La Bolsa de Chicago reflejó bajas de más de 100 dólares por tonelada para la soja y de casi 60 para el maíz en los últimos 20 días. Ello no debiera generar sorpresa, por cuanto es una ratificación de las advertencias sobre la muy alta volatilidad que caracteriza actualmente al mercado granario.
Las importantes posiciones previamente sobrecompradas de los fondos, tanto de índices como especulativos, anticipaban este ajuste. Desde inicios de septiembre pasado, los fondos especulativos vendieron más de 37 millones de toneladas de soja y de maíz, e incrementaron su posición sobrevendida de trigo en 7,5 millones. A ello se suma la venta de más de 6,7 millones de toneladas de los tres productos de posiciones previamente sobrecompradas por parte de los fondos de índices.
Semejante volumen de ventas en un período tan reducido tenía que generar necesariamente una corrección sustancial de los precios. En el caso del maíz -producto que por su escasez relativa lideró las alzas previas- tendemos a pensar que los demandantes genuinos han sido vacilantes en cuanto a sus necesidades de compra, debido a las dudas que les generan los actuales pronósticos de menor crecimiento de la actividad económica mundial y a la presión estacional que se deriva del ingreso de la cosecha maicera en el hemisferio norte.
En el caso del trigo, la simpatía con el comportamiento del maíz era inevitable, circunstancia agravada por una disponibilidad internacional comparativamente buena y por el regreso al mercado (desde mediados de año) de la siempre agresiva oferta del Mar Negro.
En lo que a la soja respecta, los abundantes stocks del grano en América del Sur y el menor dinamismo de las importaciones chinas, también dieron sustento a la vigorosa postura vendedora de los fondos. No obstante, le cabe a este producto en los meses por venir un rol central en la definición del futuro escenario global de precios. En tal sentido, el devenir climático y el resultado final de la cosecha sudamericana de soja serán fundamentales. Sin olvidar que la evolución de la crisis financiera mundial y sus eventuales impactos económicos seguirán teniendo mucho que decir.