G-20. Otra oportunidad para analizar los desafíos de la economía global
El cambio que enfrenta el comercio internacional por el impacto de las tecnologías digitales agita las aguas de la cumbre anual, que finaliza este sábado en Osaka, Japón
Consolidado como foro clave anual de discusión, a partir de la crisis financiera global de 2008, el Grupo de los 20 (G-20) deberá desentrañar en estos días otro atolladero, para potenciar el crecimiento de una economía mundial que revela una preocupante lentitud en los dos últimos años. En esta décimo cuarta cumbre y primera en Japón, protagonistas de los países más poderosos del planeta y también de los emergentes trabajan desde la anterior cumbre, celebrada en Buenos Aires, sobre una agenda que abarca la economía digital, el desarrollo y el empleo, el clima y la energía, entre otros temas que ya fueron definidos en declaraciones previas de ministros, para ser debatidas por los jefes de Estado.
Les toca ahora a los máximos líderes "volver a barajar las cartas", como describió el sherpa argentino Pedro Villagra Delgado, en la cumbre que tendrá lugar en Osaka, este viernes y sábado, de donde surgirá la declaración final. Entre los actores locales que vienen participando de estas discusiones, consultados por la nacion, el embajador de Japón en la Argentina, Noriteru Fukushima, y el secretario de Relaciones Internacionales del Palacio San Martín, Horacio Reyser, coincidieron en señalar la necesidad de alcanzar un comercio "más libre y justo".
Las propuestas para el debate de líderes del G-20, que fueron desarrolladas por diversos grupos de trabajo y presentadas este mes en la cumbre de ministros de Comercio (entre otras ocho), en la ciudad japonesa de Tsukuba, apuntan a que la Organización Mundial del Comercio (OMC) reformule cuestiones claves para agilizar el tráfico comercial internacional.
"Este es un proceso que debe darse en el seno de la propia OMC, pero el hecho de que el G-20, que representa el 80 por ciento del PBI mundial, haya realizado este llamamiento en Buenos Aires (a fines de 2018) es una señal muy fuerte que acelera el proceso", apuntó Reyser.
Agenda para la OMC
Acerca de las reuniones ministeriales de diversas áreas, como Agricultura, Turismo, Finanzas y Relaciones Exteriores, entre otras celebradas en nueve ciudades japonesas, el embajador Fukushima destacó que en esas preliminares se habló de la necesidad de tener "un comercio sustentable" y expuso la intención de Japón de ser "líder dentro del comercio multilateral. Queremos contribuir a lograr alguna solución, que no solo es un tema de aranceles y comercial, sino más complicado, que debe ser revisado en la OMC", enfatizó.
Al respecto, Reyser remarcó que "Japón ha mantenido la misma línea de trabajo incorporada por la Argentina sobre la reforma de la OMC, durante la presidencia del G-20 de Buenos Aires, y ahora en Tsukuba ratificamos la necesidad de modernizarla".
El secretario de Cancillería advirtió que "los acuerdos que creó la OMC ya tienen casi tres décadas, durante las cuales el comercio internacional se transformó, debido a las nuevas tecnologías, el comercio electrónico, los derechos de propiedad intelectual y la conformación de nuevas cadenas globales de valor, entre otros factores".
En consecuencia, opinó que hace falta "una OMC que pueda dar un marco adecuado a la complejidad del comercio internacional en el siglo XXI" y expresó su aspiración en cuanto a que "este tema se siga profundizando en la declaración de líderes de Osaka".
Puntualmente, mencionó "un tema muy importante que ha generado un consenso notable: el de la transparencia. Es decir, la exigencia de que los países notifiquen a la OMC cualquier normativa que pueda afectar el comercio. La Argentina ha sido promotora de las iniciativas de transparencia y promoción del comercio electrónico", subrayó.
Economía digital
Villagra Delgado observó que la declaración de ministros de Comercio puso énfasis en la vinculación del flujo digital con la actividad comercial, porque "la economía va hacia ahí. Hoy en día hay un sector grande que queda fuera de las normas; por eso hay que ver cómo se va a regular en cuestiones impositivas y de seguridad, en otros aspectos".
En esa declaración, los ministros abordaron la necesidad de reformar las normas tributarias para los gigantes de internet, y de mejorar las regulaciones sobre el comercio de las criptomonedas. "Las tecnologías digitales innovadoras brindan inmensas oportunidades económicas, pero, al mismo tiempo, siguen creando retos", declararon.
Si bien el embajador Villagra Delgado estimó que el tema de estos cambios "es complicado", juzgó que no deberían concretarse "tan a futuro, porque hay necesidad de avanzar en sentido de urgencia" para facilitar "un comercio sustentable".
"La idea es que estos ajustes se discutan en el G-20 de manera conceptual, sobre cómo debe ser, sin entrar en detalles técnicos de la negociación; eso será en Ginebra (Suiza)", donde la OMC tiene su sede, aclaró Villagra Delgado, quien se definió como "un gran creyente de que el factor humano en estas cosas juega aún un papel importante".
El negociador argentino consideró que el debate sobre la modernización del sistema comercial en el G-20 "tiene sentido, porque están los países de todos los ángulos posibles, con sus opiniones, y lo que expresen ahí será el reflejo de lo que pensarán en la OMC. Es fundamental tener un sistema multilateral con reglas que protejan a los países en desarrollo", sostuvo.
La voz empresaria
Mientras que los países encarnan la "gobernabilidad" en el seno del G-20, otros "grupos de afinidad que representan al sector productivo son también parte central" y han tenido un rol destacado en el B-20, reunido en marzo pasado en Tokio, con la participación de ejecutivos de empresas y entidades gremiales empresariales de los países miembros del Grupo, distinguió Villagra Delgado.
"El B-20 representa la voz del mundo de los negocios dentro del G-20; son empresarios muy relevantes que plantean recomendaciones de políticas públicas y sus declaraciones son de utilidad para los líderes", subrayó Reyser.
El funcionario apreció que el documento emitido por el B-20 este año "hace foco en un concepto muy importante, que es pasar de la sociedad de la información (4.0) a la sociedad de la creatividad (5.0), para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, con los que la Argentina se encuentra alineada".
Al respecto, Fukushima comentó que "Japón prioriza la creación de la Sociedad 5.0", con la participación activa de las empresas y la introducción integrada de las tecnologías digitales en todas las esferas sociales, "sobre lo cual no existen reglas consensuadas que son necesarias para mejorar un mundo sustentable".
Reyser ponderó que una "sociedad creativa estará más centrada en el ser humano y permitirá un uso responsable y eficiente de fenómenos como la inteligencia artificial o internet de las cosas".
La delegación argentina al B-20 estuvo integrada por la sherpa ejecutiva Carolina Castro, el sherpa político Fernando Landa; el vicepresidente de la Unión Industrial (UIA) Daniel Funes de Rioja, y el presidente de la Cámara de Negocios Argentino-Japonesa, Ángel Machado, entre otros.
Telón de fondo
Como sucedió en el G-20 de Buenos Aires, también en Japón la mira está puesta en la intervención de Estados Unidos y de China, cuya puja comercial "puede estar presente como un telón de fondo de los debates, porque es normal que estos foros tan importantes sean un marco en el que los países traten cuestiones bilaterales de alta relevancia", evaluó Reyser, y sostuvo que "se seguirá de cerca la tensión bilateral entre las dos principales potencias", en tanto que el G-20 presenta objetivos ambiciosos de mediano y largo plazo. "Hay que tener presente que es un foro multilateral clave, con prioridades como la estabilidad macroeconómica global, el crecimiento económico y la construcción de sociedades libres, abiertas e inclusivas", destacó.
Por su parte, el embajador Fukushima adhirió a esta "preocupación sobre los conflictos comerciales entre China y Estados Unidos. Es un tema muy importante, porque realmente afecta mucho a la economía mundial; esto ha sido tratado en las ministeriales y se dará también en la cumbre" de jefes de Estado y de gobierno.
Por ejemplo, en la ministerial de Comercio, "se abordaron las tensiones comerciales que existen en el mundo y se expresó la preocupación de que estas puedan generar una desaceleración del crecimiento económico mundial, que fue más lento en 2018 y 2019. Hay distorsiones y desequilibrios que deben resolverse en un contexto que no afecte el crecimiento de las economías", previno Reyser.
"El hecho de que Donald Trump y su par chino, Xi Jinping, se junten de nuevo, puede generar un clima positivo o negativo que se transmitirá a todos los temas, y no sólo impactará en la agenda comercial", conjeturó Villagra Delgado.
La Argentina, que integra la troika del G-20 con Japón y Arabia Saudita (que albergará la cumbre en 2020) "seguirá contribuyendo al fortalecimiento del comercio, el multilateralismo, las reglas claras y la transparencia", concluyó Reyser.
El acuerdo Mercosur-UE, en agenda
En el pasado G-20 de Buenos Aires sobresalió una fuerte expectativa en cuanto a que prosperase en ese marco un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. Quedó pendiente y abierto a nuevas posibilidades para la cumbre de Osaka. El propio presidente Mauricio Macri, en ocasión de la visita a la Argentina de su par de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó a principios de mes que "en breve" podría concretarse tal convenio.
"Seguramente en las reuniones bilaterales que tendrá el presidente Macri con países miembros de la Unión Europea (durante el G-20 de Japón) estará presente el tema, porque es un eje central del relacionamiento entre ambos bloques", aventuró el secretario de Relaciones Internacionales, Horacio Reyser.
El funcionario de la Cancillería aseguró: "En los últimos meses hemos logrado importantísimos avances en esta negociación clave para el futuro de nuestro país y del Mercosur, junto con otros procesos negociadores como el que llevamos a cabo con Canadá, Singapur, con la Asociación Europea de Libre Cambio o Acuerdo Europeo de Libre Comercio (EFTA) y con Corea del Sur, entre otros".
Acerca de la posible alianza Mercosur-Unión Europea, consideró que se trata de "una negociación que nos vinculará en forma permanente con un mercado muy importante, que es el principal inversor del mundo, cuya población tiene un PBI per cápita promedio de US$35.000".
"Hoy la Argentina tiene acuerdos comerciales con solamente un 10% del PBI mundial. Cuando concluyamos estas negociaciones estaremos más estrechamente vinculados con casi un 40% del producto global y esto redundará en un aumento de competitividad para nuestras exportaciones; en mayor institucionalidad para nuestro país; servirá para dinamizar nuestra economía y sentar las bases para el crecimiento de las próximas décadas", detalló.
Al indicar que "todos los socios coincidimos en la necesidad de actualizar el bloque regional", Reyser destacó que "la agenda de relacionamiento externo es central para el objetivo de modernizar el Mercosur, de modo que sea una plataforma dinámica que nos permita insertarnos en el mundo".
Remarcó que ese es un tema que el Gobierno ha impulsado activamente en este primer semestre en el que la Argentina ejerce la presidencia pro tempore. "Estamos trabajando intensamente con Brasil, Paraguay y Uruguay, de cara a la próxima Cumbre del Mercosur, que tendrá lugar en Santa Fe, en julio venidero", dijo.
El pasado 4 y 5 de junio se desarrolló en el Palacio San Martín la CXII Reunión Ordinaria del Grupo Mercado Común, que reúne a los coordinadores nacionales de los cuatro países del Mercosur, para analizar el avance en los procesos negociadores con la Unión Europea, entre otros convenios.
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