Se trata de la firma La Lácteo, concursada desde 2018; el conflicto con el gremio Atilra se desató porque pidió tres días más para completar el pago de sueldos de diciembre pasado
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CÓRDOBA.- La empresa cordobesa La Lácteo -que produce 7,5 millones de unidades mensuales de productos del rubro y también bebidas vegetales- podría “quebrar” según dicen sus dueños si continúa el paro que lleva una semana de la mayor parte de su personal. La firma está concursada desde 2018. “Es muy difícil llevarla adelante y esta medida es una falta de empatía en un momento que es toda una ingeniería para sobrevivir en un contexto muy difícil”, dice a LA NACION Martín Filippi. La medida comenzó cuando la patronal pidió tres días para terminar de pagar los sueldos de diciembre.
La planta está parada desde las 0 del sábado por un paro total de actividades por parte de su personal de convenio encuadrado en el sindicato Atilra. Filippi explica que de los 165 empleados, 35 “los acompañan” y el resto está sin trabajar, “afectando no solo a la producción, sino a las operaciones administrativas, financieras y comerciales”.
En una reunión formal ayer la empresa “volvió a expresar las graves e irreversibles consecuencias de esta inédita medida de fuerza en la historia de la lechería argentina lo cual impide realizar cualquier planificación para la continuidad operativa, más aún siguiendo el correr de los días sin resolución alguna”.
Allí se instaba a que “el personal retome las tareas y en una mesa de trabajo conjunta se intente regularizar la operación de modo que se generen recursos y poder regularizar el pago de las remuneraciones”.
Conflicto
La próxima audiencia es el lunes a las 10. Ayer en la asamblea de personal con los dirigentes sindicales se resolvió “no aceptar la nueva propuesta empresaria y continuar con la medida de fuerza por tiempo indefinido hasta que se abone la totalidad de los salarios”.
La empresa admite que el viernes 5 (cuarto día hábil del mes) no logró hacer el pago de los salarios, sino un porcentaje y comunicó al sindicato que lo haría durante los 3 días hábiles siguientes, cuando tenía programado su flujo de fondos. El salario promedio de los 129 empleados de convenio que pararon es, según el comunicado de la firma, “superior a $1.250.000″.
El retraso en el pago, explican, es producto, de la “caída en las ventas y cobranzas” durante los 45 días previos, por las “demoras en el abastecimiento de material de empaque (cajas y bandejas de cartón corrugado) porque contiene componentes importados cuya dificultad de ingreso es conocida y fue largamente informada a nuestro personal”. Esa situación, dicen, “se había regularizado junto a la apertura de las importaciones”.
Hasta la fecha, insiste Filippi, pese a las restricciones económico-financieras estaban al día con los salarios. El “abandono intempestivo de las tareas -indica el comunicado- se realizó cuando los tanques de la empresa contenían 250.000 litros de leche recibida desde los tambos remitentes, de los cuales 70.000 debieron decomisarse por imposibilidad de ser procesados”.
La compañía estima que por el paro se cayó una facturación estimada de $800 millones, “lo que lleva a un desfinanciamiento absoluto, más aún cuando no tiene acceso al crédito bancario desde 2018″.
Apuntan que las dificultades para operar permitieron pagar “solamente a una parte del personal el 100% de sus haberes y cubrir solo en parte las cuentas bancarias provocando la devolución de cheques por falta de fondo a proveedores, lo que ocasionó, entre otros efectos, que muchos tambos cesaran la venta de leche, materia prima indispensable para poder funcionar”.
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