Una extraña ecuación parece estar dándose en el ámbito del tráfico marítimo con China, y es que mientras el espacio disponible en bodega es cada vez mayor, los fletes en lugar de bajar la tarifa vienen aumentando progresivamente.
Los diferentes mecanismos implementados para ajustar el ingreso de mercadería importada, en especial de China, tuvieron su consecuencia directa en una baja constante del espacio requerido por nuestro país en los barcos que llegan de Oriente.
A pesar de ello, los precios de los fletes aumentan. ¿Cuáles son las razones? Una de ellas puede buscarse por el lado de Brasil, dado que el país vecino sigue demandando mucho espacio, y esos mismos barcos son los que llegan a Argentina.
Así como en Brasil la demanda mantiene cierta constancia, en la Argentina la misma sube y baja de manera abrupta. En algunos momentos se deja entrar muy pocos productos, y al tiempo se abre el grifo para casi todo lo que hay pendiente de aprobación. Es una secuencia que se viene repitiendo.
Los aumentos también están vinculados con una necesidad propia de las empresas de achicar pérdidas, realizando incrementos en forma conjunta. Lo cierto es que dichas pérdidas no se producen sólo en la Argentina, sino que se acumulan en todo el mundo.
La crisis de Europa tiene un efecto fuerte y las compañías marítimas no están ganando plata. A tal punto que algunas de las grandes reducen personal en sus casas matrices.
A pesar de estos aumentos, todavía se siente un desbalance en los precios de fletes, entre la costa este y la oeste de América del Sur. Actualmente, la costa oeste tiene precios un 20% más altos, cuando lo normal es que la oscilación sea de entre un 5 y un 10 %.
La conclusión es que, a pesar de los aumentos, los fletes no están tan caros. Puede incidir en eso, justamente, el hecho de que la demanda de la Argentina sea poco constante.
Respecto de la disponibilidad de espacio, podemos decir que hoy hay menos oferta de bodega que el año pasado, pero sin embargo la oferta se mantiene pareja en relación a los últimos meses.
Las expectativas para el segundo semestre, principalmente por una cuestión estacional, son que haya un aumento en el movimiento de importaciones y ello seguramente incidirá en mayores incrementos de tarifas.
En ese caso, por lo menos, tendrán una relación con la demanda y no se producirá la extraña ecuación actual, de fletes más caros con bodegas vacías.
