadena comercial porcina es “negativa cuando había llegado a ser positiva”. El “potencial del cerdo argentino es enorme”, subrayó y describió que hoy el kilo vivo está en US$1,60 en la Argentina contra US$1,25 o US$1,30 de Brasil. “Con un dólar a $400 el valor actual del cerdo vivo estaría por debajo de un dólar, seríamos el país más barato del mundo. Si en vez de un ‘dólar soja’ hubiera habido un ‘dólar carne’ hubiéramos exportado mucho más. No solo nosotros, sino todas las carnes”, señaló.

Amado calificó de “paupérrima” la exportación actual del sector en comparación de lo que podría ser y lo que ya se hizo. “En 2020 tuvimos una balanza comercial positiva porque se desarrolló un mercado de exportación que hubo que abandonarlo cuando se desató todo el desorden cambiario”, apuntó.

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La alfalfa creció 73,3% en sus exportaciones; tiene un peso de 0,17% en el total de los complejos exportadores. Fuentes del sector explicaron que el potencial argentino en el cultivo es grande; está en el top tres mundial, con cuatro millones de hectáreas cultivadas. Pero, al ser un país ganadero, el “consumo” local es alto.

En mayo pasado los complejos trigo, soja y maíz fueron los de mayor contribución a la caída interanual acumulada; y manicero, legumbres y arrocero los que más la amortiguaron.

De 35 sectores relevados, solo 11 incrementaron sus exportaciones en los primeros cinco meses del año: pesquero (1,5%); manicero (18%); legumbres (19,3%); papas (8%); maíz pisingallo (22%); yerbatero (1,69%); alfalfa (73,3%); porcinos (115,7%); sucroalcoholero (73,3%); resto frutihortícola (43,7%); cítricos (menos limón, 5,3%).

De todos los que crecieron, el más significativo en participación es el manicero, con 3,8%. Todo el resto tiene menos de uno por ciento sobre el total de los complejos.

Aunque el sector sucroalcoholero (participa con el 0,16% en el total) aumentó en mayo sus exportaciones el 61,5% (entre los más altos), en los primeros cinco meses cayó 49%. Este año la zafra comenzó retrasada por la sequía y otros factores climáticos. Sin embargo referentes del sector afirmaron que los rendimientos se están normalizando y alcanzando niveles esperados.

Hace una semana, en las conferencias por los diez años del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán, se señaló que en este 2023 los valores de molienda serán similares a los del año pasado.