Comercio eficiente: la búsqueda de mejores resultados da paso a la logística justa
Las buenas prácticas en el sector se consolidan como objetivos de desarrollo en la región, que no invierte lo suficiente en infraestructura y tiene altos costos operativos
De forma incipiente, la logística toma impulso como elemento fundamental para el desarrollo de la economía y la competitividad, y los países de América Latina se encolumnan bajo la idea del reconocido experto en cadena de valor Michael Porter, quien anunció que "en el futuro la real competencia no será entre empresas ni productos, sino entre procesos logísticos".
Para cumplir esa consigna, la región deberá redoblar esfuerzos, porque a la necesidad imperiosa de desarrollo de infraestructura se añade que "el costo de transporte en muchos casos es tan alto que incluso supera la protección arancelaria", señala Jaime Granados, especialista en comercio e integración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien añade que así los productos de exportación se hacen más caros y menos competitivos a nivel global. "Un dólar de soja pesa mucho más que un dólar de chips", destaca el especialista para graficar lo complejo de operar con commodities, y advierte que la región es "particularmente no competitiva" en servicios de logística, lo que "encarece enormemente" su oferta exportable.
Según el BID, América Latina y el Caribe necesitan destinar alrededor del 5 por ciento de su PBI anualmente durante los próximos 20 años para cerrar su brecha de inversión en infraestructura y así reducir los costos del comercio e incrementar la competitividad. Para eso, los gobiernos deben comprender que "en la economía actual no es posible el desarrollo sin una provisión logística eficiente, resiliente y suficiente", señala Ricardo Sánchez, de la unidad de servicios de infraestructura de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Junto con modernizar puertos y ampliar las ventanillas únicas de comercio exterior, desde la Cepal apuntan a no descuidar los caminos internos de cada economía y consideran fundamental "establecer un sistema de planeamiento y de toma de decisiones que permitan adecuar la nueva infraestructura al contexto actual de desarrollo, de manera tal de lograr desacoplar el crecimiento económico de la mayor demanda energética y emisiones asociadas a los servicios de transporte, para transitar hacia servicios de infraestructuras más sostenibles".
"Hemos encontrado mejores situaciones en Asia, algunas en África, aunque también son regiones con una situación crítica", comenta Granados. "En América Latina, Chile está comenzando a posicionarse como un país logísticamente competitivo, también Panamá por razones obvias, y en el norte de México -por la relación con un mercado tan grande como el de EE.UU.- hay pockets de excelencia". Respecto del resto de la región, evalúa que la "situación estructural es particularmente grave", por lo que es necesario implementar iniciativas como la Certificación en Logística Justa que lanzó la Organización Mundial de Ciudades y Plataformas Logísticas (Omcpl) este año, que junto a otras soluciones que tienen que ver con el entorno regulatorio, de infraestructura y ética empresarial pueden potenciar el sector.
"Muchas veces la falta de coordinación entre organismos del Estado, como entre privados, hace aumentar los tiempos de espera y con ellos los costos de exportación y las externalidades negativas, tanto sociales como ambientales", dice Gabriel Pérez, de la unidad de servicios de infraestructura de la Cepal.
En esa línea evaluativa, Carlos Esteban Posada Ugaz, vicepresidente del Consejo Nacional del Sistema de Distribución Física Internacional de Perú (Conudfi), dice que "no se observa una política destinada a mejorar la infraestructura de comercio, con lo que se perpetúa el problema del encarecimiento del costo del transporte de mercancías desde y hacia los puntos de ingreso y salida de mercancías del país, así como lo concerniente a la distribución de las mercancías dentro de las ciudades". Además del problema de la contaminación ambiental y sonora, se suma el de la seguridad en el transporte de mercancías, que "se agrava por la falta de vías logísticas dedicadas o exclusivas y multimodales".
Diego Sotelo, gerente de la consultora Somaqba, explica que esto ocurre porque aún no se ha aprendido que "la logística multimodal no es generar competencia entre distintos modos de transporte, sino lograr un transporte sustentable, que minimice el impacto ambiental y la generación de residuos".
A su vez, la ubicación y características geográficas de cada país hacen que los desafíos sean diferentes. "En Ecuador, que está ubicado en el equinoccio del mundo, vivimos a diario las afectaciones por la intensidad de la luz solar, además de las condiciones climáticas, que han variado", expresa Juan Carlos Andrade, presidente de la Federación Nacional de Trasporte Pesado de Ecuador (Fenatrape).
Rediseñar estrategias
La falta de trabajo conjunto entre el sector público y los privados, junto a la necesidad de formar una visión global, parece ser el principal obstáculo al desarrollo de la región como bloque, y se evidencia en inversiones disociadas, falta de legislación que tienda a promover el cabotaje de mercancías, superposición de normativas y escasez de financiamiento para renovación de flota.
"En la Argentina es necesario que se establezcan reglas claras, así como beneficios a aquellas empresas que van orientando sus actividades hacia una logística sustentable", analiza Sotelo, quien opina que el Estado debería implementar mediciones y estadísticas para conocer la situación real y determinar en qué punto nos encontramos, porque hoy la preocupación de las empresas de logística se centra en los requerimientos que establecen sus clientes.
"En Perú, los operadores portuarios implementan iniciativas, pero aisladas y con ciertas oposiciones de las autoridades locales, lo que hace difícil obtener resultados", cuenta el directivo de Conudfi.
En Chile, por su parte, "el usuario común desconoce los costos y pérdidas de competitividad que involucra no planificar ni gestionar un proceso logístico, por eso mucho menos se preocupa de evaluar si sus proveedores operan bajo estándares éticos", planteó Daniella De Luca, docente e investigadora en el área de logística y comercio de la Universidad de Valparaíso.
Al lapidario balance de la actualidad logística se suma la dificultad de desarrollar una cadena sustentable, y así lo señala el titular de Fenatrape. "La refinería encargada de producir los combustibles más amigables con el medio ambiente, por ejemplo, no ha podido funcionar adecuadamente por problemas de corrupción, diseño y fallas de funcionamiento", indica.
En este contexto, certificaciones como la de logística justa "pueden contribuir a la decisión de racionalizar, incentivar y poner presión sobre los proveedores de servicios de transporte y de logística para evidenciar que están cometiendo prácticas irregulares que no tienen ninguna lógica y están avenidas a sus necesidades, no a las del usuario, y consecuentemente son poco competitivas", afirma el asesor del BID.
Hacia la logística justa
La certificación que impulsa la Omcpl pretende establecer criterios y normas en los servicios logísticos que se encuentran en estrecha relación con el reconocido comercio justo para mejorar los niveles de competitividad de las empresas. "Comprendemos muy bien que sin logística no hay comercio, por eso las empresas o entidades de servicios del sector que asuman los compromisos de la logística justa se encuentran con una importante responsabilidad de mejorar el costo en las operaciones", describe Ricardo Partal Silva, presidente del organismo mundial.
"Los gobiernos, a través de sus instituciones, deben revisar toda la cadena de infraestructura estratégica que pueda afectar el costo logístico y crear un sesgo anticompetitividad productiva en el comercio, mientras que las empresas sujetas a los servicios de la logística en cualquier etapa tienen el compromiso de mantener un constante interés en mejorar sus cadenas de suministros y ser constantes por lograr llegar a los mercados con sus mercancías bajo términos de negociación en beneficio de su competitividad", añade.
Esos criterios y normas pueden ser asumidos por los países y sus sectores privados para potenciar los procesos logísticos, que requieren mejoras continuas y monitoreos constantes para determinar las falencias en las cadenas y poder llegar al objetivo común: optimizar e incrementar el comercio exterior.