Cae el real, ¿resurge la Argentina?
La excepción del impuesto extrazona para los productos del Mercosur mejora el posicionamiento de los bienes locales, pese a la devaluación del país vecino
Somos importadores en Brasil y administramos empresas argentinas con negocios en Brasil que también importan productos. El mercado brasileño (y no el gobierno como ha sido publicado en algunos medios argentinos) provocó una desvalorización del real respecto del dólar, merced a diversas circunstancias, entre las que podemos mencionar las siguientes:
- Motivos económicos. La economía brasileña está con signos de recesión, no genera empleos suficientes, tuvo déficit fiscal en 2014 (después de 15 años de superávit), el PBI prácticamente se mantuvo en el mismo nivel que el año anterior (la información oficial sobre el crecimiento de la economía aún no fue divulgada), la balanza comercial fue deficitaria (después de 16 años de superávit), la inflación está por arriba de la meta del 6,5% (en los últimos 12 meses la inflación acumulada fue de 7,7%) y para completar la coyuntura, el Banco Central aumentó la tasa de interés a 12,75% enfriando más la economía.
- Motivos políticos. En este momento, los más importantes son:
El motivo político de la desvalorización se inicia hacia septiembre, cuando estalla el escándalo de corrupción de Petrobras, ya que no se puede confirmar la eventual participación de la actual Presidenta (hay que recordar que Dilma Rousseff presidió el Consejo de Administración de la empresa, ministra de Minas y Energía -cartera de la que depende Petrobras - y luego, como Presidenta de la Nación, quien nombró a la presidenta de Petrobras en ejercicio durante el escándalo).
Ahora, Dilma está haciendo en el plano económico todo lo que dijo que haría si ganase el candidato Aecio Neves. La gente que la votó lo hizo pesando que no cambiaría beneficios sociales (pero ella retiró muchos beneficios para los trabajadores) y en que no provocaría una reducción de gastos (también sociales).
El nuevo ministro de economía, Joaquin Levy, convencido de la necesidad del ajuste, cortó gastos públicos, aumentó algunos tributos y para homologar estas medidas precisaba del aval del Congreso.
Justo en medio de ese proyecto de ajuste se divulgó la lista de políticos sospechados de corrupción entre los que aparecen el presidente del Senado, Renan Calheiros, y el de Diputados, Eduardo Cunha, ambos del Partido PMDB, aliado de Dilma (su vicepresidente es de esa fuerza) y como demostración de poder, Calheiros le devuelve el proyecto de ajuste nuevamente al Ejecutivo.
Es en este momento en que el dólar pasa la barrera de los 3 Reales. Y como si todo eso no fuera suficiente, ante la posibilidad de no conseguir la aprobación del plan por parte del Congreso, corre el rumor -no desmentido por el gobierno- de que en caso necesario se colocaría impuesto a la renta de las empresas, distribución de ganancias, envíos de dividendos al exterior y grandes fortunas. Entonces es que aumenta en forma desmedida la demanda del dólar por parte de grandes empresas que apuraron su compra de moneda para enviar los lucros al exterior de forma anticipada, y el dólar salió de control.
Absoluto y relativo
Desde el punto de vista absoluto, la cotización del dólar complica a todos (menos a los exportadores). La inflación aumenta por el mayor costo de los insumos y productos importados (esto es malo para la población y sobre todo para el gobierno).
Los costos para quien precisa de productos importados aumentan considerablemente. A comienzos de septiembre, el dólar estaba R$ 2,2448 (40,76% de desvalorización respecto de la cotización del dólar en el momento de escribir esta nota) y el 31 de diciembre, cerró el año a R$ 2,6587 (aumento del 18,85% en la misma comparación). No hay estructura de costos que resista un aumento de 40% en alguna de las variables que lo componen.
Las empresas brasileñas miran esta desvalorización como una oportunidad para sustituir importaciones, pero para eso es necesario invertir en aumentar la producción y adecuar los costos locales ya que es prácticamente imposible no tener alguna dependencia de algún producto importado. Y aquí es donde juega el concepto de lo relativo.
Como importadores de productos finales, nuestros costos aumentaron en la misma proporción que la desvalorización del real, no obstante hemos conseguido aumentar los pedidos futuros trabajando precisamente en la cuestión de lo relativo. Quien importa productos, tratará de comprar a industrias nacionales, pero quien no tiene remedio y necesita seguir importando, estará buscando opciones para hacer lo que se conoce como "desvío de comercio".
Por ejemplo, el importador brasileño debe importar necesariamente un determinado producto que hoy compra de Estados Unidos (o cualquier origen fuera del Mercosur). El costo del dólar efectivo incluye la tasa de cambio, más el impuesto de importación extrazona. Estimando el dólar actual a R$3,16, y un impuesto de importación extrazona de 10% (puede ser mayor aún) , el costo efectivo de la importación desde Italia sería de R$3,476.
Si este mismo producto fuera importado desde la Argentina, el costo efectivo de la operación será el valor del dólar (R$ 3,16). Así, los productos con origen Mercosur serían 10% más económicos que el resto.
En función de esta cuenta salimos a buscar importadores que compran productos extra zona y el resultado fue increíble: en todas las reuniones nos solicitaron cotizaciones y la receptividad de las empresas importadoras fue total.
Sin embargo, hay tareas por hacer. A pesar de esta ventaja comparativa, los productos argentinos en general padecen de falta de competitividad debido al costo de insumos y mano de obra con un dólar a $ 13 (números redondos) y un ingreso por exportaciones con un dólar a 8,8 pesos. Si esta falta de competitividad relativa fuera superior al 10%, la ventaja comparativa se diluye.
Podemos cambiar el futuro aun con la desvalorización del real si trabajamos pensando en el largo plazo. En enero de 1999, Brasil padeció la desvalorización del real de forma muy parecida con la actual (de R$ 1,22 en diciembre, a 1,98 a fines de enero) y aun así, la balanza comercial bilateral fue favorable a la Argentina. Eso se debe al tiempo de demora entre la desvalorización y la efectiva disminución de los negocios por parte de los importadores.
Ése es el tiempo que disponemos los argentinos para buscar los importadores y compradores brasileños de productos importados de otros orígenes, fuera del Mercosur, para ofrecer nuestros productos. Si conseguimos generar el desvío de comercio, podremos mantener un mercado mayor cuando el dólar baje su cotización.
Sin duda es una tarea difícil, pero será más frustrante perder un mercado sin intentar convertir una crisis en una oportunidad. Después de todo, la única forma de no preocuparse por el futuro es construyendo nuestro propio futuro.
Los autores son CEO de Center Group y profesores de Relaciones Internacionalesde la Universidad Paulista
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