Mayor ingreso de divisas y alta dependencia de la soja
La peor y la más prolongada sequía del ultimo siglo dejó como consecuencia más directa en la campaña 2008/2009 la pérdida de 36 millones de toneladas de granos respecto del ciclo anterior. Así, de un récord próximo a los 100 millones de toneladas durante la temporada 2007/2008 bajamos a 65 millones de toneladas. Para la campaña 2009/2010 AgriPac esta proyectando un volumen de producción global de la Argentina de 88 mill./t, de las cuales casi el 60%, o su equivalente de 51,5 millones, corresponde a soja.
Con este volumen de producción y los saldos exportables resultantes para cada uno de los productos, nuestro estudio esta estimando un volumen total de ingreso de divisas para 2010 del orden de los US$ 26.000 millones, contra un ingreso de US$ 19.000 millones durante 2009. Si bien se trata de un incremento de US$ 7000 millones respecto del año anterior, en la práctica vamos a ver que no es tan así.
Si analizamos el futuro ingreso de divisas a los actuales valores de mercado vemos que nuestro país se ha vuelto cada vez más soja dependiente. En efecto, durante la campaña 2007/2008 el ingreso de divisas de todo el complejo soja (US$ 24.000 millones) representaban el 64% del ingreso de divisas de todo el sector agropecuario. En el ciclo 2008/2009 el ingreso estimado de todo el complejo soja bajó a US$ 12.065 millones, equivalente al 65% del ingreso total. Para la campaña 2009/2010 se esta proyectando un ingreso de divisas de todo el complejo del orden de los US$ 18.860 millones, pero en este caso representa el 72% del ingreso total de divisas.
El gran riesgo que corre el país al depender cada vez más de un sólo producto, en este caso de la soja, es que cualquier factor de mercado que modifique el patrón de ventas del productor tendrá impacto directo sobre las cuentas del Estado. Se trata de una cuestión de timming y volumen de las ventas y, en este sentido, el productor sojero es probable que decida tomar una actitud de "retener y no vender", que siempre le ha sido útil y ventajosa en años con incertidumbre ya sea política o económica.
Tomando en cuenta patrones normales de venta, el productor usualmente liquida el 30% de su cosecha entre marzo/abril/mayo. Asumamos que este año deberá liquidar un 10% más, pues viene de un año de fuertes pérdidas económicas y productivas, entonces llegamos así a un 40% de venta en el primer trimestre del año comercial. Este 40% equivale a US$ 7500 millones del ingreso total proyectado para el complejo soja. Pero el 60% restante no será fácil de sacárselo al productor, pues la incertidumbre es tan alta que no se va a desprender muy fácilmente de su producción física.
En términos de sensación de mercado podemos decir que si bien estamos ante una cosecha que puede llegar al record de 51 mill./t, en la práctica, el menor ritmo de ventas del productor y la mayor retención, impactaran en el mercado como si se tratara de una cosecha de 40 mill./t.
Si bien se habla de un posible paro agropecuario en enero, no hay casi cosechas en esa época. La mejor arma que tiene hoy el productor para expresar su descontento es retener su producción y no venderla hasta el momento en que fuera necesario, ya se trate para cubrir costos de producción o cambiar su cosechadora.