Generó controversias un debate organizado por La Nación y la consultora AgriPac; denuncian distorsión en los precios
CORDOBA.- Generó controversias entre operadores del sector un debate sobre la transparencia de los mercados de cereales y oleaginosas.
Las posiciones discordantes se plantearon durante un panel desarrollado en la Bolsa de Comercio de Córdoba, en el marco de los "Debates de actualidad agropecuaria", organizados por La Nación y la consultora AgriPac.
Erardo Gallo, asesor legal de la Sociedad de Acopiadores de Córdoba, planteó la polémica al cuestionar la representatividad de los mercados de cereales existentes en Rosario, Bahía Blanca y Buenos Aires y, como contrapartida, sugirió que el comercio de granos "se tendrían que normalizar acorde a las nuevas tecnologías en las comunicaciones".
En ese sentido, opinó que "todas las operaciones granarias se deben canalizar por un mismo sector para que otorgue transparencia".
Advirtió que después del cierre de pizarras se realizan "muchas operaciones", sin pasar por el mercado.
Frente a ello, dijo que "para determinar un precio transparente, donde se vea la puja entre la oferta y la demanda, se tiene que hacer a través de un solo canal, informándolo, y que tenga una sola base de datos, para que de allí surja la realidad del mercado".
Gallo reclamó la intervención del Estado y que "todos los sectores tendríamos que aunar los esfuerzos y empezar a canalizar" las operaciones.
En una misma línea, pero pese a reconocer la transparencia en sus operatorias, Omar Gazzoni, directivo de una empresa acopiadora, expresó que sólo el 20 por ciento de las operaciones pasa por las bolsas "y eso le quita presión al mercado e influye sobre la formación de precios" sobre lo cual dijo que hay responsabilidades compartidas por parte de productores, acopiadores, corredores, fábricas, exportadores, la misma bolsa y el Gobierno.
"Todos -añadió- de una forma u otra somos culpables de esto cuando hacemos los contratos a fijar, cuando hacemos las ventas directas, tanto del acopio o del productor. Estamos sacando mercadería del mercado, con lo cual se le quita presión al libre juego de oferta y demanda".
Ricardo Sáenz, de la Aceitera General Deheza. Discrepó con Gallo al asegurar que "el mercado de granos es casi un mercado libre, verdaderamente transparente".
Sostuvo que "es cierto que los precios se fijan en un mercado donde, seguramente, se mueve a lo mejor el 20 por ciento del total que se comercializa en la Argentina, particularmente de soja. Si hablamos de girasol o trigo es otra cosa", manifestó.
"Pero cuando el 20 por ciento de la producción pasa por el mercado, podemos pensar que es altamente significativo", expresó.
Destacó Sáenz que "en la Argentina hay muchos demandantes, lo cual es un lujo. El productor tiene 10 o 12 compradores a quienes puede vender. Tiene un mercado de fuerte demanda porque hay más capacidad de molienda y de exportación".
También significó que existe mucha información disponible. "Hay sobreabundancia, exceso de información. Con Internet, cualquiera puede acceder y saber qué está pasando en los distintos mercados mundiales."
Sáenz concluyó que "hay libre acceso, que la competencia entre todos los que estamos en la cadena ha hecho que sea muy dura y que las condiciones se igualen. Entonces, las condiciones son parecidas para todos. O sea, estamos en un mercado bastante libre".
Distorsiones
Por otra parte, Gallo denunció que el sector de comercialización soporta "un gran problema por las operaciones ilegales que distorsionan todo el mercado", por donde estimó que pasa entre 30 y 40 por ciento de las transacciones. Ante ello reclamó una enérgica acción del Estado que también se perjudica por la evasión fiscal.
Asimismo, sostuvo que en la venta de productos agrícolas al exterior "no podemos ser competitivos exportando impuestos".
También atribuyó las distorsiones en la formación de los precios, a los mayores costos financieros provocados por las demoras del Estado en los reintegros por exportaciones. En otro orden, Gallo denunció que Córdoba "sufre una discriminación" con respecto de las provincias que tienen su propio puerto, a raíz de los mayores costos por los fletes, con lo cual planteó otro motivo de distorsión de precios.