Efecto mundial. La guerra comercial de Trump llega a Australia
Si bien la nación oceánica no se ha visto directamente afectada,sí ha tenido que bajar sus tasas de interés
La economía de Australia está viviendo su vigésimo octavo año de una expansión que supera todos los récords, con fuerte crecimiento del empleo y alto potencial económico. Pero el Banco de la Reserva de Australia bajó sus tasas a un nivel récord el mes pasado, lo que destaca lo entrelazada que se ha vuelto la economía mundial y las dimensiones de la amenaza que representa la guerra comercial del presidente estadounidense Donald Trump en este ambiente. Teóricamente, no hay motivo para que la economía de Australia enfrente graves problemas.
El país ha visto un rápido crecimiento alimentado por la inmigración, algo que le falta a muchos mercados desarrollados. Parece estar soportando bien las consecuencias de una baja en el mercado inmobiliario y aunque el lento aumento de los salarios está pesando en el consumo, los incrementos de la paga pueden haber estado retrasados en parte porque hay cada vez más trabajadores en el mercado laboral, lo que reduce la competencia por los empleados.
Algo crucial, la nación tiene poca exposición a las cadenas globales de producción manufacturera, lo que la protege de las primeras consecuencias de la pelea comercial de Estados Unidos con China. Pero la capacidad del banco central de contener los salarios, lograr incrementos de precios estables y que el mercado laboral se siga expandiendo depende en parte de los tipos de interés en otros países. Más de 30 bancos centrales han bajados sus tasas este año en respuesta a la desaceleración del crecimiento global, la guerra comercial y otras conmociones geopolíticas.
"Si cambian las tasas de interés en el mundo, nosotros también tenemos que cambiar las nuestras", dijo Philip Lowe, que dirige el Banco de la Reserva de Australia, en un simposio económico en Jackson Hole, estado de Wyoming. "Si no lo hacemos el tipo de cambio se apreciará y eso tendrá consecuencias adversas para nuestras metas de inflación y empleo". El banco central de Lowe bajó los tipos de interés al 1 por ciento en julio y se prevé que los bajará nuevamente antes de fin de año. Fue un intento de apuntalar la demanda doméstica, que ha estado débil, pero Lowe dijo que las tasas globales también han sido "una consideración en nuestro pensamiento reciente".
Que Australia no pueda mantenerse como una isla de prosperidad sin problemas en este ambiente global conflictivo –agravado por el anuncio de Trump de que planea seguir en la escalada de la guerra comercial con China- es indicativo de los desafíos más amplios que enfrenta la economía mundial. Desde la nación oceánica, con su fuerte demografía y su alto crecimiento potencial, hasta Japón y Europa, con sus poblaciones envejecidas y sus perspectivas más débiles, ha caído el nivel de tasas de interés que puede sostener una economía saludable sin desacelerarse. Lo mismo sucede con la inflación y el nivel de desempleo que promueve el crecimiento o el alza de los salarios. Esos cambios se deben al envejecimiento de las poblaciones de muchas economías avanzadas, un mayor apetito por opciones de ahorro de bajo riesgo y la globalización. Los mercados financieros que se han vuelto más grandes y con conexiones más estrechas, aseguran que las tendencias se contagien entre todas las economías.
"Las ligazones internacionales han aumentado de manera dramática en las últimas décadas", dijo Mark Carney, jefe del Banco de Inglaterra, en la reunión de Jackson Hole, un encuentro anual cuyo anfitrión es el Banco de la Reserva Federal de Kansas City. Y debido a que la divisa estadounidense y sus mercados de crédito son tan centrales para el sistema financiero global, los dramas políticos y económicos de Estados Unidos guían los del mundo.
"El ciclo financiero global es un ciclo del dólar", dijo Carney. Estudios del Banco de Inglaterra indican que la tasa de interés de Estados Unidos tiene el doble de incidencia en el crecimiento de otros países comparado con lo que sucedía en la década de 1990, aunque hoy representa un porcentaje más bajo de la economía global, dijo Carney. Cuando la FED cambia sus tipos de interés o Trump agrava las tensiones comerciales, hay ecos de ello en todo el mundo en la valuación de las divisas y la desaceleración del crecimiento.
Un sistema monetario y financiero global tan integrado tiene sus riesgos. Deja a los bancos centrales con bajas tasas de interés para comenzar y escasa capacidad para divergir de las políticas monetarias de sus socios comerciales. A la primera señal de problemas, muchas naciones pueden bajar sus tasas en tándem. Eso parece estar sucediendo ahora. Al reorientarse Estados Unidos, la eurozona y Japón hacia bajas de los tipos de interés y otras formas de ayudas económicas monetarias este año, los banqueros centrales de los mercados emergentes también han bajado sus costos del crédito.
Las autoridades monetarias podrían ingresar a la siguiente recesión con relativamente pocas municiones, agravando el riesgo de que una desaceleración económica común se transforme en una caída global prolongada y dolorosa con amplias repercusiones negativas para el empleo y la prosperidad. Y aunque la fragilidad económica global tiene sus raíces en que las bases de la economía muestran escaso crecimiento, la guerra comercial de Trump podría ser la chispa que detone la bomba de tiempo. Trump ve la economía global entrelazada como un juego en el que el ganador se queda con todo y en el que Estados Unidos debe prosperar a expensas de otros países. Ha criticado a la Reserva Federal por no recortar más aceleradamente las tasas, diciendo que el banco central pone a Estados Unidos en desventaja con otros países que están imponiendo tasas bajas.
"Nuestra Reserva Federal no puede mantenerse ‘mentalmente’ a la par de la competencia: otros países", dijo Trump en Twitter. "En el G-7 en Francia todos los otros líderes estaban mareados por la baja de sus intereses. A Alemania de hecho le ‘pagan’ por endeudarse. ¡TASA DE INTERÉS CERO Y MÁS! ¡La Fed está despistada!", continuó. Trump aún contempla imponer aranceles que afectarían a los fabricantes de autos alemanes y este año amenazó con aranceles contra México como una manera de presionar al país para que detenga el flujo de migrantes a través de la frontera sur.
Claramente los próximos pasos de Trump son muy tenidos en cuenta en Australia. "Australia ha sido una gran beneficiaria del sistema comercial global basado en normas a lo largo de muchas décadas", dijo en un discurso reciente Guy Debelle, segundo jefe del Banco de la Reserva de Australia. "Las actuales amenazas a eso claramente son un riesgo mayor para la perspectiva australiana de más largo plazo". Mientras las batallas comerciales prolongadas están afectando negativamente el crecimiento de China y la manufactura global, los banqueros centrales en general coinciden con Debelle: están menos preocupados por los efectos directos que por la incertidumbre, la perspectiva de una escalada y el potencial de un cambio de paradigma. "La combinación de desequilibrios estructurales en el corazón del sistema monetario internacional y el proteccionismo están amenazando la dinámica global", dijo Carney. Y una oleada de rebajas de tasas, que en parte llevan a la baja de cotización de las monedas, es una solución imperfecta frente a las tensiones comerciales perdurables.
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