CÓRDOBA.- La Sociedad Rural de Jesús María, en representación de los productores de garbanzos del centro y el norte de Córdoba –es el principal distrito del país en ese cultivo- envió una nota al secretario de Gobierno de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, instándolo a evaluar el impacto de las retenciones sobre esa legumbre y otros cultivos que conforman la paleta de "especialidades".
"Esta medida afecta directamente a la economía de exportación y a productores, haciendo que hoy la producción sea inviable, afectando directamente a la cadena de valor", señala un informe de Melisa Braun, técnica de CREA delegación Córdoba Norte.
En general, hoy la preocupación es por los precios internacionales de las especialities y el tipo de cambio, pero poco se habla y del "verdadero impacto de las retenciones" sobre el sector exportador y productivo de las diversas regiones y actores de esta cadena de valor, indican los productores. "Es indispensable que todos logremos entender el efecto que tiene el hecho que el cálculo de la alícuota sea sobre un valor FOB de referencia y no sobre los reales de ventas FOB", indica el texto.
En este contexto, los productores piden la actualización de los valores FOB "de acuerdo a la realidad". Apuntan que el impacto de la alícuota recae al "100% sobre el precio a pagar al productor y no sobre todos los actores que intervienen y participan de la conformación del valor FOB".
Por ejemplo, para garbanzo la alícuota se calcula sobre el valor FOB de referencia de US$700 la tonelada. De esta manera, cuando la relación es de $4 por dólar, con un tipo de cambio menor a $33,3 la alícuota máxima a cobrar es de US$84 la tonelada y cuando el dólar supera los $33,3, baja.
La entidad planteó que el FOB real está en US$574 la tonelada, aproximadamente. De esta manera, el derecho máximo pasaría de US$84 la tonelada a US$ 68 (o menos dependiendo del valor real de venta FOB).
En la nota a Etchevehere indican que esta economía es "una alternativa atractiva para el invierno, desplazando a un trigo incierto para estas latitudes" y que, tratándose de una "especialidad" que tiene como destino la exportación, requiere adecuar la mercadería para ese mercado -limpieza; selección, embolsado-, todo lo que se realiza en origen.
"De este modo, además de incorporar una rotación agronómica adecuada, genera inversión en infraestructura industrial y, consecuentemente, un plus de empleo en pueblos y ciudades del interior", afirman.
Explican que el garbanzo -como otros cultivos que conforman la paleta de "especialidades"; maní, poroto, pisingallo- al no contar con mercados de referencia está expuesto a "precios inestables y muy volátiles, al tiempo que son inexistentes los mercados de futuros y coberturas". En esa línea, si a esa "incertidumbre" se le suma el costo de alistamiento, entonces el impacto de retener $4 por dólar FOB es "sensiblemente mayor al que sufren las commodities agrícolas tradicionales".
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