El capítulo militar de la relación con China
Los cinco objetivos en materia de "paz y seguridad" del Libro Blanco de China para su acercamiento a la región
lanacionarEn este documento se identifican cinco objetivos en materia de "paz y seguridad": desarrollar el diálogo y la cooperación en defensa; intensificar las visitas entre los altos mandos; profundizar el intercambio profesional; expandir la colaboración en el ámbito de la seguridad no tradicional, y ofrecer ayuda en la construcción de las Fuerzas Armadas (FF.AA.).
Sin embargo, de la observación de los hechos que conforman la relación militar bilateral, pueden identificarse otras acciones: la venta de armas, tecnología y equipamiento militar; la participación en la misión de mantenimiento de la paz en Haití; las visitas de puertos de unidades navales, y la realización de ejercicios combinados.
El siguiente análisis procura contrastar los cinco objetivos en materia de "paz y seguridad" delineados, con aquellas acciones concretas, a los efectos de identificar las intenciones chinas.
En cuanto al diálogo en defensa y el intercambio de visitas, este aspecto constituye la herramienta más intensa de la relación militar bilateral. Entre enero de 2001 y diciembre de 2010, se observa que se intercambiaron 155 visitas entre autoridades militares de China y de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela. Algunos de estos intercambios se realizaron con el fin de firmar acuerdos que establecen la cooperación en el ámbito de la defensa, o bien llevar a cabo reuniones de comisiones mixtas que cristalizan la cooperación mencionada.
Con respecto a la profundización del intercambio profesional, se desarrolla en instituciones como la Universidad para la Defensa Nacional, que ofrece cursos en idioma español para personal militar latinoamericano en: Conducción Superior, Planeamiento Estratégico y Pensamiento Militar, Defensa Nacional y Estrategia Militar.
En lo atinente a colaboración en seguridad no tradicional, el documento identifica como "seguridad no tradicional" la lucha contra el terrorismo. Dada la naturaleza reservada de esta actividad, las fuentes abiertas asequibles al investigador académico no permiten abordar este tema.
Venta de armas
Sobre la ayuda en la construcción de las FF.AA., este enunciado es un eufemismo que alude a la concreción de ventas de armas, tecnología y equipamiento militar.
En la última década, se registran ventas chinas de aviones de combate K-8 y radares JYL-1 a Venezuela, Ecuador y Bolivia; aviones de transporte MA-60 a Bolivia y Ecuador; transportes blindados de personal WMZ-551 a la Argentina, y fusiles de asalto AK-47 a Bolivia. Asimismo, Bolivia recibió como donación por parte de China de lanchas de asalto, municiones de artillería e infantería, camiones, camionetas, grúas, motocicletas, visores nocturnos, y cascos Kevlar.
La iniciativa de participación en la misión de mantenimiento de la paz en Haití no fue incluida entre los objetivos del documento analizado, no obstante ello, tuvo lugar la contribución china a la Minustah (Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití) con 133 hombres desde mayo de 2004. A diciembre de 2006, el número ascendió a 130 efectivos, mientras que en diciembre de 2008 y 2010 se contabilizaron 143 y 28 efectivos, respectivamente.
En cuanto a las visitas de puertos de unidades navales, entre 2001 y 2010, se llevaron a cabo 10 visitas, tanto de la Marina del EPL como de armadas latinoamericanas a puertos de la contraparte.
En materia de realización de ejercicios combinados, efectivos pertenecientes al servicio profesional médico del EPL estuvieron presentes en suelo peruano, entre el 23 y el 30 de noviembre de 2010, para implementar la operación "Angel de la Paz". Dicho ejercicio consistió en hacer frente a los efectos de un terremoto -entre ellos un incendio por derrame de una planta química- en la localidad de Villa María del Triunfo.
Asimismo, cabe mencionar la labor de asistencia brindada por efectivos del EPL a fuerzas de defensa civil locales, ante los terremotos en Haití y Chile, en 2010. Los costos asumidos por China en ambas operaciones, habrían totalizado 30 millones de yuanes y 2 millones de dólares, respectivamente.
Reflexiones
Se observa que Brasil y Chile tienen un contacto más fluido en defensa con China, lo cual obedecería al diálogo estratégico que mantienen Brasilia y Pekín -cristalizado en el establecimiento del Brics- y a la política de inserción en el Pacífico que desde más de dos décadas adoptó Santiago.
Por otra parte, los cursos desarrollados para formación del personal militar no apuntan tanto al adiestramiento táctico-operacional sino a la formación estratégica, lo cual guardaría relación con un mayor interés en generar simpatía y confianza en oficiales superiores con capacidad para acceder a altos mandos.
Asimismo, se observa una presencia de material bélico chino en algunos países del "eje bolivariano", circunstancia que se explicaría por la poca voluntad de los Estados Unidos de proveer dichos productos a tales Estados.
La contribución en Haití no resulta un hecho menor para la gran estrategia de la República Popular. Ello es así en virtud de que un global player en ciernes como lo es China, refuerza su perfil internacional mediante la participación en operaciones de mantenimiento de la paz en áreas periféricas.
La concreción del ejercicio "Angel de la Paz" entre China y Perú, centrado en una operación de ayuda humanitaria ante una catástrofe natural, no revestiría el típico carácter de un ejercicio militar combinado, donde dos o más países llevan a cabo una maniobra para enfrentar a un enemigo.
Una primera valoración de todo lo antedicho es que la dimensión militar de los lazos sinolatinoamericanos no constituye el factor más extenso ni central de la relación bilateral.
Incluso, los cinco objetivos en materia de "paz y seguridad" identificados en el "Documento sobre la Política de China hacia América latina y el Caribe", resultan insuficientes al contrastarlos con las acciones que dan existencia a la relación militar bilateral.
Finalmente, podría afirmarse que, para China, la relación militar con América latina, contribuiría con la consecución de sus intereses nacionales de la siguiente manera: si bien Pekín definió su estrategia militar como "defensiva", China ha irrumpido en el escenario internacional como un actor global.
En ese contexto, el país asiático emplearía la relación militar en dos sentidos: por un lado, con la intención de construir protagonismo internacional vis-à-vis las potencias; y por otro lado para promover la confianza de aquellos países que considera socios estratégicos (tal el caso de una serie de países latinoamericanos).
Jorge E. Malena
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